Las perspectivas de la industria extractiva de Rumanía
Corina Cristea, 17.09.2021, 18:20
Presentado en diciembre de 2019, el Pacto Ecológico Europeo representa una estrategia de transformación gradual de Europa en una zona neutral desde el punto de vista de las emisiones de gases de efecto invernadero hasta el 2050. ¿Cómo? A través de numerosas acciones tales como inversiones en tecnologías económicas y apoyo al sector industrial, la introducción de algunos medios de transporte menos contaminantes, la mejora de la eficacia energética de los edificios y la colaboración con los socios internacionales para mejorar los estándares de calidad ambiental a nivel mundial. Otra acción sería la descarbonización del sector energético, un objetivo con implicaciones mayores en Rumanía, país con tradición en minería que todavía asegura una buena parte de la necesidad energética a través de las termocentrales de carbón. En el presente, Rumanía utiliza el carbón extraído de las termocentrales concentradas en dos compañías estatales del sur del país, Oltenia y Hunedoara. Si antes de 1989, en el sector minero de Rumanía trabajaban aproximadamente 100.000 personas en las casi 450 minas, en los últimos tres decenios la situación ha cambiado drásticamente en este campo. La mayoría de las explotaciones fueron cerradas, incluida la mina de carbón más antigua de Rumanía abierta en Petrila en 1859. Los datos oficiales indican que en 2017, por ejemplo, tan sólo 3.000 personas trabajaban en este sector y desde entonces otras minas fueron cerradas. El valor reducido del carbón producido y los altos costos de producción generados por la tecnología anticuada de extracción, la falta de las inversiones y los costes cada vez más altos son los principales motivos que determinaron el cierre de las minas.
Bucarest debería crear muy pronto un plan de renuncia total al uso del carbón para la energía porque este recurso no tiene futuro, según afirma el primer vicepresidente de la Comisión Europea. Rumanía tiene a su disposición fondos para este fin, ha añadido Frans Timmermans, y si el dinero para una transición justa se utiliza de manera inteligente también se crearán empleos para los trabajadores despedidos.
Sobre las perspectivas de la industria extractiva de Rumanía ha hablado en Radio Rumanía Mihai Melczer, experto en el sector minero, antiguo director general del Complejo Energético de Hunedoara:
«Normalmente, cuando los costes suben mucho y ya no es rentable sacar carbón, se renuncia a este recurso. Nos orientamos hacia segmentos energéticos que puedan determinar la reducción de los costes, el aumento de los ingresos y una vida próspera. El carbón del Valle del Jiu es difícil de explotar porque no permite el uso de algunas tecnologías muy avanzadas. Rumanía no tiene la ventaja de Polonia, por ejemplo, país rico en recursos minerales, y las cosas están un poco complicadas. Los que están implicados en esta industria lo saben muy bien. Una continuación de la actividad minera significaría gastar cantidades enormes de dinero que no se justifican.»
Estas sumas se pueden gastar en nuevas fuentes de energía que ofrezcan un futuro sostenible. Seguramente en este momento, según precisa Mihai Melczer, exconsejero en el Ministerio de Energía, es que el Complejo Energético de Hunedoara tiene los días contados:
«Es un organismo en estado de muerte cerebral, apoyado por subvenciones, ayudas estatales, por el Gobierno de Rumanía e implícitamente por el contribuyente rumano. Según tengo entendido, el Ministerio de Energía desea crear dos entidades en su estructura: el futuro Complejo Energético del Valle del Jiu, que incluya cuatro explotaciones mineras y la termocentral de Paroşeni, por un lado, y por el otro la termocentral de Mintia. Lamento decir que desde el primer momento de su existencia registrarán pérdidas y probablemente estas entidades seguirán estando subvencionadas por el Estado rumano directa o disimuladamente porque de otra manera no podrán continuar su actividad. Y creo que así estarán las cosas. Me alegraría continuar con esto si paralelamente se crean programas de diversificación de la actividad de dichas entidades»
Por otro lado,Mihai Melczer advierte sobre las consecuencias sociales. Es normal reemplazar una industria que se desploma y restringe su actividad. Se trata de la vida de las personas, cada individuo, cada habitante de esta zona tiene derecho a una vida honesta y próspera.
Entre los proyectos elaborados para apoyar estas zonas figura la creación en Petroșani de Renew Acad, una institución de formación profesional para fuentes de energía renovable y distribución de energía eléctrica. Este proyecto amplio es un centro zonal de daría la posibilidad a los habitantes del Valle del Jiu a elegir otra profesión además de la extractiva. Otro proyecto se centra en el hidrógeno, el combustible del futuro.
Nuevamente en declaraciones para RRI, Mihai Melczer:
«Otro proyecto muy importante que se estancó en una determinada etapa, es desarrollado por el Instituto de Criogenia de Vâlcea. Se trata del centro de hidrógeno construido alrededor de la Termocentral de Paroşeni. El Valle del Jiu tiene una infraestructura energética muy importante: la Termocentral de Paroşeni, estaciones de transformación, líneas de alta tensión. En mi opinión, debemos valorar estas cosas.»
Para este fin ha sido pensado el proyecto del centro de hidrógeno, para ser un componente del Complejo del Valle del Jiu.