Reformas monetarias en la Rumanía de entreguerras
Después de la Primera Guerra Mundial, la “Pequeña Rumanía se convirtió en la “Gran Rumanía. La victoria de la Triple Entente trajo a su aliada, Rumanía, la anexión de Besarabia, Bucovina, el Banato y Transilvania al Antiguo Reino. Pero la “Gran Rumanía
Monica Chiorpec, 24.02.2015, 16:47
Después de la Primera Guerra Mundial, la “Pequeña Rumanía” se convirtió en la “Gran Rumanía”. La victoria de la Triple Entente trajo a su aliada, Rumanía, la anexión de Besarabia, Bucovina, el Banato y Transilvania al Antiguo Reino. Pero la “Gran Rumanía” estaba en una situación económica y financiera precaria y tenía que integrar a las nuevas provincias. El presupuesto desequilibrado por la recuperación artificial a través de la emisión continua por parte del Banco Nacional, la desvalorización del leu y el impago de las deudas externas causaban la desorganización de todo el sistema administrativo. Bajo la dirección de Vintilă Brătianu, el ministro de Hacienda de Rumanía, iba a continuar un plan de consolidación económica iniciado por el ministro anterior, Nicolae Titulescu. El historiador Ioan Scurtu nos ha hablado sobre las principales etapas de la reforma fiscal de los años 1920:
“Nicolae Titulescu fue el primer ministro de Hacienda que creó una ley, compleja y amplia, la principal razón por la que no se puso en práctica, que introducía el principio de progresividad, es decir en función del valor de los ingresos, pero también el impuesto sobre el ingreso global. Las personas que obtenían ingresos de varias fuentes pagaban un impuesto total por esta suma global. Vintilă Brătianu retomó las ideas básicas de Nicolae Titulescu. Siguiendo su iniciativa, en febrero de 1923 se adoptó una nueva ley que tenía, de hecho, el mismo contenido, pero con menos categorías de ingresos.”
La política financiera de Vintilă Brătianu se centró en la modernización del sistema fiscal rumano y en respetar el principio del equilibrio presupuestario. El proyecto de ley de las contribuciones directas, elaborado bajo su estricta dirección y votado por el Parlamento en 1923, cumplió con las demandas de modernización del sistema fiscal de Rumanía. El proyecto tuvo un impacto positivo sobre el valor y la estructura de los ingresos públicos. El nuevo sistema de distribución de los gastos representaba un paso importante en la consolidación de la situación financiera de Rumanía en el período de entreguerras. Nuevamente ante el micrófono Ioan Scurtu:
“Asimismo, la ley introducía una protección especial para los ingresos procedentes de las actividades industriales. Vintilă Brătianu era partidario de la política “por nosotros mismos”, de la política que conllevara el desarrollo de la economía y, sobre todo, de la industria. Sostenía que, después de la guerra y a través de los actos de la unión, Rumanía había ganado su integridad y su independencia política, pero necesitaba también la independencia económica. Vintilă Brătianu opinaba que la independencia política era imposible si faltaba la independencia económica. La reforma tenía por objetivo apoyar el desarrollo económico de Rumanía, sobre todo de la industria. El gobierno era liberal, el más largo de todo el período de entreguerras, que duró más de cuatro años, a partir de enero de 1922 y hasta finales de marzo de 1926. Por lo demás, el período se caracterizaba por una nueva Constitución, en la que se mencionaba la nacionalización de la riqueza del subsuelo. Sobre esta base se adoptó también una legislación que facilitaba la aplicación de la concepción liberal “por nosotros mismos”, asegurando la mejora y el desarrollo de la economía nacional a un ritmo acelerado. Mencionaría el hecho de que, en 1928, diez años después de la Unión, el nivel de desarrollo industrial de Rumanía era casi dos veces y medio mayor que antes de la Primera Guerra Mundial.”
Los retos del cargo de ministro de Hacienda fueron la gran importancia económica de la frontera del Danubio y la valoración del petróleo rumano. A Vintilă Brătianu se le reconoce el mérito de identificar las dificultades de la economía nacional debido a la importante presencia del capital extranjero en la industria petrolera de Rumanía. Brătianu es el político que definió las principales líneas de una política energética nacional. Según el principio liberal “por nosotros mismos”, Vintilă Brătianu insistió en la mejor manera de emplear los recursos petroleros de Rumanía, mientras que aumentaba la demanda de energía no solamente en Rumanía, sino también a nivel mundial. He aquí la declaración de Ioan Scurtu:
“La reforma de Nicolae Titulescu fue importante porque indicó una dirección. Vintilă Brătianu ofreció contenido a la reforma, es decir que estableció lo que se tenía que hacer con los fondos que llegaban al presupuesto público, además de pagar los salarios y las pensiones, aunque eran muy pocas las personas que tenían entonces pensiones públicas. No apostaba por el hecho de que el estado rumano pagara sus deudas, sino por asegurar las inversiones, sobre todo a través de la concesión de préstamos a aquellos que iniciaban actividades industriales para producir bienes que todavía no se fabricaban en Rumanía. Y se trataba sobre todo de la industria automotriz. Así fueron creadas la fábrica Malaxa, la Industria Aeronáutica Rumana y otras grandes empresas del período de entreguerras.”
Para el ministro de Hacienda Vintilă Brătianu, la valoración de los recursos naturales representaba un elemento importante por la creación de una economía que no dependiera tanto del capital extranjero. Asimismo, las medidas de política económica del Gobierno liberal contribuyeron entre 1918 y 1940 a la estabilización de la moneda rumana.
(Traducido por Monica Tarau)