En la tienda, como en el museo
El riesgo de una recesión en la zona euro ha alcanzado su nivel más alto desde julio de 2020, mientras que los efectos de una posible crisis energética están preocupando aun más a los economistas.
Corina Cristea, 23.09.2022, 16:12
El riesgo de una recesión en la zona euro ha alcanzado su nivel más alto desde julio de 2020, mientras hay una creciente preocupación de que una crisis energética invernal provoque una disminución de la actividad económica, dicen los economistas de Bloomberg. Hogares y empresas en Europa ya se están preparando para la posibilidad de una racionalización energética, después de que Rusia redujera el suministro de gas a la región. Al mismo tiempo, luchan contra una inflación récord y bloqueos en el suministro. Las encuestas sobre la actividad en el sector empresarial muestran que esta comenzó a contraerse ya desde el mes de julio. Al mismo tiempo, se espera que la inflación alcance un máximo del 9,6 % en los últimos tres meses del año, casi cinco veces por encima del objetivo del Banco Central Europeo. Aún aspirando al estatus de miembro de la zona euro, Rumanía se enfrenta, a su vez, a dificultades propias. En un informe del Banco Nacional de Rumanía de hace aproximadamente un mes, se mostraba que la inflación intensificó su ritmo de crecimiento y superó el 15 por ciento, a la vez que surgían problemas por el precio desorbitado de la energía, los combustibles o el aumento del precio de productos alimenticios. Y la inflación aún no ha alcanzado su punto más alto este año, dice el profesor universitario de ciencias económicas, Mircea Coșea, a Radio Rumanía:
Seremos testigos de un aumento de la inflación. No mucho, no muy espectacular. Pero va a crecer. Porque, por ahora, los factores importantes que llevaron a este crecimiento no han perdido importancia: en energía no tenemos buenas noticias, el corte de gas por parte de Rusia ha tenido un efecto negativo. Sin embargo, lo que me interesa es la situación en Rumanía. Esta cifra del 15,3 % es una especie de media de los precios de muchos productos. En este momento nos interesan los productos básicos, los que consume la población en su mayor parte. Estos productos son los alimentos. Sin embargo, la inflación es mucho más alta aquí. Hay un aumento que según algunos cálculos alcanza del 28 al 30 %, quizás incluso más en los últimos días. ¿Cómo hacemos para que esta inflación, que se refiere a los productos más consumidos por la población rumana, sea lo más moderada posible? No se pueden hacer milagros, pero aún se puede hacer algo, por ejemplo, aumentar la oferta de productos agroalimentarios rumanos.
Si el Ejecutivo logra introducir más productos rumanos en el mercado rumano, es decir, tener una oferta mayor, explica el profesor Coșea, se reduce la importación y, así, la inflación puede moderarse. De lo contrario, él no cree en la posibilidad de que, en los próximos meses, la inflación baje. Esto podría tener una tendencia a la baja hacia mediados del próximo año, dado que Rusia se verá obligada por las circunstancias a reanudar la exportación de gas a Europa bajo ciertas condiciones políticas, cree Mircea Coșea:
“Por ahora ha encontrado una solución, en China, en India, pero eso no cubre lo que ganaba de Europa. Por ahora, Rusia está ganando, es el claro ganador en términos de ingresos por las sanciones que ha impuesto Europa, pero esto es una cuestión temporal. La situación económica de Rusia empeora día a día, y eventualmente tendrá que volver a lo que es más importante para ella, es decir, a la acumulación de ingresos: Rusia, desde el punto de vista del comercio exterior, es un país poco desarrollado, vive principalmente de las exportaciones de energía y materias primas. Pero ahora no, por ahora la situación política es muy tensa. No creo que en los próximos meses asistamos a una moderación de la inflación, al contrario, podríamos ver un cierto aumento.
Mientras tanto, en Rumanía continúan las subidas de precios, aunque han reducido ligeramente su avance. A los rumanos les resulta cada vez más difícil hacer frente a los aumentos de precios tan elevados, sobre todo porque sus ingresos se han estancado o han crecido débilmente, muy por debajo de la tasa de inflación. Esta inflación es, de hecho, falsa en comparación con el nivel de vida en Rumanía, en comparación con la situación económica, dice el analista económico Adrian Negrescu:
“Porque, sí, la inflación nos afecta al bolsillo a todos, a cada uno individualmente, pagamos más en los hipermercados, para muchos rumanos, lo he dicho muchas veces, una visita a un hipermercado es como visitar un museo, solo admiran los productos, y si van a comprar, compran por cien gramos. Más allá de esta perspectiva de gente que siente en su bolsillo lo que significa la inflación, el gran problema en este momento me parece que es la inflación en el área económica, en el área productiva. Y el aumento de los precios en puerta de fábrica en más del 50 % anuncia, lamentablemente, la continuación de esta fiebre inflacionaria que llevamos sintiendo desde hace varios meses y que tiende a profundizarse. No nos desharemos de la inflación tan fácilmente porque, lamentablemente, no hemos tomado las medidas necesarias para frenar dos de los componentes esenciales de este mecanismo inflacionario. Uno es el sector energético, donde nosotros solo hemos puesto unas vendas a un paciente que está casi en coma, como es la economía rumana, y no hemos tomado las medidas necesarias para frenar prácticamente la especulación en el sector energético, para moderar los aumentos de precios, especialmente a través de medidas fiscales. Y, por otro lado, tenemos este sector comercial en Rumanía, que también es una zona especulativa y que, lamentablemente, depende cada vez más de las importaciones.
Y la inflación es como una banda elástica, dice Adrian Negrescu, que, si tiras demasiado, se rompe, es decir, las empresas se quedan con bienes y servicios sin vender y la economía se bloquea.