Huellas del ser humano en el planeta
La Agencia Internacional de la Energía ha lanzado una advertencia radical a la industria energética subrayando que los inversores no deberían financiar nuevos proyectos de petróleo, gas y carbón si el mundo desea llegar a emisiones de carbono netas iguale
Corina Cristea, 20.08.2021, 13:51
La Agencia Internacional de la Energía ha lanzado una advertencia radical a la industria energética subrayando que los inversores no deberían financiar nuevos proyectos de petróleo, gas y carbón si el mundo desea llegar a emisiones de carbono netas iguales a cero para 2050. Se estima que las emisiones de carbono a nivel global aumentarán peligrosamente este año, a medida que la economía mundial se recupera de la crisis provocada por la pandemia. La recuperación económica de la crisis COVID es actualmente cualquier cosa menos sostenible para nuestro clima. A menos que los Gobiernos de todo el mundo actúen rápidamente para comenzar a reducir las emisiones, es probable que enfrentemos una situación aún peor en 2022, según añade la Agencia.
A su vez, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres ha pedido a los países desarrollados que eliminen gradualmente el uso del carbón hasta 2039 y que detengan la construcción de la nueva central de carbón. Mientras tanto, se prevé que la demanda de electricidad experimente su crecimiento más rápido en más de una década. Pero hay buenas noticias: más de la mitad del aumento en el suministro global de electricidad provendrá de fuentes renovables en 2021, impulsado en parte por la creciente producción de energía solar y eólica de China. O que el Ejecutivo de Berlín ha adoptado un ambicioso plan para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. El objetivo: alcanzar la neutralidad climática en 2045, cinco años antes de lo que estaba previsto. De hecho, los Estados desarrollados han asumido en los últimos meses compromisos ambiciosos para reducir las emisiones contaminantes y estas promesas deben ser respetadas.
A su vez, el presidente francés ha apreciado que los Estados africanos no deben permanecer “cerrados en las energías fósiles y deben poder avanzar al mismo tiempo que el resto del mundo mediante inversiones masivas en las energías renovables. Estos llamamientos en realidad marcan la esencia del problema desde el punto de vista de la producción y de la economía.
Se trata de un cambio fundamental en la sociedad y en la economía, según ha apreciado en Radio Rumanía el catedrático Mircea Duțu:
“En los últimos 200 años, toda la sociedad y la economía del planeta se han desarrollado según un modelo energético basado en combustibles fósiles: petróleo, carbón y gas metano. En estas condiciones, para compatibilizar desde el punto de vista económico lo que sucede a nivel climático, se ha optado por cambiar este modo fundamental de producir energía y pasar de las energías fósiles a las renovables y nucleares, a fuentes de energía con emisiones reducidas de gases de efecto invernadero. El principal objetivo de la acción global para atenuar y adaptarnos al cambio climático, desde el punto de vista climático, es limitar el aumento de la temperatura promedio global a 2 grados centígrados o si es posible a 1,5 grados con respecto a los niveles preexistentes a la época moderna, es decir al período preindustrial, y de manera complementaria pero conjugada, alcanzar la neutralidad climática a mediados de este siglo.
¿En qué medida las actividades humanas han acelerado últimamente el cambio climático? En gran medida y podemos decirlo más claro que hace 10 años, según explica Roxana Bojariu, experta en cambio climático. El aumento de la temperatura promedio global registrada sobre todo a partir de la segunda mitad del siglo XX es causada de modo especial por las actividades humanas, según indica el más reciente informe del Grupo intergubernamental para el estudio del cambio climático, añade Roxana Bojariu:
Experimentos numéricos, el análogo perfecto de los experimentos del laboratorio de física, indican que si no tomamos en cálculo el aumento de la concentración de los gases de efecto invernadero, no obtenemos esta tendencia de crecimiento de la temperatura promedio global. Por lo tanto, los factores naturales prácticamente no afectan a la creación de la tendencia de crecimiento de la temperatura promedio global. Tampoco la actividad del sol y la actividad volcánica pueden explicar este crecimiento impresionante. Los últimos seis años han sido los más calientes de la historia moderna desde la segunda mitad del siglo XIX. El último decenio ha sido el más cálido desde que existen registros. Pero estos récords vienen acompañados por fenómenos extremos, récords de las manifestaciones de algunos fenómenos extremos. El año pasado tuvimos la temporada más activa de los huracanes del Atlántico. Al mismo tiempo, Groenlandia se deshiela a un ritmo acelerado, al igual que el oeste de Antártica. Desafortunadamente, semejantes cosas amplificarán en el futuro. Habrá incendios como los de Australia, Amazon y el sur de Europa. Los experimentos numéricos incluso indican que también en Rumanía los incendios de vegetación tendrán un impacto cada vez mayor si la temperatura promedio global continúa aumentando.
Necesitamos esta neutralidad climática en 2050. Esto significa que todas nuestras actividades que generan grandes cantidades de dióxido de carbono en la atmosfera no deben impedir la obtención de emisiones netas iguales a cero, según concluye Roxana Bojariu.