Mircea Eliade
Mircea Eliade fue una de las grandes personalidades culturales rumanas del siglo XX.
Steliu Lambru, 04.05.2020, 17:23
Mircea Eliade fue una de las grandes personalidades culturales rumanas
del siglo XX. La diversidad de sus preocupaciones en la historia de las
religiones y la literatura lo convirtieron en un autor complejo, con autoridad
reconocida en los Estados Unidos en la Universidad de Chicago, donde enseñó
desde 1956 hasta su muerte, en 1986.
Mircea Eliade nació el 9 de marzo de 1907 en Bucarest en una familia
con orígenes en la ciudad de Tecuci en Moldavia, en el este de Rumanía. Su
padre era oficial y su madre, ama de casa. Fue un estudiante sobresaliente y
compañero de clase en la escuela secundaria de otros nombres importantes de la
cultura rumana: el escritor y periodista Arșavir Acterian, el poeta, escritor y
director Haig Acterian, el filósofo Constantin Noica y el crítico de arte Barbu
Brezianu. Cuando era adolescente, aparte de literatura, filosofía e historia,
Eliade estaba interesado en las ciencias naturales, la química y el ocultismo.
En sus lecturas literarias juveniles fue influenciado por las páginas escritas
por Honoré de Balzac y Giovanni Papini. Estudió Letras y Filosofía en la Universidad
de Bucarest y obtuvo su título académico con una tesis sobre el utópico
pensador italiano Tommaso Campanella.
El trabajo de Mircea Eliade es vasto y diverso. Políglota, Eliade es
el autor de más de 80 volúmenes de la historia de las religiones y la
literatura, siendo uno de los historiadores de religiones más influyentes de su
tiempo. Solo en el campo de la historia religiosa, firmó unos 30 volúmenes
traducidos a 18 idiomas. Su creación literaria incluye 12 novelas, de las
cuales las más apreciadas son La novela del adolescente miope,
Maitreyi y La noche de San Juan. Algunas de las más conocidas de sus historias
cortas son La señorita Christina, El burdel de las gitanas,
El secreto del doctor Honigberger y La serpiente.
Eliade fue uno de los primeros orientalistas rumanos en absorber la
cultura de la India. Enamorado de este país, en 1928 fue a estudiar a Calcuta,
donde estudió sánscrito y se familiarizó con la espiritualidad india. La novela
Maitreyi está dedicada a la hija de su anfitrión indio de quien se
enamora y con quien no pudo casarse debido a la oposición del padre de la niña.
En 1933, a su regreso de la India, su experiencia terminó con una tesis
doctoral sobre prácticas de yoga. El archivo del Centro de Historia Oral de la
Radiodifusión rumana está en posesión de un documento sonoro excepcional, a
saber, la grabación de un diálogo con la conocida crítica literaria Monica
Lovinescu en Radio Europa Libre en la década de 1970. En esta entrevista,
Eliade se refiere a su estancia en la India como a un periodo que le ayudó a
comprender el curso de la historia y lo que significaba un diálogo
intercultural. Su viaje al mundo de las ideas y creencias religiosas le ayudó a
dar un paso adelante y abrir un universo hasta ahora desconocido.
Desde que regresé
de la India, he entendido que hay un límite para el provincialismo cultural
occidental. Que después de la Segunda Guerra Mundial debe haber un puente entre
las diversas culturas, entre la cultura occidental y oriental y las culturas
arcaicas. Que no hay una introducción más simple y más convincente a una
cultura que la comprensión de la tradición, que siempre es una tradición de
origen y estructura religiosa. La historia de las religiones me pareció el
primer paso, la primera etapa de tratar de comprender otras culturas, de igual
a igual y, por lo tanto, el diálogo. Y luego estaba seguro, tenía la certeza de
que estos libros serían bien recibidos, bien valorados, porque muchos estaban
interesados, porque la realidad histórica era la razón justa para mí.
Mircea Eliade también se consideraba escritor y científico. Apreciado
más por su trabajo científico, el trabajo con el que hizo su carrera en los Estados
Unidos en la Universidad de Chicago, donde fundó junto con el alemán Joachim
Wach, la escuela Divinity
School, Eliade sintió que no podía dejar el idioma
y la literatura rumana que siempre lo devolvió a sus raíces, como él mismo
dijo.
Escribiendo
literatura vuelvo a mis fuentes, lo cual es normal. Es el lenguaje que nunca
quise empobrecer y, nuevamente, necesito este sueño y realización en mi idioma
para mi salud mental. Podría traducir ciertas piezas literarias al francés o al
inglés por mi cuenta. Tal vez podría escribirlos en inglés o francés, pero me
parece más importante este deseo de no perder el contacto con mi propia
historia, que obviamente es la historia de un rumano que trabajó en Rumanía y
en el extranjero.
A menudo se ha dicho que el mundo de hoy es un mundo en el que la
religión tiene cada vez menos influencia. Pero Mircea Eliade decía que la
profanación de hoy es en realidad un proceso de ocultar lo sagrado, y que la
gente todavía lo necesita.
Esta necesidad de escuchar una historia,
mítica al principio, que cuenta cómo nació el mundo, cómo nació el hombre, cómo
se organizó la sociedad, etc., es una necesidad que considero fundamental. Es
una estructura de conciencia, no una etapa en la historia de la conciencia. No
creo que el hombre pueda existir como ser humano sin escuchar, contar su
historia y la historia del mundo en el que se encuentra y que continúa existiendo.
Mircea Eliade se exilió en Occidente después de 1945, año en que se
estableció el régimen comunista en Rumanía. Murió en Chicago el 22 de abril de
1986, dejando atrás un trabajo impresionante por el cual fue admitido en la
Academia rumana post mortem en 1990.
(versión
española: Simona Sarbescu)