¿Estamos en vísperas de una nueva crisis global?
Desde principios de 2016, la economía mundial ha continuado su evolución fuertemente negativa registrada el año pasado y es muy posible que la situación cada vez más grave de China se extienda, y que asistamos a una nueva gran crisis económica global.
Corina Cristea, 20.02.2016, 15:55
Desde principios de 2016, la economía mundial ha continuado su evolución fuertemente negativa registrada el año pasado y es muy posible que la situación cada vez más grave de China se extienda, y que asistamos a una nueva gran crisis económica global. Es la advertencia que han lanzado cada vez más analistas, quienes han afirmado que existen semejanzas entre la crisis que comenzó en 2007 y la situación actual. Si, entonces, el factor que provocó la situación fue el momento en el que estelló la burbuja inmobiliaria en Estados Unidos, el equivalente de ahora podría ser el reventón de la burbuja económica en China, provocado por el mismo sector inmobiliario. Además, al igual que entonces, los mercados de valores están a la baja, sin indicios de que la situación cambie pronto. Al mismo tiempo, se han notado salidas significativas de los inversores de los mercados de acciones.
Algunos especialistas han afirmado que lo que está pasando en el mercado de valores sólo se puede llamar “volatilidad”. El asesor financiero Ionel Blănculescu forma parte de la categoría de aquellos que consideran que hay motivos de preocupación. Invitado por Radio Rumanía, Blănculescu ha afirmado que la economía mundial está ante una nueva crisis:
“Por primera vez en las últimas décadas, se han alineado varios factores de descenso. Se trata de la fuerte caída del precio del petróleo y la reducción a un mínimo histórico del precio de las materias primas. Además, hay que añadir la situación en China. Es decir que todos estos factores, junto con la situación dramática en la Unión Europea debido a lo que significa el asunto de los refugiados, y también la situación de los bancos, que no ha mejorado, todo esto lleva a la conclusión, y lo diría muy claramente, de que estamos ante una gran crisis.”
Las bolsas europeas han registrado importantes reducciones especialmente a causa del pánico que parece dominar los mercados financieros. Las pérdidas se añaden al peor comienzo del año bursátil, de modo que los índices han alcanzado el nivel de hace más de dos años. Los temores de los inversores no tienen razones claras, pero afectan sobre todo a las acciones de los bancos. La explicación surge del hecho de que los tipos de interés de los bancos, extremadamente reducidos, incluso negativos en muchos casos, han hecho a los inversores dudar de que puedan alcanzar los objetivos de rentabilidad y elegir hacer inversiones en valores más seguros.
La economía global vivirá peligrosamente en 2016, con un leve crecimiento en los países desarrollados que compensará las debilidades persistentes en los mercados emergentes, con la inflación y los tipos de interés extremadamente reducidos y tensiones que pueden causar una gran crisis financiera, advirtieron a principios de año los especialistas financieros. ¿Rumanía puede evitar una posible crisis financiera? Dumitru Miron, profesor universitario, doctor de la Academia de Estudios Económicos de Bucarest, ha recordado que Rumanía está conectada a la economía mundial y no puede quedarse inmune a los problemas de la misma:
“Rumanía ya no está tan desconectada, Rumanía se ha externalizado en gran medida dado que el año pasado tuvimos un déficit comercial de casi 12.000 millones de dólares. Esto significa que ya no estamos tan aislados, y todas estas vías como la exportación-importación, el flujo de capital entradas-salidas y las repatriaciones de beneficios, son todos los elementos de conexión a un ambiente turbulento.”
Si empezara una nueva crisis, nos afectaría igual que la anterior, las vías de propagación son las mismas: el capital extranjero, las exportaciones y el pánico, según ha afirmado el economista Dragoş Cabat, en una entrevista a una publicación financiera. “Los bancos dejarán de financiar el mercado local, por lo tanto bajará el nivel de liquidez. El efecto se verá inmediatamente en la absorción de los fondos de la UE, porque dejará de existir la cofinanciación. Las exportaciones se verán afectadas por la reducción de la demanda, y la demanda interna se reducirá debido al pánico. Además, los déficits aumentarían. No tenemos desequilibros desde 2008, pero no estamos totalmente fuera del peligro”, ha explicado el analista económico.
En los papeles, la situación macroeconómica de Rumanía está bastante bien, el ritmo de crecimiento económico ha alcanzado más del 3%, la moneda nacional es bastante estable, y se ha pagado el préstamo que habíamos tomado del FMI durante los tiempos turbios de 2009, según ha mostrado un análisis realizado por una empresa especializada en información comercial y administración del crédito para el ámbito de negocios. Pero las estadísticas pueden engañar, porque según destaca el documento, los logros económicos generales ocultan un desarrollo desigual de la economía, con gran enfoque en el comercio, y con un descenso en el ámbito de la producción junto a la polarización cada vez más acentuada a nivel geográfico.
De momento, la Comisión Europea ha mejorado sus estimaciones sobre el crecimiento económico de Rumanía, afirmando que este año incluso alcanzará el 4,2%. Sin embargo, el próximo año, el crecimiento económico bajará al 3,7%, según el pronóstico de la Comisión. El principal motor del crecimiento económico sigue siendo la demanda interna, mientras que la contribución neta de las exportaciones seguirá siendo negativa. Si empieza una nueva crisis, las primeras señales, es decir el aumento del desempleo, las reducciones salariales, la reducción de la actividad, se podrían ver también en Rumanía, lo más temprano en la segunda parte de 2016.