El programa Artemis: un imán para la ciencia, el descubrimiento y la innova
Implementado por la NASA con el apoyo de la Agencia Espacial Europea (ESA), el programa Artemis tiene como objetivo llevar una tripulación humana a la Luna, una tripulación que incluirá, por primera vez, a una mujer.
Corina Cristea, 22.04.2022, 13:11
Implementado por la NASA con el apoyo de la Agencia Espacial Europea (ESA), el programa Artemis tiene como objetivo llevar una tripulación humana a la Luna, una tripulación que incluirá, por primera vez, a una mujer. El plan es que la tercera misión Artemis envíe astronautas al satélite natural de la Tierra en 2025: esta será la primera tripulación en alunizar después de una pausa de más de 50 años desde la misión Apolo 17. Como parte de esta colaboración, la ESA pone a disposición el Módulo de Servicio Europeo para Orión, la fuente de energía que alimenta y propulsa la nave espacial. Con el fin de establecer principios comunes, direcciones y buenas prácticas aplicables a todo el programa para la exploración con fines pacíficos de la Luna, Marte, asteroides y cometas, la NASA ha iniciado un conjunto de declaraciones —los acuerdos Artemis— que Rumanía ha firmado a principios de marzo. Rumanía se ha convertido así en el decimosexto país firmante y, junto con los demás, asume la responsabilidad de tomar las medidas adecuadas para garantizar que las entidades, así como los operadores privados que actúan en su nombre, cumplan con los principios de estos documentos. Nos unimos al programa Artemis para explorar la Luna principalmente debido a un espíritu de colaboración. (…) Uno de los beneficios más claros de participar en esta misión única es la capacidad de Artemis de ser un imán que atraiga a las generaciones más jóvenes a la ciencia, el descubrimiento y la innovación, cosas que los robots aún no pueden hacer. También es una forma de cambiar el enfoque de los conflictos entre las personas hacia el desafío de descubrir, explorar y defender el planeta, dice el presidente de la Agencia Espacial Rumana (ROSA), el físico Dr. Marius-Ioan Piso, quien firmó los acuerdos en nombre de Rumanía. Los acuerdos Artemis contienen, reafirman y desarrollan varios principios del derecho espacial, de conformidad con las normas y prácticas establecidas en el Tratado de 1967 que rigen la actividad de los Estados en la exploración y utilización del espacio más allá de la atmósfera. Se trata de principios como la exploración pacífica, la transparencia, el apoyo de emergencia, el suministro de datos científicos o la preservación del patrimonio, principios establecidos en estos acuerdos que están destinados a ser aplicados a las actividades espaciales civiles realizadas por los organismos pertinentes de cada signatario. Invitado a Radio Rumania,
Marius-Ioan Piso explicó que el tratado de hace 55 años sigue vigente, no ha habido cambios, hablamos solo de ajustes sutiles que no han cambiado la esencia, pero que son necesarios para una adaptación a las condiciones actuales:
Los problemas sobre los que se discuten, los problemas fundamentales son aquellos relacionados principalmente con la propiedad en otros planetas, cuerpos celestes, áreas del universo, esto es uno de los temas, y los problemas relacionados con los recursos, el uso de los recursos en el espacio, es decir, la posibilidad de modificar, digamos, el Universo para traer algunos recursos a la Tierra. Y hay otro tema que salta a la vista de todos, es el del uso con fines pacíficos. Por lo demás, no hay cambios —los ajustes son principalmente para los recursos, donde a nivel europeo también hay una iniciativa: se ha creado un centro de recursos espaciales en Luxemburgo que trabaja para Europa—, por lo que se puede mantener la antigua comparación entre el derecho espacial y el marítimo, en lugar de la Luna podemos pensar en la Antártida, las diferencias son bastante pequeñas, solo hay diferencias en términos de la capacidad y los costos necesarios para lograr ciertos objetivos.
En cuanto a los recursos espaciales, se trata de la caza de los hipotéticos diamantes en meteoritos y asteroides, explica el Dr. Marius-Ioan Piso, o los hipotéticos metales pesados. Por otro lado, por ejemplo, en el caso de la Luna, la concentración de helio, del isótopo 3 del helio (Helio -3) es significativamente mayor que la de la Tierra y puede utilizarse más convenientemente como combustible para futuros reactores de fusión, por lo que hablamos también de un propósito comercial. Pero, agrega el director de la Agencia Espacial Rumana:
“La Luna es, ante todo, interesante para la ciencia, es esencial. La Luna puede servir como emplazamiento para detectores, para sistemas de medición, para experimentos que no pueden resolverse en condiciones humanas, digamos, en la Tierra. La Luna también nos puede dar mucha información sobre lo que pasó y lo que está pasando alrededor de la Tierra. Toda la superficie lunar funciona como una especie de magnetófono, una especie de grabadora de la historia de unos cuatro o cinco mil millones de años desde que existió y estas cosas se pueden descifrar. Quiero agregar otro objetivo importante para la Luna: usar nuestro satélite como base para misiones a otros planetas, a Marte, por ejemplo. Es decir, para hacer estos vuelos desde allí porque es mucho más sencillo, allí aprovecharíamos la bajísima gravedad de la Luna, unas seis veces menor que la de la Tierra, y entonces este sería un tercer objetivo.
Más que nunca, es importante trabajar juntos a través de las fronteras para fortalecer nuestras alianzas y garantizar el uso pacífico del espacio exterior, dijo en la ceremonia de firma de los documentos el administrador de la NASA, Bill Nelson, según el cual la adhesión de Rumanía a los acuerdos Artemis es un paso importante para lograr este objetivo. Estados Unidos ha disfrutado de relaciones diplomáticas con Rumanía durante más de 140 años, y la NASA da la bienvenida al espíritu explorador que aporta Rumanía en el dominio espacial, mientras trazamos un nuevo rumbo juntos, agregó Bill Nelson.