Atractivos turísticos en el Valle del Trotuș
Hoy nos dirigimos al este de Rumanía, una zona menos promocionada desde el punto de vista turístico, pero que puede sorprender por su oferta variada.
Daniel Onea, 25.01.2024, 14:47
Hoy nos dirigimos al este de Rumanía, una zona menos promocionada desde el punto de vista turístico, pero que puede sorprender por su oferta variada. Nos detenemos en el balneario de Slănic Moldova, localidad conocida por sus aguas termales, su aire puro y su paisaje único. Después continuamos nuestro viaje y llegamos a las inmediaciones de Slănic Moldova, en concreto a la salina de Târgu Ocna. Por último, pero no por ello menos importante, descubrimos, igualmente, varios castillos y mansiones señoriales antiguos, cuya imponente construcción sigue impresionando hoy en día.
El distrito de Bacău es una zona bendecida, con muchas áreas naturales inalteradas por la actividad humana, afirma Romulus Dan Busnea, promotor turístico local, periodista, publicista e inspector de turismo en el Servicio de Promoción Turística y Coordinación de Actividades de Rescate en Montaña, adscrito al Consejo Distrital de Bacău.
«El distrito goza de una notoriedad turística relativamente alta, sobre todo gracias a los balnearios y al clima de las localidades de Slănic Moldova y Târgu-Ocna. La oferta es especial tanto en turismo balneario como en turismo ecuménico, ya que hay más de 60 iglesias de madera de los siglos XVII-XVIII, declaradas monumentos históricos. Menciono también monasterios como los de Cașin, Runc, Măgura Ocnei, Răducanu, Răchitoasa, Ciolpani, Tisa-Silvestri o Bogdana, la iglesia de Borzești, la iglesia de Esteban el Grande. (Nota de la redacción: Esteban el Grande fue un famoso vaivoda de Moldavia. Reinó entre 1457 y 1504, y está considerado una de las grandes personalidades de la historia de Rumanía.) También es insólita la iglesia ortodoxa de Santa Varvara, situada en la mina de sal de la ciudad balneario de Târgu Ocna, a 240 metros de profundidad. Estos son hitos del turismo religioso de los últimos años, en el distrito de Bacău».
El río Trotuș, que atraviesa el distrito de Bacău, tiene su fuente cerca del límite entre Moldavia y Transilvania, dos de las provincias históricas rumanas. El valle del Trotuș se extiende a lo largo de unos 160 km y es aquí donde comienza nuestra exploración.
«El Valle de Trotuș fue considerado en su día como «el Valle del Loira», y creo que esto se vuelve cada vez más actual. Hay múltiples atractivos turísticos en las carreteras nacionales de esta zona, que atraviesan y pasan por Bacău, desde la frontera con el distrito de Harghita hasta la frontera con el distrito de Covasna. En el Valle de Trotuș encontramos bellezas que deleitan a cada paso; en los últimos años, han abierto sus puertas muchísimas pensiones, zonas que atraen con diferentes actividades a aquellos que se quedan aquí por unos días. Partiendo de Bacău hacia las localidades balneario de Târgu Ocna o Slănic Moldova, podemos parar un rato en la ciudad de Onești. No olvidemos que Onești no solo es el lugar de nacimiento del gran vaivoda rumano Esteban el Grande y Santo, sino también de nuestra famosa gimnasta Nadia Comăneci, que dio una extraordinaria imagen de Rumanía al mundo».
En la parte montañosa del distrito, las ciudades de Dărmănești y Comănești pueden ser destinos de vacaciones para toda la familia. Encontrarán muchas pensiones donde conocer las tradiciones locales, pero que también pueden ser el punto de partida de numerosas excursiones, dice Romulus Dan Busnea.
