Matemática y comunismo
Sin una buena formación matemática, no se puede ser un buen profesional de la ciencia y la tecnología.
România Internațional, 24.09.2018, 16:11
Las matemáticas se consideran con justa razón uno de los dominios más abstractos del conocimiento, y sin una buena formación matemática, no se puede ser un buen profesional de la ciencia y la tecnología. La escuela rumana de matemáticas contó con destacados representantes y la Universidad de Bucarest tuvo desde su creación en 1864 una facultad de ciencias físicas, matemáticas y naturales. En la larga lista de importantes matemáticos rumanos hay nombres como Spiru Haret, Dimitrie Pompei, Traian Lalescu, Gheorghe Ţiţeica, David Emanuel, Simion Stoilow, Grigore Moisil.
Pero el régimen comunista les ha dado a los matemáticos un papel mucho más importante de lo que naturalmente tenían. La obsesión del comunismo por las ciencias exactas hizo de las matemáticas la piedra angular del sistema educativo entre 1945 y 1989. Desde un dominio de la élite las matemáticas llegaron a ideologizarse a ritmo forzado, pero su estudio intensivo y extenso no logró traer el desarrollo económico y social que el régimen esperaba.
El matemático y profesor Solomon Marcus aprobó el bachillerato en 1944 y luego se matriculó en la Facultad de Matemáticas. En una entrevista concedida en 1998 al Centro de Historia Oral de Rumanía, Marcus recuerda el descubrimiento de las matemáticas como pasión personal y carrera profesional.
«Descubrí las matemáticas ese mismo verano de 1944, un caluroso verano, cuando estaba en una ciudad de Moldavia y el frente de la guerra estaba muy cerca. Pensé que era mejor seguir el camino de mi curiosidad personal porque en ese momento de caos era imposible imaginar qué perspectiva social ofrece tu colegio o universidad. Y después de un año en la Facultad de Matemáticas, me di cuenta de que esta facultad era un encuentro feliz de mi vida, y estaba muy contento de haber tenido la suerte de encontrar tan rápidamente mi pasión profesional».
Antes de la instauración del comunismo en 1945 la política no destruía vidas y carreras profesionales. Solomon Marcus tuvo profesores con diferentes orientaciones políticas: Dan Barbilian tenía simpatías legionarias, Octav Onicescu había coqueteado con el fascismo de Mussolini, Gheorghe Vrânceanu era un gran liberal, Miron Nicolescu y Simion Stoilow eran socialistas, Nicolae Cioranescu era del Partido de los Campesinos, Mihail Neculce era comunista. Marcus recordó las circunstancias en las que murió Simion Stoilow, uno de los mejores matemáticos rumanos de posguerra.
«Simon Stoilow murió en 1961 en la escalera de la sede del Comité Central del Partido Comunista dónde solía ir a menudo en el intento de enderezar injusticias de todo tipo: jóvenes expulsados de las universidades, las exclusiones del profesorado en 1950, la prohibición de los viajes al extranjero, personas que no pudieron hacer su doctorado. Yo fui una de las víctimas. Con nosotros fue creado el «postgrado» al estilo soviético en 1953. Cinco personas hicimos los exámenes para la carrera de matemáticas y todos aprobamos. Sin embargo, después de aprobado el examen, recibimos un documento del Ministerio de Educación, donde se me informó de que no tenía derecho de hacer el postgrado en la República Popular Rumana, sin el visto bueno por parte de la Universidad. Obviamente hubo un problema con mi expediente político. Pero, ¿por qué no lo hicieron desde el principio? Su estrategia era la siguiente: vamos a ver como se presenta el candidato, a lo mejor suspende y nos libramos de la obligación de rechazarlo en base a su expediente político».
La ideología fue la que destruyó todo el ambiente de buena convivencia académica. A pesar de que su fuerza menguó a mediados de la década de 1960, siguió siendo un trauma del que no se pudo escapar hasta después de 1989. Solomon Marcus ha hablado de un encuentro con el matemático Dan Barbilian en una reunión ideológica.
«Yo estaba en el mismo grupo de educación ideológica con el gran matemático y poeta Dan Barbilian. Ahora, en la memoria, todas esas situaciones se vuelven divertidas, pero en aquel entonces fueron dramas reales. Este hombre estaba aterrorizado, vivía en una tensión terrible, y se notaba que su gran dilema era la siguiente: «¿qué debo hacer? si guardo silencio y no hablo en absoluto, obviamente, interpretarán que no quiero participar en la vida ideológica. Si tomo la palabra, me arriesgo a decir algo que va en contra de la línea del partido.” En un momento dado, cuando alguien mencionó la fórmula de Lenin «socialismo = poder bolchevique más la electrificación de todo el país», Barbilian levantó la mano para hablar «en esta ecuación hay una suma no conmutativa». ¿Qué significa eso? En la suma no conmutativa no se pueden reordenar los términos, en el sentido de que a + b no es lo mismo que b + a. Él quería decir algo simple, que en esa fórmula de Lenin no estaba permitido invertir el orden, eso es poner primero al poder bolchevique, luego al resto. Sin embargo, lo dijo en una forma matemática y provocó un alboroto general porque la persona que dirigía la discusión no entendía lo que quería decir Barbilian y se notaba que ella también estaba desesperada, se esforzaba por darse cuenta de si era algo en contra del Partido».
Las matemáticas fueron un área privilegiada del régimen comunista que dio nombres importantes, a pesar de las restricciones de todo tipo, especialmente ideológicas. Pero no logró mejorar la sociedad rumana.