Fiestas de invierno en el Banato de Montaña
El distrito de Caraș-Severin, situado en el sudoeste de Rumanía, presume de un lado multicultural y de atracciones turísticas únicas. Y la zona montañosa del distrito resulta fascinante durante las vacaciones de invierno. Encantadoras aldeas, antiguos molinos de agua aún en funcionamiento y pistas de esquí esperan a los turistas.
Daniel Onea, 12.12.2024, 15:56
Dan Mirea, gerente del Centro de Creación y Promoción de la Cultura Tradicional de Caraș Severin, afirma que el Banato de Montaña (Banatul Montan en rumano) puede ser el destino perfecto para quienes buscan un lugar donde pasar las vacaciones de invierno.
«Hay grandes ciudades en Rumanía que se han dado cuenta de que las celebraciones navideñas tienen que parecerse a las europeas. Lo que está ocurriendo en Craiova, Sibiu y otras grandes ciudades es una prueba de que estamos intentando alinearnos con lo que significa el turismo cultural o el turismo religioso, porque estas celebraciones unen a las familias y a la gente. En el Banato de Montaña tenemos las montañas del Banato, que están rodeadas de complejos turísticos. Me referiré a la localidad de Semenic y, en particular, a la localidad de Văliug, que se ha reinventado en los últimos diez años. Allí tenemos más de 30 casas de huéspedes. Los turistas frecuentan estas localidades desde hace varios años. Actualmente, en la localidad de Văliug, los hoteles están ocupados al 100% debido a las pistas. En la localidad de Văliug hay una de las mejores pistas del oeste de Rumanía y hay muchísimos turistas. Si en los últimos años había turistas de Rumanía, desde hace dos o tres años, hay turistas del extranjero que vienen por esta pista de esquí».
Se han invertido fondos europeos en la zona, y ahora incluso hay una amplia oferta para quienes quieran pasar las vacaciones de Navidad. Dan Mirea, gerente del Centro de Creación y Promoción de la Cultura Tradicional Caraș Severin, nos cuenta que los hoteles están al completo. Pero también se han hecho inversiones en el macizo de Muntele Mic.
«Ha habido muchas conversaciones sobre la pista de allí. Ahora, esta pista también está en proceso de modernización. Las dos pistas, tanto la del monte Semenic como la del monte Mic, despertarán sin duda, en un futuro próximo, el interés de los amantes de los deportes de invierno. Desde hace tres años, he decidido celebrar la Nochevieja en Văliug, en lo alto de las montañas, porque en esos lugares se respira un ambiente maravilloso, muy difícil de describir. Hay algunos pueblos muy especiales. Por ejemplo, el famoso Gărâna, que es marca nacional por el Festival Internacional de Jazz. Allí hay más de 30 casas de huéspedes. Gărâna es un pueblo de origen alemán, que se ha desarrollado mucho en los últimos años, y en los dos últimos años he pasado la Nochevieja, las vacaciones de Navidad en Gărâna, en los albergues de allí y en las pistas de esquí. Hace dos años, de hecho, pasé la Nochevieja en la pista de esquí».
«El Banato es lo más importante», dice Dan Mirea, de quien nos enteramos de que las autoridades locales se están tomando en serio su misión de promoción turística. El Consejo Destrital de Caraș-Severin ha creado un equipo que se encargará estrictamente de la promoción y de atraer turistas a la zona.
«Creo que esta expresión nos obliga a volver a presentar no sólo a los turistas, sino también a los que pasan por el Banato de Montaña, el esplendor de antaño. Tenemos la cualidad de ser muy buenos anfitriones y contamos con muchos atractivos. No solo está el monte de Semenic, sino que también están las Gargantas del Danubio en el Banato de Montaña, que se ha desarrollado mucho. Si en invierno las principales atracciones son las estaciones de montaña, en verano todas las ciudades de las Gargantas del Danubio, hasta el punto en que se cruza con el distrito de Mehedinți, están ocupadas al 100% por turistas, y la mayoría son extranjeros. Existe esa zona bendecida por Dios, donde el Danubio fluye por el Banato a través de las montañas que lo conducen al mar. Yo diría que es muy extraño que hayan venido muchos turistas de mucho más lejos de Europa. Por supuesto, también tenemos un núcleo de rumanos que regresan a casa. El Banato es el distrito con el mayor número de alemanes étnicos, con húngaros étnicos, con gente que vive en el extranjero desde antes de 1989, algunos de ellos regresan e invierten en el Banato».
Muchos turistas se detienen en las Gargantas del Danubio para admirar la talla en piedra de Decébalo, el rey dacio. Mide 55 metros de alto y 25 de ancho. Para que se haga una idea del tamaño de la estatua, sólo es seis metros más baja que la Estatua de la Libertad de Nueva York, ocho metros más alta que el monumento a Jesús de Río y diez metros más alta que el coloso de Rodas. Es la escultura de piedra más alta de Europa. Y muy cerca de la famosa estatua de Decébalo se encuentra el balneario de Băile Herculane, explica Dan Mirea, gerente del Centro de Creación y Promoción de la Cultura Tradicional de Caraș-Severin.
«Muchos edificios históricos de Băile Herculane han sido renovados. Hay proyectos e inversiones europeas en este balneario emblemático, un Karlovy Vary de Rumanía. Este año el Festival Hércules se celebró en el nuevo teatro de verano, completamente renovado, y tuvimos una asistencia constante de más de 3000 personas cada noche, que vinieron de toda Rumanía y del extranjero para ver las bellezas del Banato. Los baños Herculane siguen siendo, con mucho, un reto para las autoridades locales. En un futuro no muy lejano, se verá una transformación radical de Băile Herculane, porque ahora hay allí un alcalde muy hábil, que se ha dado cuenta de que la mayor apuesta que tiene que ganar es devolver la imagen y el brillo de los tiempos de antaño, donde solían veranear la princesa Sisi y la élite del Imperio Austrohúngaro. Hay agua termal, hay establecimientos hoteleros y hoteles de la época austrohúngara que han conservado su notoriedad, está la mansión donde vivió María Teresa y todavía quedan allí los muebles».
También en el Banato de Montaña se puede visitar un parque de molinos de agua, único en Europa, incluido en el Patrimonio Mundial de la UNESCO y restaurado a principios de la década de 2000 por el Museo Astra de Sibiu, con fondos europeos. Los molinos se encuentran en el pueblo de Eftimie Murgu y siguen en funcionamiento. No menos fascinante es Ineleț, una aldea de montaña a la que sólo se puede acceder por escaleras verticales de madera. El pueblo se ha conservado tal y como era hace cien años, debido al acceso bastante difícil.
Versión en español: Monica Tarău