La guerra de la información, cada vez más sofisticada
«Nos encontramos en un contexto tectónico, en el que además se avecina un año electoral. El conflicto que nos rodea nos obliga a tomar medidas de precaución en caso de un desarrollo inesperado», ha afirmado el profesor universitario Iulian Chifu.
Corina Cristea, 19.07.2024, 14:41
«Nos encontramos en un contexto tectónico, en el que además se avecina un año electoral. El conflicto que nos rodea nos obliga a tomar medidas de precaución en caso de un desarrollo inesperado». La valoración pertenece al profesor universitario Iulian Chifu, experto en seguridad y relaciones internacionales, que hizo un análisis del contexto geoestratégico en Radio Rumanía, en el que también habló de la guerra de la información.
Debido a que las guerras ya no se libran solo en el frente de batalla clásico, en el plano físico, sino cada vez más en el plano informativo, los enfrentamientos de los ejércitos modernos tienen lugar predominantemente en el plano de la inteligencia y la psique humana. Componente de la guerra híbrida, pero también instrumento por derecho propio, «la guerra informativa es la creación de realidades alternativas pervirtiendo la verdad objetiva ‒basada en datos, hechos y argumentos contundentes‒ y tergiversándola mediante una combinación de elementos, hechos y trozos de verdad seleccionados, interpretados, combinados con razonamientos alterados mediante el uso de silogismos, sofismas, propaganda, interpretación forzada, todo ello relleno de una multitud de mentiras», explicaba, hace algún tiempo, en un análisis realizado para el periódico Adevărul, el profesor Iulian Chifu.
El objetivo general y principal de la guerra de información es determinar, controlar o al menos alterar las decisiones estratégicas, de política exterior, seguridad y defensa, pervertir o dificultar los instrumentos destinados al componente militar de un Estado, y las herramientas utilizadas, dice el analista, son una combinación de narrativas, ideas alternativas, sembrar dudas, promover y validar lo más creíble posible mentiras que entran en el subconsciente como percepciones de la verdad, interpretaciones exageradas y dirigidas, exageraciones, manipulación, desinformación. ¿Están preparados los rumanos para la guerra de la información? El profesor universitario Iulian Chifu:
«Hicimos una evaluación, hace relativamente poco, de la situación de la guerra de la información. En primer lugar, hay que dejar muy claro que este debate sobre las fake news, sobre las falsedades, sobre las distorsiones, sobre la desinformación en el entorno público ha marcado una gran diferencia. El rumano medio conoce muy bien y puede reaccionar correctamente ante este tipo de influencias, sospecha, sabe que puede ser una falsificación, mira dos veces de dónde vienen las noticias, hace preguntas; estamos hablando del rumano medio. Porque la conjetura del espacio público actual de los medios sociales nos dice que hay dos componentes. El primero es que hay audiencia para la más horrible de las mentiras, la más obvia de las mentiras, y eso tiene audiencia. La segunda conjetura es que cualquiera, incluso el individuo mejor preparado, puede ser víctima de noticias falsas, es más, con su propia legitimidad puede multiplicarlas, creyéndolas verdaderas. ¿Por qué? Porque el espacio informativo se ha enriquecido tanto que no tienes tiempo de comprobar, de documentar cada cosa que lees, que ha pasado ante tus ojos, de la que te has enterado en diferentes coyunturas, y tiendes a hacer esta multiplicación».
La guerra de la información utiliza tres niveles de acción distintos, explica Iulian Chifu: el primer componente se refiere a la alteración del espacio público de un objetivo, implicando en el ámbito mediático, Internet y las redes sociales, pero también en otros niveles más sutiles, una inyección de propaganda, manipulación y desinformación difícil de probar. El segundo elemento, el lobbying, las Relaciones Públicas, si hablamos de una empresa o una personalidad, o la diplomacia pública, si hablamos de un Estado. Aquí, el dinero se utiliza para conseguir personas creíbles que defiendan las tesis expuestas por el pagador con el objetivo de influir en los responsables de la toma de decisiones a través de ideas puestas en la palestra pública. El tercer nivel está relacionado con las operaciones psicológicas elaboradas, en las que cuenta la información difundida, pero sobre todo el efecto creado por la información en el público objetivo. Se trata del nacimiento y creación o acentuación de temores, de la creación de emociones colectivas, de la preparación del público para reaccionar ante futuros acontecimientos con una fórmula dirigida, preparada y previamente sopesada. ¿Hasta qué punto ha avanzado la guerra de la información? De nuevo, el profesor universitario Iulian Chifu:
«Ya hemos llegado a la sexta generación de guerra de información. Las tres primeras iban dirigidas como grupo, a grupos en su conjunto, sin refinar, las tres últimas ya van dirigidas individualmente, según tipologías, preferencias, pero individualmente, son temas preparados. Las dos últimas, la quinta y la sexta generación, ya se relacionan con la cognición, con el conocimiento, ya se relacionan con valores, con cosas fundamentales. La quinta generación, por ejemplo, tiene la capacidad de hacer que un hombre, un individuo que es el objetivo, no crea en sus propios sentidos, en la vista, en el oído, acaba a partir de esta guerra de información no confiando en la percepción directa de los sentidos. La sexta generación es el famoso hackeo de las mentes, es decir, hackear las mentes, hackear los mecanismos del pensamiento, alterar o dirigir el pensamiento de un individuo. Aquí los objetivos son individuales, las construcciones son individuales. Por supuesto, la sexta generación solo está formulada teóricamente. Putin pidió a sus estructuras de Inteligencia a principios de 2022 que crearan un arma en esta dirección, y el pensador Yuval Harari afirma que ya existe. Hasta el momento no tenemos datos de que exista una herramienta operativa de este tipo, pero, insisto en esto, la instrumentación en la guerra de la información es cada vez más sofisticada y nuestra capacidad para discernirla y enfrentarnos a ella cuando nos convertimos en objetivos es cada vez menor».
Sin embargo, el mundo ha inventado fórmulas de reacción, explica el experto en seguridad y relaciones internacionales Iulian Chifu. Incluso en Rumanía hay un área de seguridad de la que se encargan los servicios de inteligencia, el área de seguridad tiene las herramientas necesarias, concluye.