Țara Almăjului, la tierra de los manzanos en flor
En el oeste de Rumanía, uno de los cuatro valles principales del distrito de Caraș-Severin, el valle de Almăj, delinea un mundo especial, un verdadero «país».

Daniel Onea, 27.03.2025, 18:12
En el oeste de Rumanía, uno de los cuatro valles principales del distrito de Caraș-Severin, el valle de Almăj, delinea un mundo especial, un verdadero país. En Țara Almăjului, están invitados a relajarse bajo los manzanos en flor, pero también a verdaderas expediciones, a través de las cuales pueden descubrir las atracciones turísticas. Por lo tanto, pueden caminar y andar en bicicleta hasta las cuevas. También aquí podrán descubrir la mayor reserva de molinos de agua del sudeste de Europa. Por último, pero no menos importante, aquellos que tienen más tiempo pueden hacer un viaje en tren por el ferrocarril de montaña más antiguo de Rumanía, que atraviesa 14 túneles excavados en la roca.
Para empezar, establecemos los límites de nuestro destino con Claudiu Vatau, fotógrafo y promotor turístico de la zona.
«A partir de las conversaciones con muchas personas, descubrí que el valle de Almăj es realmente un área desconocida. Aunque no lo presentaría de esa manera, se presenta como un área aislada. Es una depresión intramontana, en el oeste de Rumanía, delimitada por las montañas de Semenic, Almăj y Anina, en el distrito de Caraș-Severin, en el Banato montañoso. Está a menos de dos horas y media en coche de Timișoara, la capital de Banato. Seguro que mucha gente ha oído hablar de la cascada Bigăr. Mucho se ha escrito sobre ella, y su aparición en una publicación estadounidense la ha catapultado a la cima de las cascadas en Rumanía y en el mundo. Muy pocos saben dónde está el valle de Almăj y qué es en realidad. Claramente, la cascada de Bigăr es la atracción turística más famosa de esa zona. Sin embargo, el más importante considero que es el destino de Cheile Nerei, que son las gargantas más largas de Rumanía. Tienen un recorrido de 24 kilómetros, de los cuales 22 activos. Dos kilómetros son la entrada y la salida de las gargantas. Desde el desfiladero del Danubio, se puede llegar fácilmente al valle de Almăj o desde el valle de Almăj se puede llegar fácilmente al desfiladero del Danubio».
En la zona de Cheile Nerei se pueden realizar numerosas caminatas. Aquí destaca el lago Ochiul Beiului. Es conocido por su increíble color azul-turquesa, debido al manantial kárstico que lo alimenta. Además, las cascadas de Beușnița son famosas por su belleza natural y por la forma en que el agua fluye sobre las formaciones de toba de piedra caliza, creando un paisaje de cuento de hadas. Sin embargo, en el valle de Almăj no destaca solo la naturaleza, sino también la gente. El turista que llega aquí descubre pueblos pintorescos, cada uno con iglesias de madera, casas antiguas con porches sombreados por vides y gente acogedora, orgullosa de su herencia. Entre estos, destaca Revensca, el más pequeño de los pueblos checos de Banato, con unos 100 habitantes. Y no es el único superlativo, como nos cuenta Claudiu Vatau.
«En el valle de Almăj, se encuentra el único pueblo checo que se conserva como en la época de los checos, como en la época de los pemi, porque ese era el nombre de los habitantes checos de estas tierras. Allí se ha conservado muy bien el antiguo idioma checo, casi intacto. No tenían las influencias serbias de los pueblos del desfiladero del Danubio. También han conservado tradiciones y costumbres. Sobre Ravensca podemos decir que es un pueblo aislado. Está en algún lugar de una colina, en la cima de una colina. Desde el pueblo, en los días despejados, se puede ver el Danubio, y allí está la puesta de sol más hermosa que se puede ver en el valle de Almăj desde la colina, hacia el Danubio. Y el objetivo principal en esta zona es la cascada de Moceriș, una cascada extremadamente hermosa. Se trata de una cascada de tres niveles, aparecida y transformada a lo largo del tiempo por la intervención humana a través de la producción de cal. En esa zona se producía cal. Había infinidad de chimeneas. La ruta de Moceriș a la cascada, se puede hacer ya sea a pie, en bicicleta, o en un safari con coches todoterreno».
Claudiu Vatau, fotógrafo y promotor turístico de la zona, recomienda que, después de una escapada a Timișoara, nos retiremos al menos una semana en el Banato montañoso y en la zona del Valle de Almăj. Las experiencias no se pueden repetir.
«Senderos forestales, senderos de cuevas, senderos para caminar, senderos para bicicletas. En las montañas de Anina, cerca de la cascada de Bigăr, se encuentra la Cueva de los Huesos. Allí se descubrió el cráneo más antiguo de Homo Sapiens, con 4 millones de años. Las cuevas se pueden visitar sin costo en este momento, quién sabe por cuánto tiempo. Decía que la zona está de alguna manera intacta, porque ni siquiera todas las rutas están marcadas. Es muy importante llamar a un guía local que te cuente la leyenda del lugar y te lleve a esos lugares. Los turistas también pueden ir a Rudăria o Eftimie Murgu, como se llama ahora la localidad. En Cheile Rudăriei, encontramos la reserva de molinos de agua más grande del sudeste de Europa, 22 molinos. Algunos están en el pueblo, en los patios de la gente, funcionales, pero inaccesibles. Otros se pueden visitar y no solo eso. El turista, ya sea rumano o extranjero, puede ver cómo se muele la harina de maíz, cómo se muele el maíz blanco, único en la zona y especial, como la disposición de los molinos. Los turistas pueden enterarse de cómo 15, 16 familias están asignadas a cada molino, y lo mantienen y viven de moler grano en ellos».
Si disponen de más tiempo, también pueden aventurarse en uno de los ferrocarriles más espectaculares de Rumanía, que a menudo se compara con el famoso ferrocarril de Semmering, en Austria, debido a su ruta sinuosa a través de las montañas del Banato. Oficialmente, se le conoce como la línea ferroviaria Oravița – Anina, siendo el ferrocarril de montaña más antiguo de Rumanía.
«El ferrocarril de Semmering del Banato es único en Rumanía. Es el ferrocarril de montaña más antiguo del territorio rumano. Se extiende entre Anina y Oravița. Las salidas son desde ambas ciudades. La locomotora es diésel, los vagones tienen más de 100 años. Los muebles de los vagones son en realidad de madera. Los paisajes que ofrecen los túneles y viaductos construidos a lo largo de los 34 kilómetros de vía férrea son de ensueño. Además, es hermoso en primavera o verano, cuando todo es verde, y en otoño, cuando tenemos decenas de tonos de amarillo, rojo, verde, marrón, pero también en invierno, cuando hay nieve en la zona. La zona de Anina es una zona rica en nieve».
El valle de Almăj también es famoso por sus huertos de manzanos, de ahí el nombre poético de La Tierra de los manzanos en flor. La primavera es sin duda especial aquí. Y, si quieren probar una experiencia aún más interesante, junto con los platos tradicionales, pueden comer un pan con harina y molerlo en los molinos de la aldea de Eftimie Murgu.
Versión en español: Mihaela Stoian