La investigación en Rumanía
Un estudio realizado en EE.UU. hace cinco años, colocaba la investigación científica rumana en el desalentador puesto 43 de un total de 45 países evaluados.
Corina Cristea, 11.04.2015, 17:36
Un estudio realizado en EE.UU. hace cinco años, colocaba la investigación científica rumana en el desalentador puesto 43 de un total de 45 países evaluados. El resultado apreciaba el potencial humano excepcional de Rumanía pero señalaba también las carencias del sector, principalmente el pequeño presupuesto destinado a la investigación, así como el número reducido de artículos publicados en las revistas de especialidad.
Atraídos por unas mejores condiciones materiales y una actividad científica a más alto nivel, muchos de los investigadores rumanos optaron, en el período postrevolucionario, por irse al extranjero y trabajar en institutos donde podían llevar a efecto sus ideas sin temor a carencias materiales, un problema recurrente y todavía sin solucionar en Rumanía.
Posteriormente, parte de estos investigadores han vuelto al país, especialmente después de 2011, cuando el gobierno ha aprobado una ley destinada a elevar los estándares de la educación y la investigación científica mediante la introducción de normas y reglamentaciones en condiciones de asegurar la financiación, incluso a nivel universitario, para las personas más competentes. Con el tiempo se ha renunciado a muchos de estos reglamentos y el desaliento ha vuelto a apoderarse de los investigadores científicos de Rumanía, cuya situación no era catalogada precisamente de precaria gracias a la existencia de los proyectos con financiación externa a través de fondos europeos.
Aunque no se beneficia de un sustancial respaldo financiero en el país, la investigación científica rumana se da a conocer cada vez más en el plano internacional y el valor de sus realizaciones es reconocido y recompensado por los premios obtenidos en los concursos de especialidad, tanto en el Salón de Ginebra, como en el Concurso Internacional Eureka. ¿Cómo se desarrolla este proceso de financiación de la investigación? Carmen Moldovan, jefa de laboratorio en el Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo para Microtecnología nos contesta.
“El Ministerio de Educación e Investigación saca a concurso determinados proyectos con determinadas temáticas que dan respuesta a los requerimientos de la sociedad. Lo mismo ocurre a nivel europeo. Observando las condiciones de esta demanda de proyectos, nosotros tenemos que aplicar y ganar. Tanto en Rumanía, como a nivel europeo, la probabilidades de salir ganando rondan un 10%.”
Mi laboratorio, añade la investigadora, está especializado en microsistemas para aplicaciones biomédicas y del medio ambiente, pero tenemos también laboratorios especializados en el sector de las microondas, que usualmente se utilizan en la telefonía móvil o en las comunicaciones, en la microóptica o la fotónica. Lo que nosotros producimos está destinado a un amplio público.
“El ejemplo más avanzado de dispositivos que ya hemos realizado son los sensores de pesticidas premiados el año pasado en Ginebra con la medalla de oro, y que en el presente se pueden encontrar en un aparato portátil, de bajo coste, que realiza análisis sobre las legumbres, las frutas, la leche o el agua en 10 minutos como máximo, sin intervenciones especializadas por parte de algún operador. Concretamente, se introduce una prueba en la zona de reacción y el aparato señala los resultados conformes. Creo que el aparato tiene un gran potencial no sólo para Rumanía sino en general. Este es el resultado de un proyecto de investigación en el que Rumanía ha invertido 250.000 euros, -la totalidad del proyecto se cifra en un millón de euros-, y que ha incluido también a participantes de Alemania que se han beneficiado de mayor financiación. Los resultados, que ya están patentados, son rumanos, y además tenemos todos los derechos de propiedad intelectual del sensor y del aparato que lee el sensor.”
El médico Bogdan Vladila es el inventor de otro dispositivo, “Electronic Doctor” que produce la regeneración de las células.
“Al principio he trabajado con un dentista para tratar la periodontitis y he logrado identificar la frecuencia del campo electromagnético que puede lograr la proliferación de las células. Hace 5-6 años obtuve los primeros resultados que se materializaron en la detención de la movilidad dental. Esto significa que todos los pacientes que padecen esta afección –que hace varios años no se podía curar-, hoy por hoy lo pueden hacer porque el tratamiento existe, es muy sencillo y no causa traumas mediante la aplicación del campo electromagnético. Además, mandamos los dispositivos al domicilio del paciente y este se puede tratar él mismo, incluso mirando la tele. Lo importante es que siga las 30 sesiones que le recomendamos.”
Hoy por hoy, en todos los congresos de medicina se habla de las células madre, nos dice el médico Bogdan Vladila.
“Las células madre representan el porvenir. El invento rumano, el dispositivo “Electronic Doctor” acaba de abrir un nuevo enfoque en la medicina. En las condiciones en que todas las células madre obtenidas hay que volver a inyectarlas, nosotros hemos logrado reproducirlas dentro del organismo sin extraerlas. El problema surge en el momento de la extracción de dichas células madres que pierden sus características fundamentales y dejan de dar el debido rendimiento. Utilizando esta tecnología, que ha sido apreciada en la Universidad de Oslo que otorga los Premios Nobel, yo logro reproducir las células madre en vez de mudarlas. Coloco un dispositivo electromagnético sobre la cara del paciente, una máscara y la respectiva frecuencia despierta a las células que empiezan a multiplicarse.”
Estas han sido sólo algunas de las aplicaciones de la investigación científica rumana que compite por la permanencia y que ha obtenido dos veces, en 2009 y en 2013, el gran premio en el Salón de Inventos de Ginebra, un tipo de Meca de los inventores del mundo entero.