Rumanía en el escenario internacional en los años 60-70
En los años 1960-1970, Rumanía buscaba un lugar en la política internacional.
România Internațional, 26.04.2021, 17:39
En los años 1960-1970, Rumanía buscaba un lugar en la política internacional. Después de entrar en 1945 en la esfera de influencia de la Unión Soviética junto con toda Europa Oriental, Rumanía se vio obligada a cambiar el modelo político y de desarrollo económico social. Inevitablemente, también la política exterior se vio afectada ya que la interrupción de las relaciones con el mundo occidental fue la primera directiva dada por Moscú. Después de 1948, cuando el régimen comunista se instaló totalmente y hasta el comienzo de los años 60, el aislacionismo y la adversidad hacia el Occidente, hacia el mundo capitalista, fueron las líneas de las políticas exteriores rumanas. La muerte de Stalin en 1953, la condenación de sus crímenes por Jrushchov, la intervención de la Unión de las Repúblicas Socialistas Soviéticas en contra de la revolución húngara de 1956 fueron referencias importantes de los intercambios de relaciones internacionales en el interior del campo de concentración socialista. La Unión Soviética empezaba a disminuir el control sobre los Estados que había ocupado después de 1945 y las direcciones comunistas trataban de restablecer las relaciones afectadas después de la guerra.
También Rumanía trató de restablecer una identidad internacional. El Ministerio de Exteriores sentía la necesidad de tener un líder reformador y éste líder fue Corneliu Mănescu, el embajador de Rumanía en Hungría. En 1961, Mănescu fue llamado a Bucarest para comunicarle que había sido nombrado ministro de Exteriores de Rumanía por Gheorghe Gheorghiu-Dej, jefe del Estado. Ese mismo año, Rumanía mantenía relaciones diplomáticas con aproximadamente 30 Estados. Corneliu Mănescu lo calificó de ridículo y el primer paso fue la apertura hacia la ONU donde Rumanía encontró amigos. Uno de ellos fue el birmano U Thant, el tercer secretario general de la organización. Así, Rumanía fue admitida en la ONU en 1955.
En 1994, el Centro de Historia Oral de la Radiodifusión Rumana habló con Corneliu Mănescu, quien en aquel entonces tenía 78 años de edad:
”U Thant fue un gran amigo de Rumanía. Nos ayudó a convertirnos en miembro honorable de la ONU. U Thant nos ayudó a crear el Centro de la ONU en Bucarest y a realizar muchas otras cosas. Este hombre hizo lo imposible por ayudarnos. En 1968, cuando Rumanía estuvo amenazada con la invasión, U Thant, la primera persona con la cual nos pusimos en contacto en Nueva York, convocó una conferencia internacional de la ONU para apoyarnos. Por eso, este hombre merecería disfrutar de nuestro aprecio y reconocimiento”.
Corneliu Mănescu hizo que Rumanía restableciera sus relaciones con Occidente. El primer país fue Francia:
”En 1961, cuando asumí el Ministerio de Exteriores, las relaciones de Rumanía se limitaban a los Estados que formaban parte del Pacto de Varsovia. Con los Estados occidentales, con los que habíamos estado en la misma línea en la lucha contra los ejércitos hitlerianos, después de 1945 casi estuvimos en pie de guerra. Las relaciones estaban casi congeladas. A partir del 1961, sistemáticamente, nuestras relaciones se ampliaron. En primer lugar, reanudamos las relaciones con Francia. En 1961, nuestras relaciones con Francia eran inexistentes. En mi primer año como ministro de Exteriores, en 1961, conocí en Nueva York al ministro de Exteriores francés, Couve de Murville quien me invitó a Francia. Le di mi respuesta afirmativa de inmediato. De mi parte era un gesto poco común. No era común que tomara esta decisión por cuenta propia. Por supuesto que posteriormente llegó la aprobación del país.”
Otro país occidental hacia el cual Rumanía se dirigió fue Italia:
”Rumanía tuvo una actitud imperdonable con las organizaciones internacionales, las rechazaba, rechazaba las ayudas. No pude olvidar la conversación que tuve con el primer ministro de Italia Amintore Fanfani en Bucarest cuando le dije que Rumanía necesitaría la ayuda de los países industriales, de Italia, por ejemplo. Y él dijo: «está bien, pero ¿por qué habéis tardado tanto en pedirla? Hemos estado esperando mucho tiempo, pero no la habéis pedido. Nosotros ayudamos a quien nos ha pedido ayuda, especialmente a Yugoslavia». Éstas fueron las palabras de Fanfani.”
En 1967 se dio el gran paso, las relaciones con la República Federal de Alemania:
”En aquel período concedí una entrevista a un reportero de Christian Science Monitor. Se llamaba Rossi y trabajaba en Nueva York. Hablamos sobre el asunto de nuestra actitud en cuanto a la República Federal de Alemania, si deseábamos o no relaciones, si pensábamos que sería conveniente que hubiera una conexión de carácter formal, estable. Y me hizo una pregunta: si yo creía que Alemania era fascista. Yo respondí: ¡por supuesto que no! Esta entrevista causó un inmenso descontento por parte de todos los compañeros del Pacto de Varsovia. La primera en protestar fue la Alemania Democrática. Me reprochaban que me hubiera pronunciado de esta manera. Fue inútil porque las cosas ya habían sido clasificadas. Fue algo que debió hacerse.”
Corneliu Mănescu fue un ministro de Exteriores exitoso beneficiándose de apoyo político de alto nivel. El 19 de septiembre de 1967 fue electo presidente de la sesión número 22 de la Asamblea General de la ONU, el primer representante de un país socialistas elegido para este cargo. Y Rumanía tenía una imagen exterior excelente de la cual se aprovechó en todo el octavo decenio del siglo XX.