Guerra en Ucrania
He decidido lanzar una operación militar especial— pronunciadas en la madrugada del 24 de febrero, estas palabras del líder del Kremlin abrieron un nuevo capítulo de la historia y pusieron la situación en Ucrania en el primer plano de las preocupaciones
Corina Cristea, 04.03.2022, 14:42
He decidido lanzar una operación militar especial— pronunciadas en la madrugada del 24 de febrero, estas palabras del líder del Kremlin abrieron un nuevo capítulo de la historia y pusieron la situación en Ucrania en el primer plano de las preocupaciones, discusiones y acciones globales. Agresión, resistencia, sanciones y solidaridad son palabras representativas para describir la realidad de estos días. Las imágenes sobre el terreno aterrorizan al mundo democrático. Los bombardeos lanzados estaban dirigidos a objetivos militares, según la parte rusa, pero los misiles han matado a civiles incluso durante las conversaciones de paz, dicen los ucranianos. Cientos de miles de mujeres y niños han huido de la zona dejando las áreas que se encuentran bajo constante ataque y el número de refugiados se estima que podría llegar a los siete millones. Sin embargo, desde el primer día los ataques han sido recibidos con una feroz resistencia por parte de los ucranianos, una resistencia que Rusia no había anticipado. Apoyados en las exhortaciones a la movilización del presidente Volodímir Zelenski, no solo los militares, sino todos los que han pedido un arma para participar en los combates han conseguido lo que muchos no creían posible al inicio del enfrentamiento: plantarle cara al ejército ruso.
¿Qué hay detrás de la acción del Kremlin? El analista político Costin Ciobanu, invitado a Radio Rumanía:
“Putin continúa lo que ha estado haciendo durante prácticamente 22 años, tratando de desafiar el orden de seguridad y el acuerdo que se estableció después del final de la Guerra Fría. Este orden liberal internacional, que se estableció después de la disolución de la Unión Soviética, simplemente está siendo desafiado por las acciones que Vladímir Putin está llevando a cabo. Es difícil ponernos en su piel, pero vemos que está tratando de revivir esta idea de la Unión Soviética. No se trata solo de estas dos regiones del Este de Ucrania, se trata de reconocer la soberanía y la existencia de un país. No reconoce los documentos que al final Rusia terminó firmando. Es difícil de explicar, pero piensen en lo que podría representar una Ucrania democrática, una Ucrania que se desarrolla económicamente como se han desarrollado, por ejemplo, los países bálticos o los países de Europa del Este que se han unido a la UE o a la OTAN. Una Ucrania fuerte y democrática es una gran amenaza para un régimen totalitario que desde el punto de vista económico no está yendo bien. El PIB per cápita de Rusia ha bajado, creo, en un 30 % desde el 2014. Entonces, Ucrania es una amenaza para un líder autoritario que, en principio, se basa en la fuerza. Y al mismo tiempo, se trata también del legado de un líder autoritario que lleva ya 22 años en el poder y que intenta, tiene este proyecto de restablecer, de una forma u otra, la Unión Soviética, la Rusia Imperial. Tienen este discurso de cómo Rusia fue humillada en la década de 1990, quieren volver a la gloria que habría tenido Rusia en el siglo pasado.
La invasión rusa , el mayor ataque a un Estado europeo desde la Segunda Guerra Mundial, ha profundizado el aislamiento político y económico de Moscú. “Su narrativa no capta la idea del genocidio en Donbás y Lugansk. Es una historia fabricada que, por el momento, solo atrapa al público doméstico ruso, posiblemente. Sin embargo, la comunidad internacional es inteligente y ve más allá de la propaganda rusa, dice para Agerpres, desde el inicio de las luchas, el analista político Radu Magdin. El apoyo de la comunidad democrática a Ucrania ha llegado en forma de sanciones impuestas a Rusia, que van principalmente en la dirección financiera. La desconexión de algunos bancos rusos del sistema SWIFT, restricciones adicionales al Banco Central de Rusia, listados individuales a la dirección de algunos oligarcas… Son algunas de las medidas con fuerte impacto sobre Moscú, junto con el cierre del espacio aéreo para aeronaves rusas o la decisión de utilizar el Fondo Europeo para la Paz para financiar la asistencia militar a Ucrania. Las consecuencias se están sintiendo en la Federación Rusa y ya están afectando a la población. Sin embargo, no solo Rusia y Ucrania sufrirán como resultado de esta guerra.
El analista político Petrișor Peiu hace referencia, en Radio Rumanía, a algunas de las posibles consecuencias económicas, incluso para Rumanía:
“Viene una grave crisis mundial de materias primas en todo el mundo. Porque tanto Rusia como Ucrania eran grandes productores de materias primas. Para dar un ejemplo muy concreto: este año tendremos un precio increíblemente alto para el trigo. El precio en la cuenca del Mar Negro, donde estamos, prácticamente lo fijaba el trigo ruso y ucraniano, porque ellos realizaban exportaciones mucho más altas que nosotros. El precio de exportación será alto, los productores rumanos tenderán a exportar, especialmente porque habrá una gran escasez en grandes mercados como Egipto o Turquía y luego despertaremos en Rumanía, a nivel nacional, con precios muy altos para el trigo. Y este es solo un aspecto. Porque Ucrania y Rusia juntas representan el 80 % de las exportaciones mundiales de girasol. Muchas cosas se van a encarecer, muchísimos productos, no solo en el área de alimentos.
Pensemos, por ejemplo, dice Petrișor Peiu, que hablamos de Rusia y Ucrania como grandes productores de acero, de muchos metales raros, pensemos que Rusia es el mayor productor mundial de diamantes y el tercer mayor productor de oro y pensemos en las aplicaciones industriales de estos metales.
(Corina Cristea)