Rumanía y las negociaciones de paz de 1919
Steliu Lambru, 03.02.2020, 18:07
A
finales de la Primera Guerra Mundial, Rumanía estaba entre los ganadores. Hasta
el final del año de gracia 1918, los territorios habitados por rumanos de los
imperios ruso y austrohúngaro se habían unido al Reino de Rumanía y los
tratados de paz iban a confirmar la nuevas fronteras. Pero la confirmación
internacional de la nueva Rumanía no se logró con tanta facilidad. Los
desacuerdos y la armonización de los intereses hicieron que la paz se firmara
con dificultad. Rumanía tuvo que enfrentarse a la oposición de sus aliados que
le reprochaban algunos aspectos. Sin embargo, nuestro país contestaba a los
aliados con justificaciones y otros reproches. La tensión aumentó, y esto hizo
que el artesano de la entrada de Rumanía en la guerra, el político liberal Ion
I. C. Brătianu, saliera de las negociaciones de paz porque en el caso de
Rumanía no se habían cumplido totalmente las normas de la Convención de 1916 en
la que se basó su entrada en la guerra.
El
historiador Ioan Scurtu ha resumido la historia de las disputas entre Rumanía y
sus aliados, Francia, Gran Bretaña, Italia y Estados Unidos, en el año 1919, y
ha presentado los reproches formulados por la Entente contra Rumanía.
Rumanía tuvo que firmar la paz por separado con las Potencias
Centrales, porque Rusia salió de la guerra y Rumanía se había quedado sola en el
frente del este. Pero firmó la paz, al menos esto es lo que muestran los
documentos, con el consentimiento de los aliados. La convención de 1916 ofrecía
una gran ventaja a Rumanía, Ion I. C. Brătianu negoció muy bien. En aquella
época, Francia tenía grandes problemas en el frente del oeste, y el ejército
ruso no conseguía obtener la victoria en Galitzia. Y entonces consideraron que
Rumanía tenía que intervenir para atraer al mayor número de militares alemanes
y austrohúngaros posible y despejar de esta manera los dos frentes. En estas
condiciones se hicieron ciertas concesiones de las que sobre todo Francia
empezó a arrepentirse al final de la guerra.
En
el contexto de la difícil situación en la que estaba Francia en 1916, la
necesidad de que Rumanía entrara en la guerra llegó a ser crítica. Ioan Scurtu
considera que en aquel momento Rumanía supo aprovechar su oportunidad y obtener
importantes ventajas. ¿Cuáles fueron esas ventajas? Ioan Scurtu.
En primer lugar, fue la cuestión de la frontera norte y oeste que
Brătianu trazó con extraordinaria meticulosidad. Precisó por donde tenía que
pasar la frontera marcando una cierta colina, un cierto río, una cierta aldea,
etcétera, de tal manera que en la conferencia, cuando tuvieron que establecer
la frontera, ésta estuviera ya decidida. De hecho, la frontera seguía el curso
del río Tisza hasta la desembocadura en el Danubio, lo que, por otra parte,
también causaba descontento en Serbia que afirmó que estaba demasiado cerca de
Belgrado, y era necesario dejar una zona de seguridad, aunque Rumanía se
comprometió a no militarizar aquella frontera.
En
enero de 1919 comenzó la Conferencia de Paz de París, y Rumanía participaba
para obtener lo que le habían prometido. Pero había intereses que se deberían
cumplir mediante los compromisos. Ioan Scurtu.
Hubo una diferencia de concepción entre las cuatro personas más
importantes, el presidente de Estados Unidos, el primer ministro de Gran
Bretaña, el primer ministro de Francia, el primer ministro de Italia e Ion I.
C. Brătianu que, a partir de las normas de la Convención del 4 de agosto de
1916, consideraba que, en la conferencia, los Estados firmantes iban a ser
tratados como iguales. Pero en la conferencia de paz se había instituido un
consejo supremo que había decidido que los Estados miembros fueran Estados con
intereses ilimitados, mientras que los demás Estados, entre los que estaba
también Rumanía, figuraban entre los Estados con intereses limitados. Basándose
también en el hecho de que el presidente Wilson abogaba por la igualdad entre
los Estados, por la democracia, por la idea de solucionar democráticamente las
disputas entre los Estados, Brătianu insistió en que Rumanía fuera tratada como
igual a los demás Estados. Pero Wilson replicó y afirmó en la conferencia que
cada Estado era el equivalente a su poder militar.
Pero
el mismo Brătianu renunció a su intransigencia. Su suplente, Alexandru Vaida
Voevod, iba a firmar los tratados que reconocieron la Rumanía Grande. Ioan
Scurtu.
No era posible que un país pequeño, con reivindicaciones
territoriales, que tenía que obtener la unión mediante la confirmación por
algunos tratados, pretendiera ser igual a Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña
e Italia. El mismo Brătianu se dio cuenta de esto y permitió que Alexandru
Vaida Voevod dirigiera la delegación rumana, después de haberle aconsejado que ingresara
en la masonería. Brătianu se había enterado de que numerosas decisiones se
tomaban por la noche, cuando se reunían los hermanos. Brătianu no participaba
porque no era miembro de ninguna organización masónica. Pero Vaida fue más
maleable y se dio cuenta de que no tenía más remedio. Vaida explicó en el Parlamento
que era consciente de que se había tirado a un pozo y había tirado también a
Rumanía, pero sentía que en ese pozo estaban también las delegaciones de
Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia en Italia.
Rumanía
obtuvo finalmente el reconocimiento de la unión de Bucovina con Rumanía
mediante el tratado firmado con Austria, el reconocimiento de la unión de
Transilvania con Rumanía, y el reconocimiento de la unión con dos tercios del
Banato mediante el tratado firmado con Hungría. Y esto es lo que deseaba.
Versión española:
Monica Tarău