Radio Erevan
Los chistes políticos fueron unos de los entretenimientos preferidos de los rumanos durante los años del régimen comunista. Pero no fueron ni de lejos algo típico rumano. Hubo chistes políticos en todos los antiguos países comunistas, siendo muchos de ellos comunes en el antiguo campo comunista, con algunas versiones locales. Los más sabrosos procedían de la Unión Soviética y tenían por objetivo relajar a la sociedad riéndose de los problemas diarios. Los chistes políticos eran situaciones cómicas y absurdas en las que los personajes eran las personas normales, las instituciones represivas del Estado, los líderes políticos de la época y las referencias a los acontecimientos de actualidad. El héroe de los chistes políticos rumanos hasta 1989 fue el ciudadano Bulă, cuyo nombre procedía de la palabra para el órgano sexual masculino sustituyendo la primera letra. Bulă fue representado como un idiota que no entendía la realidad y la interpretaba según la veía.
România Internațional, 29.01.2018, 18:11
Los chistes políticos fueron unos de los entretenimientos preferidos de los rumanos durante los años del régimen comunista. Pero no fueron ni de lejos algo típico rumano. Hubo chistes políticos en todos los antiguos países comunistas, siendo muchos de ellos comunes en el antiguo campo comunista, con algunas versiones locales. Los más sabrosos procedían de la Unión Soviética y tenían por objetivo relajar a la sociedad riéndose de los problemas diarios. Los chistes políticos eran situaciones cómicas y absurdas en las que los personajes eran las personas normales, las instituciones represivas del Estado, los líderes políticos de la época y las referencias a los acontecimientos de actualidad. El héroe de los chistes políticos rumanos hasta 1989 fue el ciudadano Bulă, cuyo nombre procedía de la palabra para el órgano sexual masculino sustituyendo la primera letra. Bulă fue representado como un idiota que no entendía la realidad y la interpretaba según la veía.
Pero otro personaje de los chistes políticos casi tan popular como Bulă fue Radio Erevan, una emisora que contestaba usando el humor negro a unas preguntas hipotéticas insinuantes hechas por sus oyentes. Los chistes con Radio Erevan eran breves, percutantes y producían risa. Uno de los chistes más frecuentes también en otros antiguos países socialistas era el siguiente: “Pregunta en Radio Erevan: ¿Es verdad que la sociedad capitalista está al borde del abismo? Respuesta: Sí, para mirarnos”. Hemos preguntado al historiador Eduard Antonian por qué la radio de la capital de Armenia había llegado a ser tan conocida en Rumanía.
“Radio Erevan fue una forma de disidencia, incluso en la antigua Unión Soviética. La mayoría de los chistes tenían un rasgo político evidente. Era una manera de reirse del presente oscuro. Un chiste conocido de Radio Erevan decía que una cebra era un asno que había contado chistes políticos, siendo las rayas de la cebra la ropa carcelaria que llevaba el asno. Recuerdo que en los años 90, después de que Armenia ganara su independencia, el director de la emisora Radio Erevan vino a Bucarest y no sabía por qué la emisora que dirigía era tan conocida en Rumanía. Cuando llegó al aeropuerto, los aduaneros rumanos preguntaron cuál era su oficio y él contestó que era el director de la emisora Radio Erevan. Todos se pusieron a reír y él no entendía por qué. Y los aduaneros le pidieron que les contara unos chistes porque era el director de la emisora Radio Erevan. Un amigo me contó que el actual nuevo director de Radio Erevan, cuando lo nombraron para el cargo, publicó en su estado en Facebook un comentario en el que escribía: tengan cuidado, soy el nuevo director de la emisora Radio Erevan, de ahora en adelante tomaré cualquier chiste que cuenten como una afrenta personal.”
En la Unión Soviética, al igual que en cualquier otro país, había clicheés sobre cada país, al igual que en cada país hay estereotipos sobre las regiones. Eduard Antonian opina que Radio Erevan fue elegido personaje de los chistes políticos debido a la capacidad de los armenios para tener agudeza de espíritu.
“En la antigua Unión Soviética, en aquella mezcla de pueblos, cada uno de ellos era presentado de manera distinta. Por ejemplo, los de Tayikistán y Uzbekistán era considerados ciudadanos más rudos, que no destacaban por su inteligencia. Los rusos y los ucranianos representaban el espíritu eslavo, los lituanos, los letones y los estonios eran considerados occidentales, y los armenios eran considerados los más inteligentes y más despiertos en cualquier situación. Sabían hacer que las palabras y cualquier situación fuera conveniente tanto para ellos, como para los demás. Los mayores humoristas de la antigua Unión Soviética eran armenios, eran representantes del espíritu caucásico, personas reconocidas en la antigua Unión Soviética por su manera de disfrutar la vida. El régimen comunista de Armenia no sometió mucho a los armenios a la opresión frente a otros pueblos como los ucranianos. Cabe recordar al Sobreviviente, denominado el “maestro de los aplazamientos sin acabar”, Anastas Mikoian, quien solucionó la crisis de los misiles de Cuba.”
Radio Erevan produjo también versiones locales de su estilo caucásico. Un ejemplo rumano es el chiste sobre el hecho de que Nicolae Ceauşescu hablaba mucho y no podía ser interrumpido. Pregunta en Radio Erevan: ¿Se puede morir de cáncer de garganta? Respuesta: Sí, pero que sepan que no tiene”. Eduard Antonian ha afirmado que había también versiones locales, pero también que los chistes dejaron de ser políticos.
“La mayoría de los chistes eran políticos, y después pasaron a los chistes con otros matices. Pero hubo también chistes adaptados al ámbito local. Si por ejemplo alguien quería saber algo de Ceauşescu, decían que deberían hacer la pregunta en Radio Erevan. Por supuesto que los chistes se adaptaron a las formas locales. Recuerdo otro chiste: un reportero de Radio Erevan estaba corriendo por Praga, en 1968, enloquecido porque venían los tanques soviéticos. Un taxista se estaba apoyando contra el taxi, aburrido. Y el armenio preguntó al taxista: “¿Estás libre?” Y el taxista contestó: “No, porque soy checo”. Fue una plataforma en la que se sobrepusieron las frustraciones y los chistes. No sé si hay colecciones de chistes de Radio Erevan, pero internet está lleno, si alguien quisiera publicarlos, tendría un problema con los derechos de autor.”
Los chistes políticos con el personaje Radio Erevan divirtieron a las generaciones de Europa del Este antes de 1989. Con el paso del tiempo perdieron su relevancia, pero su sabor ha quedado intacto.