Turismo vitícola en Rumanía
La viticultura rumana se basa en las variedades reconocidas a nivel internacional tanto por su cantidad, como por su calidad a través de los premios obtenidos en concursos importantes. Es una razón más para elegir como destino de vacaciones las zonas de colinas de Rumanía, cubiertas con grandes superficies de vid. Aquí hay muchos hostales y bodegas donde podrán probar platos típicos y buenos vinos. Los turistas son iniciados en el arte y la técnica de la degustación de vinos, y al visitar las bodegas, pueden escuchar la historia de los vinos. Al final de la visita, los visitantes de las bodegas pueden descansar en la tienda de presentación, donde hay recuerdos líquidos.
România Internațional, 30.09.2021, 14:13
La viticultura rumana se basa en las variedades reconocidas a nivel internacional tanto por su cantidad, como por su calidad a través de los premios obtenidos en concursos importantes. Es una razón más para elegir como destino de vacaciones las zonas de colinas de Rumanía, cubiertas con grandes superficies de vid. Aquí hay muchos hostales y bodegas donde podrán probar platos típicos y buenos vinos. Los turistas son iniciados en el arte y la técnica de la degustación de vinos, y al visitar las bodegas, pueden escuchar la historia de los vinos. Al final de la visita, los visitantes de las bodegas pueden descansar en la tienda de presentación, donde hay recuerdos líquidos.
Paramos en la provincia de Buzău, en la curvatura de los Cárpatos, en una de las regiones vitícolas más importantes de Rumanía y en uno de los mejores viñedos para obtener vino tinto. Mihai Baniță es uno de los dos enólogos de la Bodega Lacerta.
“El viñedo Dealu Mare es definitivamente el viñedo más valioso para obtener el vino tinto en Rumanía. Además del aspecto favorable creado por la mezcla entre la calidad de la tierra y el número de horas de sol, lluvias y todo lo que significa el buen desarrollo de la uva, también es importante el hecho de que está cerca de Bucarest. Esto hace que el número de aficionados al turismo vitícola sea bastante alto. Ellos tienen que viajar sólo poco más de una hora de Bucarest a donde comienza el viñedo de Dealu Mare.
Para visitar la bodega, es preferible, pero no obligatorio, que las personas tengan cita, ha afirmado Mihai Baniță.
“Los turistas entran en la propiedad, y la visita comienza con una copa de bienvenida y con una visita de la bodega. Esto supone visitar y recorrer todas las zonas de producción. La visita de la bodega dura aproximadamente 30 minutos. Durante esta visita, se intenta presentar el flujo tecnológico, para que la gente entienda más fácilmente cómo llega el vino a la copa. Después, la visita acaba con la zona reservada para la degustación, donde se evalúan tres o seis vinos. Somos flexibles y es posible llegar a siete vinos. Depende mucho del grupo que nos visita. Por lo tanto, durante una hora y media se visita la bodega y se realiza la degustación de vinos distintos. Siempre intentamos elegir un tema. Según el grupo, si hacemos dos o tres preguntas, nos damos cuenta si están más interesados en los vinos blancos o tintos. Y los vinos deben ser muy distintos, para que se entienda que cualquier vino tiene su oportunidad. El vino se toma en diferentes momentos, en compañías distintas, con comida distinta.
Aproximadamente ocho mil turistas visitan esta bodega practicando el turismo enológico. Mihai Baniță, enólogo.
“De este número total, aproximadamente un 30% son extranjeros. Muchos de ellos trabajan en Rumanía, sobre todo en Bucarest. Sin embargo, hay bastante gente que visita Rumanía y también realiza degustaciones. Lo más importante es que la gente se vaya impresionada por la calidad del vino. Pero está claro que la ubicación de la bodega entre las colinas, con un paisaje que recuerda a la Toscana, nos ayuda en nuestra tarea a favor del turismo vitícola. Básicamente, el vino debe ser la estrella de una bodega, y después de una degustación, la gente debe volver primero por la calidad del vino.
Y en términos cualitativos, los vinos rumanos están en muy buena situación. La relación calidad-precio es muy buena. El enólogo Mihai Baniță.
“Al final, este es el factor decisivo. Hay muchísimas plantaciones que siguen creciendo. Se ha replantado muchísimo en los últimos 10-15 años. Hay un potencial tremendo, todo se está desarrollando y crece continuamente desde hace más de diez años. Se han construido muchísimas bodegas. Este sector se ha modernizado y se ha tecnologizado totalmente. Hay potencial, y hay que tener un poco más de paciencia y crear una mejor conexión entre la zona de venta y de promoción y la calidad del vino, del producto. En general, el vino rumano está en un alto nivel. El turismo es un factor que puede conllevar el desarrollo más rápido en este sector y en la consolidación de la imagen del vino rumano. Invito con mucho cariño a cualquier oyente de Rumanía o del extranjero a visitar el mayor número de bodegas posible, a participar en degustaciones, en presentaciones de vinos, junto con comida. Esta invitación se ha formulado con mucho cariño y se puede repetir si hace falta.
Y cuando el turismo vitícola se mezcla con el cicloturismo, la experiencia es aún más interesante. Adrian Voican, presidente de la Asociación de Desarrollo y Promoción Turística de Prahova, sobre un programa inédito.
“Nos gusta la naturaleza, queremos volver al bosque al cabo de cada semana de trabajo, así que cada fin de semana tenemos acontecimientos de este tipo. También vamos a degustar vinos y a ver cómo es el otoño en el viñedo, porque este es el atractivo principal en la zona turística de Prahova. Tenemos cuatro grandes regiones vitícolas: Valea Călugărească, Ceptura, Urlați y Tohani, con decenas de bodegas, con vinos cada vez más elaborados. La naturaleza y el movimiento se añaden a toda esta historia. Si estamos con los amigos y con la familia, tenemos entretenimiento, barbacoa, fiesta, fogata. Así es una escapada en otoño. Estos días tenemos una ruta fácil. Se llama la ruta Păulești (Traseul Păulești) y tiene aproximadamente 20 kilómetros. También van los niños y el guía, el coche de apoyo, el agua y las meriendas están incluidas, y de forma optativa, también podemos ofrecer comida en un entorno muy lindo, en las bodegas. Se pueden alquilar bicicletas clásicas o eléctricas. Una ruta media tiene 26 kilómetros.
En los últimos años, además de la promoción de las variedades rumanas de vino, se ha conseguido también realizar una asociación con productos locales, sobre todo quesos. Si visitan una bodega, además de los vinos de allí, descubrirán también parte del sabor de la comida típica rumana.
Versión española: Monica Tarău