Sobre la Casa del Pueblo, el segundo edificio más grande del mundo después del Pentágono
El Palacio del Parlamento sigue siendo el edificio más misterioso de Bucarest. Este edificio es, desde varios puntos de vista, todo un espectáculo.
Steliu Lambru, 17.02.2014, 18:44
El Palacio del Parlamento, conocido como La Casa del Pueblo, sigue siendo el edificio más misterioso de Bucarest. Este edificio es, desde varios puntos de vista, todo un espectáculo. En primer lugar, es un símbolo del totalitarismo comunista que representa la destrucción de una ciudad, el mal gusto, la inutilidad y el dilema de la utilización adecuada. Además es un espacio desconocido, un territorio todavía no cartografiado, aunque fue el exponente de un régimen que lo controlaba y lo sabía todo.
La Casa de la República Socialista de Rumanía fue el primer nombre de este faraónico edificio del centro de Bucarest que debía marcar la nueva época de máximo desarrollo de la historia de Rumanía, un proyecto de un equipo de jóvenes arquitectos encabezado por Anca Petrescu. Sobre ella se han dicho muchas cosas después de 1989 y muchos creen que ya se ha dicho todo, pero no es así. Hay muchas historias y leyendas urbanas sobre este edificio y su promotor, Nicolae Ceaușescu. Augustin Ioan es profesor de arquitectura de la Universidad de Arquitectura y Urbanismo Ion Mincu de Bucarest. Entre sus recuerdos de los años 80 figuran algunos indicios sobre el origen de las historias que hablan del Palacio del Parlamento.
“Una de las fuentes era el ex rector de la Facultad de Arquitectura, Cornel Dumitrescu, que, tras haber fallecido el arquitecto personal de Ceaușescu, Cezar Lăzărescu, había tomado este cargo precisamente en el periodo en que se construyó este edificio. Dumitrescu solía venir a Club A, un lugar donde algunos hablaban contra el régimen y el discurso oficial. Se tomaba casi una botella de whisky para tener la excusa de que estaba borracho y luego nos hablaba sobre sus reuniones con Ceaușescu. Lo que nos decía era muy interesante, pero no sé si era la verdad, después de todo el whisky que tomaba. Se hablaba de dibujos hechos por Ceaușescu, pero nadie pudo verlos. Algunos de los arquitectos de la Sala del Palacio decían que lo habían visto con sus propios ojos. Se contaban muchas historias. Ceaușescu habría pedido que las ventanas de los niveles superiores de la Casa no fueran redondas para que no dejaran entrar a las palomas. Además, quería que todas las avenidas fueran rectas, como si fueran todas líneas perfectas. Por ejemplo, y esta no es ninguna leyenda urbana, se sabe que no entendía nada sobre las obras de construcción. Todos los cambios que se hacían después de sus visitas eran construcciones reales, nunca existió el concepto de maqueta. Se construía el edificio y, si no le gustaba a Ceaușescu, se demolía.”
Má allá de las leyendas urbanas, existen preguntas reales sobre el Palacio del Parlamento que no han encontrado respuesta. En primer lugar, el nombre de Casa del Pueblo, que reemplazó el antiguo nombre y que probablemente fue creado después de 1989 o, según otras versiones, había circulado anteriormente en el folclore urbano. Augustin Ioan.
“Hay algunas cosas que nadie sabe, por ejemplo, el coste de este edificio. Lo que sabemos es que Rupert Murdoch, en 1991, ofreció 2.000 millones de dólares para compararlo. No sé si era mucho dinero, porque en aquella época “no vendíamos nuestro país”. Quería transformar el edificio en un infotainment, un centro de información para toda la Europa de Sudeste. También son interesantes las historias posteriores a 1989 y fui testigo de una de las más espectaculares. En 1999 se presentó en el Ayuntamiento de la capital un señor con un aspecto raro. Venía de EE. UU. y representaba a un gran fondo de inversiones que administraba el dinero de Michael Jackson y de algunas tribus de indios de EE. UU. Pidió permiso para construir el Drácula Theme Park (Parque Temático de Drácula) sobre el terreno detrás del edificio, con la posibilidad de organizar visitas al castillo de Bran y los demás lugares relacionados con Drácula. Hoy en día solo podemos imaginarnos cómo hubiera sido el Drácula Theme Park en el Palacio del Parlamento.”
Los secretos del Palacio del Parlamento confieren un aura de misterio y de ambiente gótico a este gigantesco edificio. Se trata de una entidad propia que casi devora a las personas que se acercan a él. Augustin Ioan.
“Esta Casa de la República sigue siendo un lugar no cartografiado. Esta Casa parece ser mucho más grande de lo que sabemos. No hay un plano general, porque este edificio fue desde el principio un secreto de estado que se construyó en tramos distintos. Había, por ejemplo, un jefe de proyecto para una sala y le daban solo el plano interior, ni siquiera conocía la estructura. No lo puedo llamar obra de arquitectura porque no se trata de un edificio único sino de un conjunto. La estructura se acerca en cuanto a superficie a las dimensiones de un asentamiento humano si pensamos en la extensión de la superficie total, en las relaciones que tiene con la ciudad y como la destrozó para construirse, en cuánto se ha alejado la ciudad o en el hecho de que está vigilado por hombres armados. El edificio más público de Rumanía sigue estando vallado y solo representa un objeto rural, multiplicado por cientos o miles de veces, con cara y reverso. Hace algunos años se hizo un concurso, pero solo para renovar la fachada. ¿Qué hay detrás? Van a rehacer la avenida Uranus y la Catedral de la Salvación del Pueblo.”
La Casa de la República también ha alimentado la imaginación de los que creen en la existencia de la Bucarest subterránea, de modo que los aficionados a lo paranormal sostienen la existencia de una auténtica Bucarest por debajo de Bucarest, que se interconecta con la Casa del Pueblo a través de una amplia red de túneles. Es cierto que existe un túnel, según decía Augustin Ioan. También algunos creen que hay túneles entre este edificio gigante y los edificios vecinos, como el Ministerio de Defensa o incluso los más lejanos, como el Palacio Cotroceni. Otro elemento misterioso es la estructura del palacio con 7 niveles subterráneos, incluso un refugio antinuclear para 3.000 personas.
El Palacio del Parlamento, junto con el conjunto que lo rodea, representan un universo distinto, separado de una ciudad en la que no ha podido integrarse desde el punto de vista urbanístico. Lo que destaca es que los costes son muy altos, dado que su presupuesto equivale al presupuesto de Ploiești, una ciudad de 228.000 habitantes.
(Traducido por Simona Sârbescu)