Pro Memoria: Iuliu Hossu
El 1 de diciembre de 1918, Transilvania se unió con Rumanía y así se pusieron las bases de la Rumanía Grande.
Steliu Lambru, 27.01.2020, 18:40
El 1 de diciembre de 1918, Transilvania se unió con Rumanía y así se pusieron las bases de la Rumanía Grande. En la Asamblea Nacional de Alba Iulia, miles de rumanos aprobaron el acta de la unión con el Reino de Rumanía que fue tanto el resultado de la visión de las élites, como de la visión de las clases inferiores. Uno de los representantes de las élites fue el obispo grecocatólico Iuliu Hossu, mártir por la fe.
Iuliu Hossu nació el 30 de enero de 1885 en el condado de Cluj como hijo de un sacerdote grecocatólico. Estudió Teología en el Instituto romano-católico de Târgu Mureș, en el actual centro de Rumanía, y en Blaj, al oeste. En 1904 empezó sus estudios universitarios de Teología y fue enviado al Colegio de Propaganda Fide de Roma. En 1906 recibió el título de doctor en Filosofía, y en 1910, el de doctor en Teología. Ese mismo año fue ordenado sacerdote. Entre 1910 y 1918, antes y hasta el final de la Primera Guerra Mundial, Hossu desarrolló su actividad en la diócesis de Lugoj como archivero, bibliotecario, vicario y secretario del obispo Vasile Hossu, su tío. Iuliu Hossu se alistó de forma voluntaria como sacerdote militar para la ayuda espiritual con el rango de subteniente en el ejército austrohúngaro. En 1917 fue nombrado obispo grecocatólico de Gherla después de la muerte de su tío.
El año 1918 fue astral para los rumanos de Ardeal. Al final de la guerra, ellos decidieron unirse con Rumanía, y Iuliu Hossu leyó el 1 de diciembre de 1918, al ser encargado por la Gran Asamblea Nacional Rumana, delante de la gente reunida en Alba Iulia, la proclamación de la unión de Transilvania con el Reino de Rumanía. Junto con el obispo ortodoxo Miron Cristea y dos líderes de Ardeal, Alexandru Vaida-Voievod y Vasile Goldiș, trajeron de Alba Iulia a Bucarest la Declaración de la Unión para entregarla al rey Fernando I de los rumanos. En el archivo del Centro de Historia Oral de la Radiodifusión Rumana hay una grabación de gran valor que confirma los acontecimientos de aquel año considerado un nuevo comienzo tras la gran guerra de 1914-1918. Se trata de la voz del obispo grecocatólico Iuliu Hossu. En primer lugar, el documento es importante porque conserva la voz de Iuliu Hossu. En segundo lugar, el documento expresa las aspiraciones políticas, económicas, sociales y cívicas de los rumanos de aquella época. Esta grabación fue realizada en clandestinidad en 1969, un año antes del fallecimiento del gran hombre de la nación rumana y de la Iglesia grecocatólica. Para el obispo Hossu, la dimensión religiosa fue la contribución más importante a la gran unión. Pero las palabras de Iuliu Hossu tuvieron también una dimensión realista, al estar relacionadas con los deseos de todos aquellos que creyeron en la creación de la Rumanía Grande.
“¡Hermanos! Ha llegado la hora del cumplimiento. Cuando Dios omnipotente, a través de su pueblo fiel, pronuncia la justicia deseada desde hace siglos. Hoy, debido a nuestra decisión, nace la Rumanía Grande, unida, y todos los rumanos felices de estas tierras gritan: ¡queremos unirnos para siempre con la patria madre, Rumanía! La Asamblea Nacional de todos los rumanos de Transilvania, Banato y Hungría, reunidos en Alba Iulia a través de sus representantes, el 1 de enero de 1918, decreta la unión con Rumanía de aquellos rumanos y de todos los territorios habitados por ellos. La Asamblea Nacional proclama especialmente el derecho inalienable de la nación rumana a todo el Banato comprendido entre los ríos Mureş, Tisa y Danubio. La Asamblea Nacional garantiza autonomía provisional a dichos territorios hasta la reunión de la Constituyente elegida en base al voto universal. Como principios fundamentales en la creación del nuevo Estado rumano, la Asamblea Nacional proclama lo siguiente: la plena libertad nacional para todos los pueblos que la habitan, cada pueblo se va a instruir, administrar y juzgar en su lengua propia a través de personas de su seno. Cada pueblo recibirá derecho de representación en los cuerpos legisladores y en el Gobierno del país según el número de individuos que lo componen. Iguales derechos y plena libertad autónoma para todas las confesiones del Estado. La realización completa de un régimen limpio, democrático en todos los aspectos de vida pública, el voto será libre, directo, igual, secreto, por municipios, proporcional para ambos sexos y a la edad de 21 años, en la representación del municipio, de la provincia o del Parlamento. Total libertad de prensa, de reunión y asociación, la libre propaganda de todos los pensamientos humanos. La reforma agraria radical se hará con la participación de todas las propiedades, y sobre todo de las grandes propiedades. El campesino podrá crear una propiedad al menos para que pueda trabajar con su familia. El principio básico de esta política agraria se basa en parte de la nivelación social, además del aumento de la producción. Los trabajadores industriales se beneficiarán de los mismos derechos y las mismas ventajas que son establecidos en los Estados industriales más avanzados del oeste.
En la Rumanía Grande, el obispo Hossu fue senador y frecuentemente se expresó en contra del revisionismo. Y cuando Hungría anexionó Transilvania del Norte en agosto de 1940, Hossu se quedó en Cluj, ciudad que llegó a estar bajo el control húngaro, para estar cerca de sus creyentes. El régimen comunista que se instaló el 6 de marzo de 1945 representó el comienzo de la destrucción de la democracia rumana. Iuliu Hossu fue detenido en 1948 y, después de que la Iglesia grecocatólica fuera desmantelada, tuvo el domicilio forzoso en el monasterio de Căldărușani, en el nordeste de Bucarest. Después de haberse negado a convertirse a la religión ortodoxa, en 1950, fue enviado a la cárcel de Sighet. Al ser puesto en libertad, tuvo nuevamente el domicilio forzoso en Căldărușani, donde falleció en 1970. En 1969, un año antes de morirse, fue nombrado cardenal por el papa Pablo VI, y en 2019, fue beatificado por el papa Francisco junto con otros 6 sacerdotes grecocatólicos.
(Versión española: Monica Tarău)