De camino a Schengen
La reciente declaración del canciller alemán Olaf Scholz devolvió la esperanza a Bucarest de que uno de los principales objetivos de la política exterior de Rumanía pueda finalmente cumplirse.
România Internațional, 09.09.2022, 10:33
El espacio Schengen es uno de los mayores logros de la UE que debemos proteger y desarrollar. Esto significa cerrar ciertas brechas. Croacia, Rumanía y Bulgaria cumplen todos los requisitos técnicos para ser miembros de pleno derecho. Actuaré para que se conviertan en miembros de pleno derecho. La declaración del canciller alemán Olaf Scholz —que se produjo después de varios años en los que Alemania, junto con los Países Bajos, se oponía a la adhesión de Rumanía al espacio europeo de libre circulación— devolvió la esperanza a Bucarest de que uno de los principales objetivos de la política exterior de Rumanía pueda finalmente cumplirse. ¿Cómo de importante es este anuncio? El jefe de la diplomacia rumana, Bogdan Aurescu:
Es un anuncio extremadamente importante porque es la primera vez que Alemania anuncia al más alto nivel, y sin condiciones, el apoyo político a la adhesión de Rumanía al espacio Schengen. Este anuncio se produce después de que el presidente francés, Emmanuel Macron, también anunciara el apoyo de Francia a este objetivo político a mediados de junio, durante su visita a Rumanía, en Constanza. Del mismo modo, sin condiciones. Lo que significa que contamos con el apoyo de los Estados más importantes de la UE y, al mismo tiempo, Estados que, en el pasado, han expresado ciertas reservas hacia este objetivo de la adhesión de Rumanía al espacio Schengen.
Bucarest había hecho concienzudamente sus deberes, pero, a pesar del cumplimiento de este acervo, el momento de la integración, originalmente previsto para marzo de 2011, no parecía para nada más cercano. Recientemente, sin embargo, las señales positivas se han multiplicado, con los representantes de Rumanía recibiendo garantías de apoyo de varias capitales occidentales, como Helsinki o Copenhague. Invitado a Radio Rumanía, Radu Magdin, consultor, analista y comentarista de política exterior, estima que todavía hay que esperar hasta el momento de la adhesión.
Ciertamente va a tardar todavía. No esperen que ahora, milagrosamente, solo unos días después, de repente, el gobierno holandés venga y diga «¡oh!, hemos visto lo que han dicho los alemanes y, teniendo en cuenta que son más grandes, más fuertes y que, en general, estamos coordinados, vamos a levantar cualquier tipo de oposición a la adhesión de Rumanía y Bulgaria al espacio Schengen». La señal política, de hecho, es importante. La oposición neerlandesa a nuestra adhesión parece mantenerse por el momento, en el sentido de que no vemos, al menos en el futuro inmediato, un cambio de actitud. Pero, de nuevo, la señal política importa. Digo esto porque, muchas veces, en los círculos europeos, cuando un país, digamos, del centro, del núcleo, como se define, de la Unión Europea —y Holanda es un Estado fundador, junto con otros Estados del Benelux, Alemania, Francia e Italia, del proyecto europeo—, cuando en ocasiones tal Estado se opone a un proyecto particular de otro Estado, mucha gente piensa, desde el área de análisis, en que podría tener otro apoyo detrás, de un socio más grande. Pero, viendo que Alemania nos llega con un mensaje tan firme, podemos concluir que —y muy probablemente, por cierto, Alemania se sincroniza con Francia en ciertos temas—, podemos concluir que al menos cualquier tipo de opinión relacionada con otro apoyo detrás de Holanda, aparte de su oposición puntual, ya no existe.
¿Qué ganará Rumanía con la adhesión al espacio Schengen, qué significará esto para los ciudadanos rumanos, para los transportistas? Radu Magdin:
“Prácticamente, ya no se pasaría por un régimen de control, ya sea que hablemos del aeropuerto o de las fronteras terrestres. Entonces, pasas tranquilamente en coche de Francia a España, pasas tranquilamente en tren de Alemania a Bélgica y así, sin control, como ejemplo, o en el aeropuerto. Para los transportistas, las cosas realmente tienen un interés y descubrimos lo que está en juego, más aún cuando nuestras aduanas cada vez se vuelven más congestionadas, mostrando nuestra solidaridad con Ucrania y siendo Rumanía un centro logístico clave, tal vez incluso más importante que Polonia en lo relativo a la situación actual de Ucrania, pero también a su futura reconstrucción. Entonces, el hecho de que, como vimos en un momento, en las primeras semanas de la guerra en Ucrania las aduanas entre Rumania y Hungría estuvieran abarrotadas y viéramos una serie de frustraciones expresadas en relación con el régimen aduanero entre Rumanía y Hungría, es una prueba muy concreta de lo que significaría entrar en el espacio Schengen. Schengen, concretamente, hubiera significado que se podría conducir de manera segura desde Rumanía a Hungría, ya que Hungría está en el área Schengen, y desde Hungría hasta más lejos, a Austria u otros Estados.
En otras palabras, los transportistas ya no tendrían que perder horas enteras para salir o entrar al país. Queda por ver, sin embargo, cuándo se producirá la adhesión, porque, añade Radu Magdin, ya ha habido antes declaraciones políticas como la de Alemania, ciertamente, pero no de tal magnitud. Incluyendo a la Comisión Europea, que admitió periódicamente que Rumanía tiene derechos en el expediente Schengen. Tendremos que ver, dice el analista, si Holanda cambia su postura y va más allá de las hipocresías políticas internas y de sus intereses y hace un gesto europeo de solidaridad, pudiendo finalmente contar con la solidaridad de Rumanía, cuando también así lo necesite.