Buen sistema inmunitario – métodos de prevención
Definida como la capacidad del organismo para defenderse de virus, bacterias y parásitos, la inmunidad desempeña un papel crucial en el mantenimiento de la salud.
Corina Cristea, 07.06.2024, 18:41
Los libros de especialidad explican que existen dos líneas de defensa: la inmunidad innata, que incluye barreras físicas como la piel y las membranas mucosas, y la inmunidad adaptativa, formada por células y proteínas especializadas que atacan la causa específica de la infección. Según los expertos, para mantener un buen sistema inmune es esencial llevar un estilo de vida sano, basado en calidad nutricional, ejercicio físico y una hidratación adecuada.
Las personas que tienen un sistema inmune fuerte enferman con menos frecuencia y se curan más rápido, y son capaces de hacer frente al estrés con más facilidad. En el otro extremo, una inmunidad deficiente crea muchos problemas al organismo, que tiene que defenderse, incluso en caso de enfermedad. Maria Marcvart, médico especialista en medicina interna y ozonoterapia, ha hablado sobre estos temas en Radio Rumanía y ha destacado la importancia de una buena inmunidad como medida preventiva.
En los últimos años se ha demostrado muy claramente que la carencia de vitamina D provoca una disminución de la inmunidad, afirma la doctora Maria Marcvart.
«¿Qué podemos hacer? Tomar las vitaminas D y la vitamina C. Las tomo yo misma y se las recomiendo también a los pacientes. Por supuesto que lo ideal es dosificar la vitamina D. La tendencia general, incluso en Italia, en las zonas rurales, es que la gente tiene carencia de vitamina D. En los últimos años se ha demostrado muy claramente que la deficiencia de vitamina D conduce a una disminución de la inmunidad. La inmunidad deficiente significa que no estamos protegidos contra los resfriados, las enfermedades infecciosas graves o contra el cáncer, una enfermedad en la que el organismo debe defenderse. Producimos células cancerosas desde los primeros días de vida, cada segundo, cada minuto, nace una célula atípica. Si nuestros linfocitos, que son los francotiradores, están bien, y además son lo suficientemente numerosos y armados, entonces todo va bien, si no, no».
¿Cómo podemos cuidar a estos «francotiradores»? La dieta sería lo más práctico, explica la doctora Maria Marcvart.
«Una dieta sana significa proteínas de buena calidad, más glúcidos procedentes de frutas y carbohidratos o sea preparados con harina lo más complejos posible. Y, por supuesto, todo lo que nos aporten la fruta y la verdura. No olvidemos que debemos comer al menos una ensalada al día o al menos un tentempié de fruta al día. Los lácteos los pondría al final de la lista. No debemos olvidar que somos la única especie que come queso y lácteos en la edad adulta. Así que, los podemos comer de vez en cuando, sin exagerar. Tenemos que entender que nos mantienen en un estado de inflamación crónica, que se nota en la lengua saburral y las membranas mucosas que reaccionan muy fácilmente a los virus. ¿Sabía que la obesidad también se considera con estado inflamatorio general? La depresión también está relacionada con un estado inflamatorio general. Y hay muchas más cosas, la inflamación hoy en día significa mucho más que hacerse daño en la mano, estar hinchado, rojo o dolerte algo».
La hidratación también desempeña un papel importante y, como forma de tratamiento, la doctora Maria Marcvart recomienda la ozonoterapia, la administración de ozono médico en el organismo para el tratamiento de diferentes enfermedades. Se puede administrar de diversas formas e introduce ozono en el organismo, aumentando el nivel de oxígeno en los tejidos. El ozono actúa bien directamente, sobre todo en el caso de los virus, de las bacterias, de los parásitos o mediante una muy buena oxigenación de los tejidos enfermos, o bien indirectamente, estimulando al organismo para que ponga en marcha sus propios mecanismos de defensa y reparación en el caso de varias enfermedades, ha explicado Maria Marcvart.
«Hay numerosas afecciones en las que la ozonoterapia es útil porque realmente posee determinadas formas de actuar sobre algunos síntomas claros. Por ejemplo, es un buen antiinflamatorio. La inflamación que tenemos desde dolor de rodilla, de hombro o de espalda hasta intestino irritable es también un tipo de inflamación. El ozono es también un buen desintoxicante, un buen antioxidante. Por ejemplo, la diabetes es una enfermedad que se caracteriza por mucho estrés oxidativo porque estos productos pro-oxidantes no están en equilibrio con nuestros antioxidantes naturales. Aquí el ozono obliga al cuerpo a llevar sus propias batallas. Es muy bueno en casos donde no tenemos suficiente oxigeno para un tejido en particular. Estas enfermedades micro-circulatorias realmente no se pueden curar de otro modo y aquí es donde interviene la ozonoterapia para equilibrar la inmunidad. Es un inmunomodulador, un estimulador de la inmunidad».
La ozonoterapia se puede aplicar con muy buenos resultados tanto en simples infecciones respiratorias como en complicaciones de la diabetes, artrosis, espondilosis, neuralgias y neuropatías o como tratamiento complementario en enfermedades oncológicas, afirma la doctora Maria Marcvart.
Versión en español: Monica Tarău