La política, tras las elecciones
“Primus inter pares (la primera entre iguales) en el marco de la Unión Europea, Alemania llegó a ser, en los últimos años, el país que mayor influencia tiene sobre las políticas comunitarias.
Bogdan Matei, 04.10.2013, 18:20
“Primus inter pares” (la primera entre iguales) en el marco de la Unión Europea, Alemania llegó a ser, en los últimos años, el país que mayor influencia tiene sobre las políticas comunitarias. El peso demográfico, la salud económica robusta en medio de un continente afectado por la crisis, la consecuencia en la política exterior, hacen que la voz de Berlín sea la que decide sobre los asuntos más importantes de la agenda europea. En algunos de ellos, apunta la prensa, las decisiones fueron aplazadas justamente a la espera de los comicios legislativos celebrados a finales del pasado mes de septiembre en Alemania. Se trata, entre otras, del mecanismo de la unión bancaria, la prolongación de la ayuda para Grecia tras el agotamiento del actual paquete de asistencia o la estrategia de la salida de Irlanda del programa de rescate. Por eso, era inevitable que la resonancia de los comicios traspasara las fronteras de la república federal. Lo que los comentaristas llaman el desgaste inevitable al cabo de ocho años en el poder o el cansancio de los ciudadanos de la misma figura dominante del escenario político no funcionaron.
Todo lo contrario, aunque fuesen impopulares en los países del sur del continente, acostumbrados a consumir más de lo que producen, la prudencia, la austeridad y el rigor del gobierno encabezado por Angela Merkel fueron revalidados por el electorado alemán. Con el 42% de los sufragios, los cristiano-demócratas vencieron a sus principales rivales de la izquierda social-demócrata, que obtuvo únicamente un 26% de los votos. Sin embargo, el triunfo de la coalición gubernamental no es absoluto, ya que el socio tradicional de Merkel en el ejecutivo, el Partido Democrático Liberal, no logró superar el umbral electoral del 5% y ya no entrará en el Parlamento. Al analista político rumano Cristian Pârvulescu, el resultado del escrutinio no le sorprende
“No es una sorpresa. Todo el mundo esperaba semejante resultado, sobre todo teniendo en cuenta tan solo una semana antes de las elecciones federales se habían celebrado comicios regionales en Baviera, donde los aliados de la Unión Demócrata Cristiana, la Unión Social Cristiana, habían ganado también con un porcentaje histórico, mientras que el Partido Democrático Liberal había sufrido una derrota histórica que anticipaba lo que iba a ocurrir una semana más tarde. Todos los observadores alemanes consideraban que en aquel momento la situación ya estaba solucionada. En realidad, lo que se desconocía en cuanto a las elecciones en Alemania era con quién iba a asociarse Angela Merkel, con los demócrata-liberales o con los social-demócratas. Si los demócrata-liberales no hubieran entrado en el Parlamento, como acabó sucediendo, era previsible una gran coalición con los social-demócratas.”
El profesor Pârvulescu anticipa que la así llamada “gran coalición” entre los dos actores principales del escenario político alemán será, inevitablemente, asimétrica. El líder del Partido Social Demócrata, Peter Steinbruck, dimitió inmediatamente después de la derrota, lo que crea un vacío de autoridad en el interior de dicha formación. Los socios secundarios, los social-demócratas, no podrán influir decisivamente en las políticas del futuro gabinete, sobre todo porque la jefa del Gobierno se ha apropiado ya de algunos de sus temas de campaña. De nuevo ante nuestros micrófonos, el analista Cristian Pârvulescu:
“El margen de maniobra de Angela Merkel es bastante grande. Es grande, no solo porque los social-demócratas no obtuvieron un resultado bueno, aunque hubieran mejorado frente a las elecciones celebradas hace cuatro años, sino porque, en efecto, una vez entrados en el gobierno, estarán muy limitados en sus acciones y no podrán influir en las políticas del gobierno. Esto no significa que la austeridad continuará en Europa. De todos modos, Angela Merkel había anunciado ciertos cambios y otras cosas que muchos alemanes pobres estaban esperando desde hace mucho tiempo, que habrían ocurrido incluso sin una gran coalición, y me refiero a la aparición del salario mínimo interprofesional, porque, paradójicamente, Alemania, aunque fuera un país muy desarrollado, no ha conocido y no conoce en la actualidad, sino que conocerá el salario mínimo interprofesional.”
Apoyados por casi una décima parte del electorado, la tercera fuerza política de Alemania, los verdes, expresó su disponibilidad para participar en el gobierno junto a los demócrata-cristiano. Sin embargo, Cristian Pârvulescu está seguro de que un gabinete verdinegro es más improbable que uno rojinegro.
“Esta alianza con los ecologistas no tiene mucho que decir, dado que Angela Merkel ha tomado ya la decisión de cerrar las centrales nucleares y orientarse hacia otros recursos, tras la catástrofe de Fukushima de hace dos años, que inquietó muchísimo a la opinión pública de Alemania.”
Por otra parte, según la fórmula consagrada desde hace dos decenios, la locomotora franco-alemana de la UE se prepara ahora para un nuevo comienzo. Según Philippe Ricard, comentarista de políticas europeas del prestigioso rotativo parisino Le Monde, el reto del período siguiente será la armonización entre la nueva coalición de gobierno de Berlín, con la canciller conservadora confirmada por el voto popular, y la administración socialista de París, con un presidente, François Hollande, y un gobierno que están perdiendo rápidamente la popularidad. Del diálogo franco-alemán dependen tanto el funcionamiento de la UE como la capacidad de la misma de imponer su voz en los principales debates a nivel mundial.