Pro memoria- Aktionsgruppe Banat
Aktionsgruppe Banat o Grupo de Acción Banato fue un movimiento literario pero también un movimiento de oposición integrado por un grupo de escritores de lengua alemana de Rumanía contra la política del régimen comunista.
Steliu Lambru, 19.03.2018, 17:13
Aktionsgruppe Banat o Grupo de Acción Banato fue un
movimiento literario pero también un movimiento de oposición integrado por un
grupo de escritores de lengua alemana de Rumanía contra la política del régimen
comunista. Este movimiento se formó en 1972, como un cenáculo literario en un
colegio de Sannicolau Mare. Contaba con nueve miembros fundadores en el
contexto del relajamiento ideológico anunciado a mediados de los años 1960. En
el mes de abril del año 1972, en el periódico de lengua alemana Neue Banater Zeitung de Timisoara, fue
publicado un artículo que presentaba las opiniones de unos escritores jóvenes
sobre la literatura y la realidad social, la situación de los jóvenes en
general. En poco tiempo, el Grupo de Acción Banato se transformaría en un grupo inconformista
cultural y de acción política contra el régimen de Ceausescu.
El historiador Corneliu Pintilescu, del Instituto de
Historia George Baritiu de Cluj Napoca, aprecia que el grupo tuvo gran
influencia desde el principio. Igual que a todos los intelectuales que vivían
en el régimen comunista, cuando la censura era todopoderosa, también al Grupo
de Acción Banato la publicación de sus textos planteaba dilemas. Pintilescu ha
declarado que también los jóvenes escritores alemanes recurrieron al humor.
Inicialmente, este grupo fue difícil de reprimir porque reivindicaba raíces
ideológicas marxistas.
El grupo desplegó su actividad en Timisoara pero de
allí sus ideas reverberaron también en otras ciudades de Banato entre los años
1972 y 1975, incluso en la actividad de autores como Herta Müller. Aunque no
formaron parte del Grupo de Acción Banato, Herta Müller y otros escritores
estuvieron influenciados por éste. Este círculo volvería a inventarse
posteriormente bajo otras formas. Lo específico del Grupo de Acción Banato consiste
en el hecho de que asumió una pertenencia ideológica al marxismo crítico
occidental, y en el intento de realizar una copia cultural del espíritu rebelde
de las universidades occidentales del año 1968. ¿Por qué se evidenciaba desde
el punto de vista literario dicho círculo? Por una serie de textos en que se
criticaban de manera velada, mediante un juego de palabras, las realidades de
la Rumanía de los años 1970-1980. La crítica
se hacía desde las posiciones marxistas, lo que desconcentraría a la
Securitate, representando un verdadero desafío para los oficiales de la policía
secreta. Aunque eran atentamente monitorizados, algunos de ellos fueron incluso
detenidos e investigados, los miembros del grupo lograron escribir y publicar
mucho, es decir que estuvieron activos. La editorial Criterion por ejemplo,
publicó numerosos textos del Grupo de Acción Banato, lo que demuestra cierta
ambigüedad de su relación con el poder. Otro aspecto interesante lo representa
aquella red de conexiones con los medios marxistas de la República Federal de Alemania
y Austria. En los años 70 del siglo anterior, ellos publicaron en numerosas
revistas de occidente con orientación de izquierda.
El Grupo de Acción Banat experimenta mucho, firma los textos
de manera individual y colectiva. También los órganos de represión cambian de
actitud en conformidad con la situación creada.
Corneliu Pintilescu:
El caso del grupo de Banat tiene elementos particulares, pero
en mi opinión es un caso que ilustra muy bien una serie
de políticas generales del régimen y de la Securitate de los años 1970-1980
sobre la intelectualidad. Sorprende claramente las transformaciones de un
período al otro de los métodos, las técnicas y las políticas de la Securitate.
En 1971, William Totok fue detenido e investigado por la Securitate por haber
enviado una carta a Radio Europa Libre, pero al final de la
investigación, lo pusieron en libertad porque la Securitate había
considerado que éste no hizo algo suficientemente grave y se decidió reeducar
al autor en una reunión en el marco de la Unión de la Juventud Comunista. Sin
embargo, en los años 1980, varias personas que apoyaron al «Aktionsgruppe Banat»,
fueron investigadas y condenadas. Con otras palabras, se pasa gradualmente de
la idea de domesticar a la oposición cultural a métodos
más violentos, más represivos. Este caso es relevante también
para las políticas de la Securitate sobre las élites intelectuales de la
minoría alemana durante la época de Ceausescu porque sorprende lo específico de
la minoría alemana: sus lazos fuertes con la República Federal de Alemania, con
el espacio de lengua alemana de occidente.
Para descifrar el humor de los textos que presentaban la
realidad social, la Securitate se sirvió de expertos literarios para
interpretarlos. Así, los historiadores consideran que el aparato de represión
se especializó también en interpretaciones literarias mientras que otros
historiadores hablaron del nacimiento de una estética
policial. El humor podía ser convertido en culpabilidad
política con dificultad y la Securitate lo entendió. Sin embargo,
ésta intentó convertir al escritor William Totok en uno de sus colaboradores. Corneliu Pintilescu:
El informador Thomas, es decir William Totok, es una persona
que pasa por las tres hipóstasis de una relación que un individuo pueda tener
con la Securitate. Al mismo tiempo fue perseguido, investigado e
informante. Su persecución comienza en 1971 cuando la Securitate descubre que
la persona que envió las cartas a Radio Europa Libre a finales de los años
1960, desde la localidad de Sannicolau Mare, fue Totok. Fue un descubrimiento
coyuntural, la madre de Totok lo mencionó involuntariamente en una carta
enviada a otra persona. Totok fue
detenido e investigado y aunque el expediente era consistente, la Securitate
optó por no enviarlo al tribunal. A mediados de los años 1970, cuando Totok
participó en las reuniones de «Aktionsgruppe Banat», la Securitate quiso convertirlo en su
colaborador. Totok optó por ofrecer información, pero al final confesó su decisión a sus compañeros.
Aktionsgruppe
Banat, al igual que otros movimientos de oposición, acabó
por ser aniquilado. Las voces críticas tienden a minimizarlo, pero sus
manifestaciones deben ser leídas en la lógica predominantemente represiva de un
tipo de régimen criminal.