Pro Memoria: Ion Raţiu y el renacimiento de la democracia rumana
El político Ion Rațiu fue uno de los modelos a los que la sociedad rumana se refirió cuando inició la restauración de la democracia en 1990, después de 45 años de comunismo.
Steliu Lambru, 20.01.2020, 18:26
El político Ion Rațiu fue uno de los modelos a los que la sociedad rumana se refirió cuando inició la restauración de la democracia en 1990, después de 45 años de comunismo. Descendiente de una familia cuyo pasado estaba relacionado con las luchas por los derechos nacionales de los rumanos en Austria-Hungría, Ion Rațiu contribuyó a través de su estilo, a la considerable mejora del ámbito político rumano después de diciembre de 1989. Destacó entre los demás políticos por su corbatín, la perfecta gentileza de su lenguaje y comportamiento, y también por el ligero acento inglés con el que hablaba rumano. Raţiu fue uno de los más importantes políticos demócratas rumanos después de 1990 que abogó tanto contra la dictadura fascista, como contra la comunista. Volvió a Rumanía en 1990. Fue uno de aquellos que reconstruyeron el Partido Nacional Campesino Cristiano Demócrata y se implicó en la restauración del ambiente democrático.
Ion Raţiu nació el 6 de junio de 1917 en Turda, en el oeste de Rumanía, en una familia de intelectuales rumanos. Se licenció en Derecho en Cluj y en Economía en Cambridge, y fue uno de los jóvenes del Partido Nacional Campesino. En 1940 fue contratado como diplomático por el Ministerio de Exteriores e inmediatamente después fue enviado a Londres, en febrero de 1940, antes de la caída de Francia. Después de la ocupación de Francia, el principal aliado de Rumanía, Raţiu continuó trabajando en la legación de Rumanía en el Reino Unido hasta principios del mes de septiembre de 1940, cuando el poder fue tomado por el general Antonescu y la Guardia de Hierro. Anglófilo y francófilo, Raţiu se negó a aceptar la unión de Rumanía a la coalición liderada por la Alemania nazi.
En 1985, en una entrevista ofrecida al programa “Actualidad rumana (“Actualitate românescă) de la emisora Europa Libre y guardada en el archivo del Centro de Historia Oral de la Radiodifusión Rumana, Ion Raţiu contó las circunstancias en las que se quedó en el Reino Unido.
“Tras la salida del rey Carlos II y la creación del Estado legionario, presenté mi dimisión en septiembre de 1940. Fui al Ministerio de Exteriores inglés y les pedí que me dieran asilo político, y me lo concedieron inmediatamente. Tuve la gran suerte de recibir una beca de Cambridge y estudié durante tres años, obteniendo un Master of Arts, un diploma un poco mayor que la licenciatura, en Ciencias Económicas. Mientras estaba en Cambridge hice toda una serie de transmisiones en la radio sobre temas patrióticos en el asunto de Transilvania, sobre todo después de la toma de Transilvania del Norte en 1940, y me impliqué en la vida estudiantil en la asociación de los estudiantes rumanos del Reino Unido.
Ion Raţiu se implicó en la propaganda para sacar a Rumanía de la alianza del Eje y su paso del lado de las Naciones Unidas. Pero quiso que Europa Central y del Este, y por lo tanto también Rumanía, se quedaran bajo la influencia de la democracia occidental después del fin de la guerra.
“Trabajé en el Consejo Internacional de los Estudiantes donde me hicieron vicepresidente, durante la guerra, y en el Comité Ejecutivo Mundial de la Juventud. Como todos estábamos preocupados por el futuro de Europa después de la guerra al estar exiliados en Inglaterra, creamos también una organización que denominamos CECCILS, «Centre Est European Student a New Society», es decir la sociedad de los estudiantes y de los jóvenes de Europa Central y Europa del Este. Asimismo, aunque era joven, fui reclutado en el movimiento de los rumanos libres, que se opuso a la alineación de Rumanía a la política de la Alemania nazi, y que siempre dijo que el lugar de Rumanía era al lado de las grandes potencias democráticas de Occidente que habían creado la Rumanía Grande. En este período escribí artículos, organicé conferencias, como he mencionado ya, y participé en varios programas de radio, de la BBC, por supuesto.
Convertido en un próspero empresario, Ion Raţiu no asistió de manera pasiva, desde occidente, a la conversión al comunismo de Rumanía. Fundó una organización anticomunista, la Unión Mundial de los Rumanos Libres, y editó prensa de orientación democrática, siendo el periódico “Românul liber (“El rumano libre) una de las publicaciones más influyentes en el exilio rumano. En 1985, Ion Ratiu estaba convencido de que sólo la unidad de todos los rumanos podría hacer que volviera la democracia. Su organización se dirigió a todos aquellos que quisieron juntarse al esfuerzo de restauración de la democracia.
“En 1980, junto con el profesor Brutus Coste de Estados Unidos, lanzamos un llamamiento en el que dijimos a todos que era hora de hacer algo para que este país fuera representado de manera digna en Occidente. Hasta 1975 había funcionado un Comité Nacional Rumano que dejó de funcionar en 1975. Consideramos que esta lucha debería continuar y entonces lanzamos un llamamiento y nos establecimos en 1984. Desde el principio, dijimos que esto no se podía hacer basándonos en los partidos, dijimos que todos los rumanos que querían hacer un esfuerzo para la causa nacional se sumaran a nosotros, independientemente del partido del que formaban o habían formado parte. Esto no significaba que los partidos no trabajaran. Todo lo contrario, los partidos tenían que trabajar porque sin partidos no hay democracia.
El 3 de enero de 1990 fue publicado el decreto ley del Consejo del Frente de Salvación Nacional sobre la creación y el registro oficial de los partidos políticos de Rumanía. Este documento significó el renacimiento de los partidos políticos y del pluripartidismo político, después de 45 años de ausencia. Al volver a Rumanía en 1990, inmediatamente después de la publicación del decreto, Ion Raţiu continuó siendo la misma persona con convicciones democráticas, un verdadero modelo moral. Falleció en 17 de enero de 2000 en Londres. Su cuerpo fue trasladado a Rumanía, según su voluntad, y fue enterrado en Turda, su ciudad natal.