Nicolae Iorga, el mentor de la nación
El historiador rumano Nicolae Iorga gozó y sigue gozando del aprecio de sus compatriotas.
Steliu Lambru, 13.01.2020, 18:41
El historiador rumano Nicolae Iorga gozó y sigue gozando del aprecio de sus compatriotas. En 2006, la televisión nacional organizó un concurso bajo el lema Grandes rumanos y Nicolae Iorga se clasificó en la posición 17 en la lista de las 100 personalidades más amadas por el pueblo. Además de muchas virtudes, Iorga también tenía defectos y uno de los más grandes era que se consideraba el mentor de la nación rumana.
Iorga nació en 1871 en Botoșani, nordeste de Rumanía, y era hijo de un abogado. Siguió los cursos de historia de varias universidades entre las cuales mencionamos las de Rumanía, Francia, Italia y Alemania. Hablaba varios idiomas y escribió tratados sobre temas de historia nacional y universal. A lo largo de su vida, publicó un número impresionante de artículos, aproximadamente 20.000 y más de 1.200 tomos de historia. Fue insigne representante de una corriente literaria de principios del siglo XX creada alrededor de una revista llamada Semanatorul (El Sembrador), que elogiaba a los campesinos. Desde el punto de vista político fue conservador, antisemita y adepto del autoritarismo. Fundó el Partido Nacionalista Demócrata junto con el abogado A. C. Cuza, en 1910. En vísperas de la implicación de Rumanía en la Primera Guerra Mundial, él abogaba a favor de la entrada de Rumanía en guerra del lado de la Entente, junto a Francia, Gran Bretaña y Rusia. Profesor y allegado del futuro rey Carlos II fue nombrado primer ministro en 1930. Nicolae Iorga se consideraba el mentor de la nación porque estaba convencido de que tenía una misión educativa excepcional.
La historiadora Eliza Campus concedió una entrevista al Centro de Historia Oral de la Radiodifusión Rumana, en 1999. Campus idolatraba a Iorga y lo consideraba un modelo de vida y de profesionalismo.
En la Facultad de Historia opté por Historia Universal, curso impartido por el sabio Nicolae Iorga. Desde el principio tuvo una actitud muy cercana conmigo, yo estaba de luto porque había fallecido mi padre, y se me acercó preguntándome si necesitaba ayuda, si necesitaba que me buscara un puesto de trabajo para tener una fuente de ingresos, pero yo trabajaba como maestra en una escuela y tenía mi salario. Me invitaba a su casa y me daba acceso a su bilbioteca.
Nacionalista a la antigua, Nicolae Iorga entró en conflicto con los legionarios cuyo líder, Corneliu Zelea Codreanu, murió asesinado en 1938. Los legionarios siempre acusaron a Iorga por la muerte de su líder. El periodista Pan Vizirescu, admirador de Iorga, intentó explicar el contexto en que había nacido el conflicto entre las dos partes.
El señor Iorga, inmediatamente después de la muerte de Codreanu, con motivo de una rueda de prensa organizada en las Fundaciones Reales, en presencia de mucha gente importante dijo : «Mi intención era darles consejos a los legionarios, al igual que un padre que aconseja a sus hijos, no degollarlos». Había una gran diferencia entre lo que hizo el rey Carlos y los consejos que daba Iorga. Entendía la diferencia entre las medidas duras del rey y los consejos de Iorga, quien consideraba que había que cuidar a los jóvenes.
El historiador literario Gabriel Țepelea tuvo la oportunidad de ver personalmente a Iorga en 1933, el 1 de diciembre, cuando tenía 17 años de edad. En 1999, Țepelea declaró en una entrevista para Radio Rumanía que había visto a Iorga con motivo de una reunión organizada por el partido totalitario controlado por el rey Carlos II . Țepelea consideraba que la capacidad intelectual de una persona nada tiene que ver con su carácter y Nicolae Iorga era un buen ejemplo en este sentido.
Lo recuerdo como si fuese ayer, Iorga, con su barba larga de cura, vestido de azul, en su calidad de consejero del rey, actuando en la reunión del partido… Muchas personas muy capacitadas desde el punto de vista intelectual, en plan político no supieron frenar sus ambiciones. Actuaban como dictadores, abogaban a favor de la disolución de los partidos políticos, la abolición de la democracia e incluso la adopción de ciertos aspectos del sistema hitlerista, descuidando las alianzas tradicionales.
Nicolae Iorga fue entrevistado por Radio Rumanía. El ingeniero Paul Știubei recordaba en 1994 la entrevista al historiador de 1940.
Traía un texto, pero solía hablar libremente. Solía escuchar las conferencias que daba en público. Siempre terminaba andando por las ramas, divagando. No lo hacía abiertamente, se valía de frases de doble sentido. Recuerdo que hubo una ocasión en que el mismo director general de la Radiodifusión, Nicolae Sărățeanu, vino y me pidió que le cediera mi puesto, tomaba el control técnico por miedo a que Iorga dijera algo en contra de los alemanes. En aquella época los alemanes habían venido a Rumanía y nosotros éramos germanófilos.
El 27 de noviembre de 1940, los legionarios sacaron a Iorga de su casa, lo llevaron al bosque de Strejnicu y lo asesinaron. Este fue el destino de una persona con grandes capacidades intelectuales, pero que se dejó llevar por su orgullo y por los tiempos extremistas en que vivió.
Versión española : Valeriu Radulian