Rumanía y la Conferencia de Helsinki
La Conferencia de Helsinki de 1972 fue la primera conferencia en la que Europa fue considerada un conjunto, tras aproximadamente 20 años de división entre el oeste democrático y el este comunista.
Steliu Lambru, 22.02.2016, 16:52
La Conferencia de Helsinki de 1972 fue la primera conferencia en la que Europa fue considerada un conjunto, tras aproximadamente 20 años de división entre el oeste democrático y el este comunista. Finlandia albergó la reunión debido a su neutralidad, porque no formaba parte de la OTAN y no era miembro del Tratado de Varsovia. La conferencia tuvo lugar en el centro de conferencias de Dipoli, situado en el centro urbano Espoo de la capital Helsinki, y participaron 35 países europeos. Había grandes ambiciones ya que la conferencia de Helsinki era la primera conferencia para la seguridad y la cooperación en Europa, y tenía por objetivo enfocar todos los grandes problemas que tenían los europeos a principios de los años 70: problemas políticos, jurídicos, militares, económicos, científicos, culturales y humanitarios. Como cualquier conferencia global, la conferencia de Helsinki fue una negociación entre los dos bloques políticos, económicos y militares opuestos, en la que cada uno tuvo que tener en cuenta las pretensiones del otro.
Rumanía participó también en la conferencia de Helsinki y, además, tuvo un papel activo. El diplomático Valentin Lipatti fue miembro de la delegación de Rumanía y contó en una entrevista ofrecida en 1995 al Centro de Historia Oral de la Radiodifusión Rumana cómo destacó Rumanía:
“De las consultas bilaterales que tuvimos antes de las consultas de Dipoli resultó que la gente vacilaba respecto a los procedimientos de trabajo de la futura conferencia. Y entonces nosotros pensamos tal vez más, más rápido y por anticipado. Pensamos prepararnos con un reglamento, con propuestas de procedimiento. Y cuando llegamos a Dipoli a finales de noviembre, unos días antes del inicio de las consultas, teníamos ya un reglamento de procedimiento en la valija diplomática. El reglamento de procedimiento tenía un principio que nunca violamos durante 20 años en las negociaciones europeas y las reuniones que siguieron: la igualdad perfecta de los derechos de los Estados participantes, que no haya discriminaciones, que no haya Estados grandes y Estados pequeños, Estados con muchos derechos y Estados con menos derechos, es decir como suele pasar en el Consejo de Seguridad de la ONU, en el que hay miembros permanentes con derecho de veto y miembros no permanentes que aplauden o no aplauden, pero que no cuentan siempre. ¿Cómo se puede reflejar este principio de igualdad soberana en las normas de procedimiento? Por consenso. El consenso permite a cada Estado participante defender sus derechos y sus intereses de manera legítima.”
El oeste y el este europeos se sentaron en la mesa de negociación tras 20 años desde finales de la guerra para encontrar una base común de cooperación. A pesar de que los intereses se juzgaban según el principio de la pertenencia a los bloques político-militares, cada país tenía en realidad sus propios intereses en la promoción de los principios, de los temas de debate y de los procedimientos. He aquí la declaración de Valentin Lipatti:
“Los occidentales bloquearon durante mucho tiempo el principio de la inviolabilidad de las fronteras, lo que afectaba a los soviéticos. A su vez, los soviéticos bloquearon los principios de los derechos humanos y de la llamada dimensión humana del proceso de la CSCE. Y entonces este bloqueo recíproco llegó finalmente a un acuerdo, a un compromiso que permitió el desbloqueo. Y nosotros bloqueamos varias veces el consenso, cada vez que nos veíamos afectados, y bloqueábamos también de manera metodológica. Por ejemplo, si queríamos obtener de la delegación soviética una concesión en el asunto A, bloqueábamos el asunto C, que la interesaba. Y encontrábamos una solución para desbloquearnos recíprocamente.”
Las iniciativas rumanas para el desarrollo de la conferencia fueron bien recibidas y algunas propuestas tuvieron éxito. Nuevamente al micrófono Valentin Lipatti:
“No existieron comités restringidos porque contravenían el consenso y la igualdad de derechos. Normalmente, cuando se redacta un texto en una conferencia internacional normal, se suele formar un comité de trabajo elegido muy atentamente. Y el comité restringido hace un trabajo que puede ser muy bueno, o lo presenta en el pleno que lo adopta. Es como recibir la comida ya preparada, y sólo la tienes que comer. Puedes añadir sal o tomar un vaso de vino, pero la comida ya está preparada. Por eso iniciamos todos los comités, todas las organizaciones de trabajo, absolutamente todas, tanto las importantes como las aparentemente insignificantes, que tenían que ser abiertas a todo el mundo. Las normas democráticas que ofrecieron a la Conferencia de Helsinki un carácter totalmente inédito, totalmente nuevo, se debieron a Rumanía. En Dipoli, nosotros presentamos el primer documento de trabajo de las consultas multilaterales preparatorias, las normas de procedimiento que incluían estos procedimientos y muchos otros. Nadie más presentó un contradocumento porque fueron tomados por sorpresa. Conseguimos tener éxito con la gran mayoría de las propuestas rumanas, es decir que las normas de procedimiento son las normas de Rumanía, con pequeñas enmiendas y modificaciones, pero que no son esenciales.”
El Acta final de la Conferencia de Helsinki se firmó en 1975 y fue denominado “Medidas que hagan efectiva la abstención de recurrir a la amenaza o al uso de la fuerza”. Rumanía intentó promover los principios del desarme y el reconocimiento de la existencia de los Estados en vías de desarrollo, principios promovidos por un Estado comunista. En Occidente, el Acta final de Helsinki fue el fundamento de la creación de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) en 1990.