Consecuencias del declive demográfico
Un nuevo estudio presentado por la Cámara de Comercio Rumano-estadounidense ha analizado el impacto económico de la escasez de mano de obra en Rumanía, y los resultados muestran que el país podría perder un millón de personas de su mano de obra activa en
Corina Cristea, 10.11.2023, 12:25
Un nuevo estudio presentado por la Cámara de Comercio Rumano-estadounidense ha analizado el impacto económico de la escasez de mano de obra en Rumanía, y los resultados muestran que el país podría perder un millón de personas de su mano de obra activa en la próxima década. Solo en 2026, si no se toman medidas inmediatas, la escasez de mano de obra podría alcanzar a más de 220 000 personas, a pesar de que los documentos muestran que cinco millones de personas pueden trabajar, pero no figuran como empleados. Para una población de unos 20 millones de personas, el número oficial de empleados es de cinco millones, por lo que un simple cálculo aritmético demuestra que sólo trabaja una cuarta parte de los rumanos. El profesor Mircea Coșea, de la Academia de Estudios Económicos de Bucarest, explicó esta situación a Radio Rumanía:
«Hay que tener en cuenta dos elementos. El primero es el llamado síndrome italiano, es decir, en Rumanía existe cierta tradición de que los jóvenes permanezcan con sus padres en la misma casa, aunque se casen, más tiempo del que deberían. Se quedan hasta los 35-40 años. Es lo que ocurría en Italia hace 20 o 30 años. Por eso se llama el síndrome italiano. Y eso significa que, teniendo de lo que viven, de las pensiones o de las ayudas de sus padres, no trabajan. Al fin y al cabo, es una cuestión de educación. El segundo problema es, digamos, político. A saber, por razones políticas, en Rumanía, la categoría de los que reciben dinero no para trabajar, sino para votar, es mayor que en otros países. Existen los llamados salarios sociales, todo tipo de prestaciones, todo tipo de bonificaciones que se dan a la población que puede encontrarse al margen, sin trabajar, pero que es objeto de un trato muy cuidadoso por parte de los alcaldes u otras fuerzas locales para que acuda a las urnas, para que vote a quienes, en última instancia, les mantienen vivos dándoles dinero. Esto es grave, porque significa que Rumanía está perdiendo mano de obra activa, por un lado, y que el mercado laboral se está politizando en exceso, por otro. Y es algo complicado».
El problema en sí es mucho más grave, a saber, dice Mircea Coșea, Rumanía tiene un problema que será extremadamente grave para la nación rumana en el futuro: un gran déficit demográfico. De hecho, las estadísticas demográficas de toda la Unión son alarmantes y muestran que la población europea está disminuyendo drásticamente. Las cifras muestran que mientras que a principios del siglo XIX la población de Europa representaba el 15 % de la población del planeta, en 2050 sólo representará el 5 %. Esto es consecuencia del crecimiento demográfico en otras regiones del mundo y del descenso de la población en Europa. El fantasma del envejecimiento de la población empieza a acechar a Europa, sobre todo porque el número de niños disminuye y se calcula que en 2050 la edad media en la UE será de 49 años. ¿Cuál será el resultado? El declive de la población activa y de los sistemas sanitarios y de pensiones. El declive demográfico es quizá el mayor reto para el futuro de Rumanía, según los expertos. Las cifras varían de un año a otro, pero en las últimas décadas ha quedado claro que la población de Rumanía disminuye. No nacen suficientes niños en el país para compensar las pérdidas que Rumanía está experimentando a medida que millones de personas abandonan el país, señala el profesor Mircea Coșea:
«Entre 4 y 5 millones de rumanos viven en el extranjero y tienen hijos nacidos en el extranjero, más de los que nacen en Rumanía, lo que significa que nos enfrentaremos a una complicada escasez de mano de obra. El Estado rumano no ha tomado ni está tomando medidas importantes al respecto, es decir, debería tener una política demográfica muy activa que fomente las familias nuevas y jóvenes, los nacimientos y la crianza de los hijos. Ahora bien, todos sabemos que aquí vamos muy retrasados, no ayudamos a los jóvenes, no tenemos suficientes guarderías, jardines de infancia, escuelas, no tenemos ningún tipo de incentivo para que la población joven tenga hijos y se quede en Rumanía. Nos costará mucho, nos costará mucho en el futuro, le costará a la nación rumana. Y ahora se está produciendo un fenómeno en el mercado laboral que también tendrá consecuencias negativas, a saber, estamos importando mano de obra, porque ya no podemos arreglárnoslas con nuestra propia mano de obra, que no funciona por las razones que he mencionado antes, y por eso importamos».
Las previsiones indican que la población de Rumanía podría bajar hasta los 15 o 16 millones de habitantes en 2050. El declive demográfico no es un buen augurio para la economía y la sociedad, pues significaría una economía más pequeña y el envejecimiento de la población. Al mismo tiempo, los economistas afirman que el declive demográfico provocará cambios en la estructura del consumo y la producción. ¿Qué se podría hacer? Necesitamos leyes sociales que estimulen la natalidad, facilidades para las familias jóvenes, ciertas condiciones para las madres jóvenes que tienen carrera porque les resulta muy difícil ocuparse de sus hijos después del trabajo y criarlos, más guarderías y jardines de infancia. «Si no se incentiva, si no se garantiza que los nacimientos estén bien financiados, que la crianza esté bien organizada, con profesores bien formados, cuidadores, guarderías y hogares, no hay forma de que la población crezca», afirma el profesor Mircea Coșea.
Autora: Corina Cristea
Versión en español: Antonio Madrid