Bucarest – Chisináu, una relación especial
Treinta años después de obtener la independencia, la República de Moldavia (exsoviética, en su mayoría de habla rumana) todavía busca un futuro mejor para sus ciudadanos.
România Internațional, 24.12.2021, 17:00
Treinta años después de obtener la independencia, la República de Moldavia (exsoviética, en su mayoría de habla rumana) todavía busca un futuro mejor para sus ciudadanos. Sus habitantes disminuyen en número año tras año, porque muchos de ellos optan por dejar el país y buscar una vida mejor en Occidente. Es una triste consecuencia de la política mantenida a lo largo del tiempo por los responsables de la toma de decisiones en Chisináu. Esta es una política que ha generado muchos problemas, sobre todo económicos. Sin embargo, la esperanza de algo mejor se ha reavivado con la llegada al poder de Maia Sandu, una presidenta reformadora y europeísta, determinada a modernizar por completo el Estado y sus instituciones. Ahora hay más posibilidades, ya que ahora en Chisináu existe un Gobierno que trabaja en sincronía con su presidente. Pero también un Parlamento donde existe una mayoría que, además, apoya este esfuerzo de reforma. Y el apoyo de Bucarest para esta tarea es rápido e incondicional.
Invitado a la televisión pública, el jefe de la diplomacia rumana, Bogdan Aurescu, recordó que el 23 de julio fue el primer funcionario europeo en visitar Chisináu después del momento extremadamente importante de las elecciones parlamentarias anticipadas y discutió con funcionarios moldavos sobre el relanzamiento de la cooperación. «Todo lo que he hecho este año —y recuerdo que el primer jefe de Estado que visitó la República de Moldavia en diciembre del año pasado, después de que Maia Sandu ganara las elecciones, fue el presidente de Rumanía, el Sr. Klaus Iohannis—», dice Bogdan Aurescu. «Todo lo que hemos hecho este año ha sido intentar, tras las elecciones anticipadas que llevaron al poder a esta nueva mayoría proreformista y proeuropeísta, apoyar este esfuerzo de reforma»
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Podemos decir que hemos llegado a un punto en el que las prioridades de la agenda bilateral ya no pueden ser eludidas y vemos que ya es también de interés mutuo de las élites, no solo de los ciudadanos, porque durante mucho tiempo, prácticamente los ciudadanos parecían estar ante las autoridades, quienes por diversas razones no conseguían cooperar y no lograban materializar todos esos impulsos que siempre ha tenido la gente en ambas orillas del Prut, dice a Radio Rumanía el comentarista político Vlad Turcanu, exasesor presidencial en Chisináu:
«Las autoridades de Chisináu comenzaron este otoño, conforme pasaron las elecciones anticipadas del 11 de julio y tras la instalación de un nuevo Gobierno, reformas extensivas en prácticamente todos los ámbitos y son conscientes de que sin la contribución de Estados amigos como Rumanía no va a ser nada fácil. Tomemos, por ejemplo, la crisis del gas, que podemos decir que ya ha terminado, aunque todavía haya algunas reminiscencias. Pero en esos días de incertidumbre importaron muchas cosas para el ambiente de Chisináu y para la seguridad de los esfuerzos políticos en Chisináu: las señales de apoyo de Bucarest y otras capitales europeas. Y desde mi punto de vista, no es poca cosa saber que en caso de fuerza mayor tienes la posibilidad de recibir gas de Rumanía, a través de un gasoducto que se ha construido gracias a una gran contribución de Rumanía. Hay muchas vulnerabilidades en la República de Moldavia: en el sistema energético, en el sistema de información, en el de seguridad, que estarán aún más sujetas a especulación por parte de los enemigos de la República de Moldavia. Estos riesgos, que han sido ignorados durante mucho tiempo, reaparecerán y la experiencia de Rumanía en estos campos y en otros será muy útil para las transformaciones que hemos comenzado aquí en la República de Moldavia».
El Gobierno proeuropeo que ha obtenido una amplia mayoría en el Parlamento (63 escaños de 101) debe demostrar que es capaz de implementar las reformas que ha prometido y, según agrega Vlad Turcanu, a medida que la República de Moldavia sale del aislamiento en el que ha estado sumida durante los últimos años, se avecinan diversos proyectos que darán ejemplo de que la República de Moldavia está en la senda europea y va a solucionar todos aquellos problemas que se han acumulado. Y la ayuda de Rumanía es muy importante. De nuevo, Vlad Turcanu:
«Hay muchas líneas de cooperación. Los ministros de Relaciones Exteriores de Rumanía y la República de Moldavia han firmado una hoja de ruta sobre las áreas prioritarias de cooperación, las de educación, un acuerdo sobre el reconocimiento recíproco de diplomas, certificados y títulos científicos. Sin embargo, lo más importante en la agenda de la infraestructura es la reconexión energética de la República de Moldavia al sistema eléctrico de la UE. Porque aquí está una de esas vulnerabilidades de las que hablaba. La República de Moldavia contrata energía eléctrica de la central térmica de Cuciurgan, que se encuentra en la margen izquierda del Dniéster, en el territorio de la no reconocida República de Transnistria. Y esto siempre ha ralentizado a la República de Moldavia, porque ha tenido que tener mucho cuidado en sus relaciones con la Federación de Rusia, para no quedarse sin electricidad en algún determinado momento”.
La hoja de ruta mencionada es muy concreta y se refiere a cada área de interés en la relación bilateral. El documento fue firmado durante la reciente visita oficial de Maia Sandu a Bucarest, en el contexto del 30 aniversario de las relaciones diplomáticas entre los dos países este año. Un documento que tiene como objetivo implementar en el próximo período todo lo necesario para lograr los principales objetivos: estimular la integración europea de la República de Moldavia, lograr una interconexión más profunda de este país en el espacio de la UE, pero también estimular el desarrollo económico y social de manera que los ciudadanos moldavos se beneficien de los estándares verdaderamente europeos en todo lo que significa la vida, la sociedad, la administración y la justicia. Por último, pero no por ello menos importante, el deseo común es consolidar una comunidad de lengua, cultura e historia.