Simion Stoilov y la intelectualidad colaboracionista en el comunismo
Los regímenes totalitarios, el fascismo y el comunismo se beneficiaron del apoyo interesado de algunos intelectuales. Sus razones fueron distintas: algunos colaboraron por sentimientos antifascistas, otros por el deseo de prosperar y otros por la ambición
Steliu Lambru, 01.04.2019, 13:14
Los regímenes totalitarios, el fascismo y el comunismo se beneficiaron
del apoyo interesado de algunos intelectuales. Sus razones fueron distintas:
algunos colaboraron por sentimientos antifascistas, otros por el deseo de
prosperar y otros por la ambición de poner en práctica los proyectos con los
que soñaban. Sin embargo, todos fueron recompensados en función de su dedicación
a la ideología del régimen. Uno de esos colaboracionistas fue el matemático
Simion Stoilov.
Nacido en 1887 en Bucarest, Stoilov fundó la escuela rumana de
análisis complejo y enunció la teoría topológica de las funciones analíticas.
Obtuvo el doctorado en Matemáticas en París y fue profesor en las Universidades
de Iasi, Cernauti, Bucarest y en la Politécnica de Bucarest. Simpatizante del
Partido Social Demócrata, después de 1945 se inscribió en el Partido Comunista
Rumano.
Su exestudiante Solomon Marcus decía en una entrevista de 1998
concedida al Centro de Historia Oral de la Radiodifusión Rumana que a finales de la Segunda Guerra Mundial muchos
intelectuales optaron por el comunismo por convicción sin darse cuenta de la
transformación por la que éste iba a pasar.
En la primera mitad de
los años 60 y en los años 50, el comunismo significó en primer lugar estalinismo:
dictadura personal y el culto a la personalidad de Stalin. Pero ¿qué significó
el comunismo en la segunda mitad de los años 40? Para casi todos los
intelectuales y sobre todo para mis profesores, el comunismo significó en
primer lugar antifascismo. Gheorghe Vranceanu, por ejemplo, gran geómetra de
Rumanía, era un político liberal que entre 1945 y 1947 publicó artículos de
política liberal y preconizó para Rumanía un régimen liberal, una política
liberal. En aquel período tenía compañeros comunistas, era buen amigo de
Stoilov que inmediatamente después de 1944 había sido recibido en el Partido
Comunista. El comunismo significaba en primer lugar antifascismo. Había muchos
intelectuales que pensaban que en aquella época ésta era la única manera de enfrentarse
a Hitler, al nazismo y a los legionarios.
Sin embargo, a finales de la Segunda Guerra Mundial, para Rumanía y
los demás países ocupados por los soviéticos no se preconizaba una vuelta a la
democracia y al liberalismo sino un nuevo experimento utópico: las ideas
comunistas. El mensaje comunista estaba dirigido sobre todo a las generaciones
jóvenes. En la apertura del curso académico de 1946, Simion Stoilov, rector de
la universidad, tomó la palabra.Nuevamente en declaraciones para RRI, Solomon Marcus:
En el aula de la Facultad
de Derecho había una planta ocupada por la juventud universitaria del Partido Campesino
y el Partido Liberal, mientras que otra planta estaba ocupada por jóvenes
movilizados por el Partido Comunista. Recuerdo que desde una planta se solía
gritar «¡El rey y la patria!» y desde la otra «¡El rey y el pueblo!». He aquí
lo que decía Stoilov en el discurso de la apertura del curso académico: «Salimos
de una época de nuestra historia que se puede comparar con una enfermedad dura
y larga, un período turbio durante el cual recibimos golpes políticos y
materiales muy duros, nuestras mentes y nuestras almas se vieron fuertemente
afectados». A continuación habló de las consecuencias materiales y espirituales
de la guerra y la culpabilidad: «Todos tenemos gran culpa. Tanto los perdidos
que se activaron en el plano de las ideologías bárbaras como los demasiado
confiados en el triunfo de la razón mediante el único juego de las leyes
naturales que se retiraron a la tranquilidad de su gabinete de trabajo
dedicando demasiado tiempo a su actividad de especialistas.
Solomon Marcus piensa que hoy en día nuestra percepción sobre los
intelectuales colaboracionistas debería ser más transparente:
Cada persona debe ser
juzgada por separado. Lo cierto es que Rosetti y Stoilov salvaron a muchas
personas de la cárcel. Tengo que decirles que incluso en el período de las
primeras depuraciones Stoilov presentó un informe en el que señaló a algunos
profesores que no tenían que figurar en la lista de depuraciones, un profesor
de la Facultad de Farmacia y uno de la Facultad de Derecho. Desafortunadamente
Stoilov no pudo ayudar al profesor Radu Rosca condenado a muchos años de
cárcel, pero sí logró ayudar a otro matemático, a Davidoglu, condenado a
prisión por ser terrateniente, y no por razones
de índole política. En un determinado momento logró obtener su libertad.
Luego tuvo éxito en otras situaciones menos importantes. Por ejemplo en los
años 50, fueron despedidos muchos lectores asistentes por diferentes razones,
por tonterías ideológicas, pero Stoilov los ayudó a reincorporarse en el
Instituto de Matemáticas de la Academia. Simion Stoilov murió en 1961 en las
escaleras del Comité Central del Partido Comunista, lugar al que acudía frecuentemente
para intervenir en contra de numerosas injusticias: jóvenes asistentes
despedidos de las facultades, muchas exclusiones del cuerpo didáctico en los
años 1950, el impedimento de salida del país y gente que no podía hacer su
doctorado.
Sin embargo, muchas veces la historia juzga el pasado global y en multitud
de ocasiones los actos buenos hechos de manera individual son eclipsados por
las grandes catástrofes representadas por las ideologías.