Proyectos faraónicos de Ceausescu – los caminos montaños
Steliu Lambru, 07.10.2014, 14:16
En el Camino Nacional 7C, desde el pueblo de Bascov, departamento de Argeş, hasta el pueblo de Cârţişoara, departamento de Sibiu, con una longitud de aproximadamente 90 kilómetros, empieza una de las más espectaculares aventuras automovilísticas de Rumanía: el Transfăgărăşan. Es el emblema de una idea que dominó el modo de pensar de Nicolae Ceauşescu en los años 70, la de los camino montanos. En la práctica, los caminos montanos resultaron ser, al igual que muchos de los proyectos comunistas, ideas buenas pero con pésimos resultados. Sus altos costes y los pocos beneficios que traían hizo que estos proyectos fueran considerados el más pesado legado del régimen comunista”.
La idea de construir el Transfăgărăşan se le ocurrió a Nicolae Ceausescu a finales de los años 60, después de que la ex Unión Soviética invadiera Checoslovaquia, pero se llevó a la práctica en 1974. Ceauşescu consideraba que los caminos de acceso ya existentes en los Cárpatos Meridionales se podían bloquear con mucha facilidad. Por su temor a una posible invasión soviética, ordenó la construcción de un camino que cruzara los montes Făgăraş, con la mayor altitud cerca del lago Bâlea, unos 2042 metros. La construcción de este complicado camino le fue encomendada a las tropas de ingenieros militares del ejército rumano.
Durante la construcción del Transfăgărăşan, Maxim Berghianu fue el jefe del Comité de Planificación, institución muy importante en la economía planificada comunista.
Entrevistado en 2002 por el Centro de Historia Oral de la Radiodifusión Rumana, Berghianu declaró que no estuvo de acuerdo con este proyecto tan grandioso.
”Yo me opuse durante 4 años a la constucción de este camino porque suponía una inversión enorme, que no traía ningún beneficio al estado rumano. Yo soy aficionado a la montaña y sabía que incluso en julio la nieve puede llegar a medir unos 6 metros en aquella zona. Y entonces surge la pregunta ¿Para qué te sirve un camino allí? Habrá deslizamientos de tierra, inundaciones… Más de 7 meses al año tendrás que cerrarlo, además de que no había mucho tráfico en la zona. Me dijeron que tenía importancia estratégica y con esto me dejaron sin réplica. Me preguntaron si no quería que dispusieramos de la posibilidad de ir a la zona del Ardeal, con los tanques, por Arges. Durante más de 4 años intenté retrasar este proyecto, pero sin decirlo abiertamente y sin resultado alguno. Vasile Patilineţ fue el que insistió mucho y al final logró convencer a Ceausescu. Él era el encargado del ejército, la seguridad, la justicia… Hacía de todo. Ceauşescu también quería unir las zonas de Argeş y Ardeal.”
La ambición de construir caminos montaños había alcanzado niveles muy altos. Maxim Berghianu ha declarado que incluso existía la voluntad de construir otro camino, paralelo al de Transfăgărăşan, al este del mismo.
”También quiso construir otro camino, que partiera de la localidad de Sâmbăta de Sus y finalizara en Argeş. Pude calmar a Patilineţ, con el que me llevaba bastante bien. Le dije que la población le iba a maldecir por haber arruinado el mejor punto de acceso a los montes Făgăraş, además de destruir un bosque a orillas de un río de montaña, que era una maravilla. Le pregunté si no bastaba con tener el Transfăgărăşan, que además lo tenímos cerrado muchos meses al año. Nunca le llevó este segundo proyecto a Ceauşescu. Yo estaba bajando de la montaña cuando me enteré de todo esto por mera casualidad. No me había dado cuenta lo que estaba pasando allí. Cuando quise pasar, me detuvo un hombre diciéndome que explotaban dinamita. Y asi fue como me enteré de que habían empezado a construir un camino que llevaba a Argeş. También entonces me enteré de que Patilineţ, que trabajaba en el Ministerio Forestal, había ordenado que cortaran todos los árboles de un bosque. Fue entonces cuando decidí hablar con él y detener este proyecto. El proyecto de Trasfăgărăşan me resultaba muy familiar, porque durante cuatro años había intentado postergarlo, invocando la falta del dinero y otros motivos más.”
El proyecto de los caminos montaños, además del empeño de Ceausescu de pagar cuanto antes la deuda externa, llevó en los años 80 al colapso de la economía comunista.
Maxim Berghianu amplia los detalles:
”La locura de Ceauşescu de pagar antes de la fecha establecida la deuda externa fue lo que destruyó la economía. Dejó de traer repuestos para la maquinaria moderna de química o metalurgia. Limitó las importaciones de nueva maquinaria de última generación. Debido a la revolución técnico científica no hay maquinas que aguanten más de 5 años. Ya las cosas no son como en los siglos XVIII o XIX. Hoy en día cualquier máquina ha de ser cambiada cada 6 años como máximo. Pero nosotros dejamos de reemplazar estas máquinas usadas porque no había más dinero. Todo el dinero se había gastado con estos proyectos faraónicos que no traían beneficio alguno al país.”
El proyecto de los caminos montanos fue uno de los mayores fracasos de la economía de Ceausescu, inspirado en el modelo marxista-leninista.