Rumanía y la operación Barbarroja
El 22 de junio de 1941, la Alemania nazi y sus aliados atacaron la Unión Soviética y se abrió así el mayor y más sangriento frente de la Segunda Guerra Mundial.
Steliu Lambru, 04.09.2017, 10:37
La operación Barbarroja, su nombre en clave, tenía por objetivo liquidar a la Unión Soviética y al régimen comunista al que que representaba, según afirmaba la propaganda nazi. Junto con Finlandia, Italia, Hungría, Eslovaquia y España, Rumanía formó parte del grupo de Alemania y luchó para recuperar Besarabia y Bucovina del Norte anexionados un año antes.
El historiador Ottmar Traşcă del Instituto de Historia “George Bariţ de Cluj-Napoca mostró que Rumanía fue tanto aliada de Alemania, como una base de ataque y una fuente de materias primas.
“En el marco de la operación Barbarroja, el nombre clave del ataque planeado contra la Unión Soviética, Rumanía tuvo un papel muy importante. Según la Directiva 21 del 18 de diciembre de 1940, Rumanía y Finlandia iban a asegurar el flanco sur y el norte y a participar en las operaciones junto con la Wehrmacht. Desde este punto de vista, Rumanía fue también una base de partida para la Wehrmacht. Sabemos que en otoño del año 1940, en Rumanía había tropas alemanas en el marco de la misión militar. Rumanía era incluso un proveedor de materias primas, es decir de petróleo, muy importante para el coche de guerra alemán. A partir de junio de 1941, Rumanía participa junto con la Wehrmacht con los dos ejércitos rumanos, el tercero y el cuarto, que junto con el ejército 11 alemán formaron el grupo de ejércitos “General Antonescu comandado por Ion Antonescu. Al principio, tuvo por objetivo liberar Besarabia y Bucovina del Norte.
¿Cuán preparado estaba el ejército rumano para esta guerra? Ottmar Traşcă.
“Rumanía es un caso interesante. No tuvo una alianza formal, no tuvo un documento firmado en este sentido con Alemania. Posteriormente, ni siquiera se planteó el problema de firmar. Para parafrasear una célebre frase, “el ejército rumano era demasiado pequeño para una guerra tan grande. Hay varias evaluaciones de la misión militar alemana efectuada en el periodo febrero-junio de 1941, evaluaciones ordenadas por el Gran Estado Mayor del Ejército Alemán de Tierra. El ejército rumano fue evaluado teniendo en cuenta tanto el material humano, como su equipamiento. Hubo tres evaluaciones, y las conclusiones fueron unánimes: el ejército rumano no estaba preparado para la guerra, el equipamiento era insuficiente, al igual que la preparación de las tropas. El ejército rumano no podía desarrollar operaciones grandes, singulares, sino como máximo unas divisiones podían desarrollar operaciones de defensa, defensivas. Por desgracia, las operaciones posteriores desarrolladas por el ejército rumano en la guerra confirmaron plenamente las evaluaciones de la misión militar alemana. Pero frente a los demás aliados de la Alemania nazi, Rumanía estaba en una buena situación. Mejor lucharon los finlandeses, cabe decirlo. Tuvieron la mejor preparación, sabemos bien que resistieron en la guerra soviético-finlandesa, “la guerra de invierno, de 1939-1940. Y el ejército rumano luchó muy bien, incluso mejor de lo que esperaban algunos comandantes alemanes. En el marco de la operación Barbarroja, Rumanía iba a tener aproximadamente 26 divisiones.
¿Podía evitar Rumanía la participación en aquella guerra? ¿Qué consecuencias habría tenido una decisión de este tipo? Ottmar Traşcă.
“Nosotros, los historiadores, no podemos trabajar con la historia contrafactual, pero nos lo podemos imaginar. Sabemos muy bien que Rumanía perdió, tras la aplicación del punto 3 del Protocolo adicional secreto del 23 de agosto de 1939, en el que se veía la falta de interés de Alemania, Besarabia y Bucovina del Norte. Evidentemente que la razón principal de Rumanía para entrar en la guerra fue la de recuperar los territorios perdidos a favor de la Unión Soviética. Alemania contó desde la elaboración de la Directiva 21 del 18 de diciembre de 1940 con la participación de Rumanía en la guerra. Desde el principio no se tomó en cuenta que Rumanía iba a quedarse de un lado, sino todo lo contrario, que Rumanía iba a participar en la guerra. Antonescu había dejado entender, desde la primera reunión con Hitler, que Rumanía no iba a quedar sin hacer nada en el caso de un conflicto soviético-alemán, una alternativa de este tipo no era viable.
La gran catástrofe del ejército rumano después de la operación Barbarroja fue la batalla de Stalingrado de 1942-1943. El ejército alemán cayó entonces en el cerco tras la caída del frente en los sectores defendidos por el ejército rumano. Pero Ottmar Traşcă ha afirmado que la responsabilidad está compartida.
“Si en las evaluaciones de 1941, la misión militar alemana había partido de la premisa de que el ejército rumano no estaba preparado, en la campaña de 1942, el ejército rumano superó las expectativas de numerosos comandantes alemanes. En 1942 tuvieron lugar nuevas evaluaciones de la misión militar alemana que fueron más optimistas. Partiendo de la experiencia de 1941, las evaluaciones sostenían que el ejército rumano también podía operar solo en ciertos sectores. En otoño de 1942, a medida que las operaciones de Stalingrado del sexto ejército alemán pedían división tras división, éstas fueron tomadas de unos flancos que fueron sustituidos por las tropas de los aliados, por las tropas rumanas. Evidentemente, el mando soviético, muy bien informado sobre la diferencia que había entre el equipamiento y la preparación de las tropas rumanas y las alemanas, utilizó esto de manera hábil. No se tiene que culpabilizar sólo al ejército rumano. El mando alemán también estaba bien informado sobre la debilidad del ejército rumano, los sectores defendidos por el ejército rumano, sobre todo el defendido por el tercer ejército estaban expuestos a los ataques soviéticos. Y el mando alemán y el rumano tenían informaciones sobre la inminencia de un contraataque soviético. Y la parte alemana tiene gran parte de la culpa por la catástrofe de Stalingrado.
La operación Barbarroja fue un fracaso y su efecto fue la ocupación de Europa Central y del Este por los soviéticos. Pero siguió otro fracaso, el de una Europa unida, hasta 1989.