Chisináu relanza sus relaciones con socios estratégicos
Aproximadamente la mitad de los cuatro millones de ciudadanos de la República de Moldavia vive y trabaja en el extranjero.
Corina Cristea, 05.02.2021, 19:14
Aproximadamente la mitad de los cuatro millones de ciudadanos de la República de Moldavia vive y trabaja en el extranjero. En gran medida, gracias al dinero que envían a sus familiares se debe el hecho de que el país, marcado por numerosos casos de corrupción, no está en quiebra. También ellos fueron los que inclinaron la balanza el pasado mes de noviembre a favor de la prooccidental Maia Sandu quien se convirtió en la primera mujer en ocupar el cargo de presidenta de la antigua república soviética, con mayoría de rumanohablantes. Poco tiempo después de que los resultados oficiales le confirmaran la victoria clara en contra del exlíder de Chisináu, el socialista prorruso Igor Dodon, Maia Sandu anunció sus prioridades: la lucha contra la corrupción, la reforma de las instituciones y la consolidación de un Estado que asegure un alto nivel de vida para los ciudadanos. Para salir de la pobreza, la República de Moldavia necesita inversiones y empleos de modo que los que ahora están en la diáspora puedan volver a casa para reconstruir el país, según señalan los analistas. Necesita apoyo exterior y de acuerdo con esta dirección, desde las primeras semanas de mandato, Chisináu ha empezado las gestiones para optimizar las relaciones con socios estratégicos, relaciones congeladas durante el mandato de Igor Dodon.
La primera visita oficial a la República de Moldavia fue la del jefe del Estado rumano, Klaus Iohannis. El objetivo de su visita, conforme a la administración presidencial de Bucarest, fue transmitir un fuerte mensaje de apoyo a la nueva líder de Chisináu y a los ciudadanos de la República de Moldavia en el esfuerzo de democratización, de implementación irreversible de los principios del Estado de derecho y de consolidación del camino europeo del país. La visita tiene un valor simbólico ya que en los últimos cinco años el presidente Iohannis ha optado por no ir a la República de Moldavia.
Las cosas vuelven a la normalidad, según ha apreciado en Radio Rumanía, Vlad Țurcanu, editorialista y comentarista político de Chisináu, el día de la visita del jefe del Estado rumano:
´´En términos sentimentales, podríamos decir que por más accidentes políticos que tengamos aquí, en la República de Moldavia, y estos accidentes ocurren frecuentemente en este territorio con arenas movedizas, en un determinado momento se reinstala la normalidad desde este punto de vista. Diplomáticamente, las relaciones están en su más alto nivel después de que el señor Iohannis evitara las relaciones políticas y diplomáticas con el antiguo líder del país, Igor Dodon. Después del encuentro de hoy esperamos que también otros lazos se creen, lazos que se mantuvieron en un estado de apatía. Aunque las relaciones no se han interrumpido definitivamente, como sucedió en el 2009 cuando fue expulsado un embajador de Rumanía, hubo bloqueos artificiales en ciertos campos.
En tan sólo algunas semanas hemos logrado desbloquear las relaciones con nuestros vecinos y socios estratégicos, Rumanía y Ucrania, después de un período en el que las relaciones de alto nivel estuvieron congeladas debido a la política hóstil de los gobernantes de Chisináu tanto hacia Bucarest como hacia Kiev, según ha declarado Maia Sandu:
“Otro socio importante con el que deseamos reiniciar las relaciones es la Unión Europea. Queremos relanzar el proceso de acercamiento de la República de Moldavia a la UE mediante reformas democráticas y económicas que transformen a la República de Moldavia en un Estado europeo, en un Estado con instituciones europeas, con escuelas, hospitales y caminos europeos, con un futuro europeo que actúe exclusivamente en el interés de todos los ciudadanos.
Debido a los abusos antidemocráticos de Chisináu en aquel momento, Bruselas congeló en 2018 una gran parte de la asistencia financiera para la República de Moldavia. Preparada para relanzar esta relación, Maia Sandu se reunió con todos los líderes de Bruselas quienes la aseguraron de que el país recibiría apoyo por parte del bloque comunitario en los esfuerzos de reforma y consolidación de la democracia, así como en la lucha contra la pandemia de COVID-19.
En el próximo período Maia Sandu necesita consolidar su posición política en Chisináu, según afirma el analista Vlad Țurcanu. Probablemente, este año tendrán lugar elecciones anticipadas para que la presidenta pueda obtener una mayoría parlamentaria que le permita tener un Gobierno que apoye sus gestiones políticas y diplomáticas:
“Sin embargo, es posible que este primer año de mandato de Maia Sandu sea un año de sacrificio: continuar la lucha contra Dodon y contra los demás oligarcas bastante poderosos puesto que el millonario que desapareció en 2014 volvió a la República de Moldavia y causa estragos desde este punto de vista, es decir compra y corrompe a muchos políticos, pero el mandato de Maia Sandu apenas ha comenzado. A pesar de ser una figura política poco experimentada, la líder de la República de Moldavia logró ocupar el cargo más importante del Estado, pero creo que aún tiene el entusiasmo que la proyectó para el cargo de presidente. Cuenta con un apoyo popular enorme frente a las alianzas de algunos partidos que no desean perder el control del sistema, de los flujos financieros, y esto la ayudará a obtener el apoyo político. No cabe duda de que en el futuro la Unión Europa la apoyará a través de instrumentos políticos y financieros para dar consistencia a su mandato. Es una apertura total para Maia Sandu en Bruselas. Seguramente Occidente supone que la República de Moldavia tendrá en el futuro semejantes accidentes históricos como el mandato de Igor Dodon si nadie interviene.
En conclusión, según afirma Vlad Țurcanu, la República de Moldavia necesita un plan para salir de la zona gris en la que se hunde cada diez años.