«En las dos ciudades tenemos unas cuantas atracciones turísticas, como el Palacio Ghica de Comănești, muy apreciado, porque ahora lo gestionan las autoridades locales. Es un conjunto que incluye el palacio y el parque del siglo XIX. En la actualidad, el palacio alberga el Museo de Etnografía y Arte Popular «Dimitrie Ghica». El palacio fue construido en 1890 y lleva la firma del arquitecto Albert Galleron, que proyectó tanto el Ateneo Rumano como el edificio del Banco Nacional. Es un conjunto precioso, muy cerca de otra perla, una joya arquitectónica, la Estación ferroviaria de Comănești. Si hablamos de estos palacios, también podemos mencionar el Castillo de Ghica y el parque de la familia Ghica, en el municipio de Dofteana, un castillo de estilo romántico levantado en una zona de lo más pintoresca entre los siglos XIX y XX por Nicolae Ghica, gobernador del Banco Nacional de Rumanía. Perteneció a una familia que dio a Rumanía decenas de gobernantes. En el parque también hay una pensión que evoca el ambiente del siglo XIX y donde se pueden celebrar diversos eventos. A continuación, podemos desviarnos hacia el pueblo de Tescani, para hacer un alto en el Centro Cultural «Rosetti Tescanu – George Enescu», con su estatua y casa conmemorativa del compositor George Enescu. Aquí es donde el compositor terminó su obra maestra lírica Edipo, que dedicó a Maria Cantacuzino, cuyo apellido, antes de contraer matrimonio, fue Rosetti-Tescanu». (Nota de la redacción: En Rumanía, la mayoría de las mujeres, al casarse, adoptan el apellido de su marido y renuncian a su apellido inicial.)
Târgu Ocna y Slănic Moldova son, por sus balnearios y clima, localidades de interés turístico nacional y están situadas a las faldas de la montaña de Măgura.
Romulus Dan Busnea, inspector de turismo del Servicio de Promoción Turística y Coordinación de Actividades de Rescate en Montaña, adscrito al Consejo Distrital de Bacău, vuelve a coger el micrófono para ampliarnos detalles.
«Aquí hay muchos monumentos históricos y religiosos, pero también la famosa mina de sal de Trotuș, la salina, como la llamamos nosotros, que ofrece no solo actividades recreativas sino también tratamiento, y puedes pasarte horas en esta mina, sin darte cuenta. En verano, se puede ir a nadar en la piscina de agua salada, en las inmediaciones de la mina de sal. Desde Târgu Ocna casi todo conecta con Slănic Moldova, pues la distancia entre ambas localidades es de tan solo 18 km. La ciudad balneario de Slănic Moldova no necesita presentación especial. Es una de las más antiguas localidades de este tipo de Rumanía y se le conoce como la Perla de Moldavia. Registró un desarrollo fulminante, fuera de lo común, en el periodo de la Belle Epoque, entre 1870-1880, hasta alrededor de la Primera Guerra Mundial. Tras ese período, se hizo gran hincapié en los tratamientos balnearios. En la actualidad hay 11 manantiales minerales en el circuito turístico. El primero de ellos fue descubierto en 1801 por el boyardo Mihalache Spiridon de Târgu Ocna. Por su composición y calidad, los manantiales han sido galardonados con numerosas medallas de oro y plata, en diversos festivales o ferias internacionales».
Todo ello lo complementa la gastronomía tradicional moldava; entre los manjares preparados según las recetas locales destacan varios platos de trucha, como la zacuscă (entrante frío), los sarmale de trucha (rollos pequeños de trucha picada, mezclada con especias y envuelta en hojas de repollo) o la trucha ahumada y conservada en cestas hechas de ramas de abeto. En el menú también encontrarán áspic preparado a base de carne de ave o cerdo, queso de Oituz, queso agujereado de Palanca, queso conservado en corteza de abeto, brioche con nueces, pasteles hechos de maíz mezclado con leche batida y queso y cocidos en el horno con mantequilla o nata, así como los tradicionales dulces denominados Poale-n brâu, que se hacen doblando la masa por encima del relleno, hasta formar un tipo de sobre.
Traducción al español: Gabriela Ristea