La Unión de Besarabia con Rumanía
El 27 de marzo de 1918, el Consejo del País, que era la asamblea representativa de los rumanos de Besarabia, votaba la unión con el Reino de Rumanía.
Steliu Lambru, 03.04.2017, 16:11
El 27 de marzo de 1918, el Consejo del País, que era la asamblea representativa de los rumanos de Besarabia, votaba la unión con el Reino de Rumanía. Esto era considerado como una reparación tras el despojo territorial de 1812 y, en el marco inestable de la primera guerra mundial, resultó ser la mejor solución política. Al quedar sola en el frente oriental, tras la salida de Rusia de la guerra, Rumanía había pedido la paz e iba a enfrentarse, por una parte, a la ocupación de los Poderes Centrales y, por otra parte, a la evacuación del ejército ruso dominado por la fiebre revolucionaria.
El médico Daniel Ciugureanu fue uno de los más fervorosos defensores de la unión de Besarabia con Rumanía. Su hijo, Gheorghe Ciugureanu, concedió una entrevista al Centro de Historia Oral de la Radiodifusión Rumana en 1993, en la que contó la historia de su padre. Integrante de una familia de boyardos moldavos de la zona de Hotin, Ciugureanu obtuvo el título de médico de la Universidad de Kiev. Durante su época estudiantil, puso las bases del círculo cultural El Despertar, apoyado por el historiador Ştefan Ciobanu, el escritor Alexe Mateevici, el ingeniero Nicolae Codreanu y otros nacionalistas. En 1993, Gheorghe Ciugureanu recordaba, de las historias que su padre le había contado, cuáles eran los integrantes del Consejo del País de Besarabia, que iban a desempeñar un papel decisivo en la unión de la provincia con Rumanía.
En 1917, se implicó en la creación del Consejo del País, el Parlamento de la ex República Moldava, que organizó su primera reunión el 25 de noviembre de 1917. Dos días más tarde, con motivo de su reunión del 27 de noviembre, proclamó la autonomía de la República Demócrata Moldava, pero seguía integrando el Imperio Ruso. El Consejo del País estaba integrado por personas elegidas en base a criterios más bien étnicos que políticos, eran representantes de las Uniones de los alemanes, de los gagaúzes, de los judíos, de los ucranianos y de los polacos. También había representantes de la llamada formación campesina, encabezada por Ion Inculeţ, ayudado por Pantelimon Erhan, Pantelimon Halippa y otros, que militaban por la autonomía de Besarabia, pero sin sacarla del Imperio Ruso. El Bloque Moldavo tenía como líder a Daniel Ciugureanu, apoyado por Buzdugan, Anton Crihan, Ştefan Holban, Dimitrie Bogoz y otros.
No fue fácil lograr la unión, aunque había muchos ciudadanos de Besarabia que tenían convicciones nacionalistas. El período de anarquía que siguió a la instauración del poder soviético en Petrograd provocó mucha inquietud. Gheorghe Ciugureanu:
En una primera etapa, el poder les pertenecía a los campesinos. Ion Inculeţ había sido elegido presidente del Consejo del País, mientras que el Ejecutivo era encabezado por Pantelimon Erhan, que de cierta forma, actuaba bajo el amparo del gobierno central de Petrograd. Esta primera etapa duró desde el 25 de noviembre de 1917 hasta el 14 de enero de 1918. Antes de la creación del Consejo del País, pero de modo especial en la etapa anteriormente mencionada, aumentó el número de desertores rusos. En su camino hacia el país, pasaban por Besarabia y cometían numerosos crímenes y robos. La situación se complicó y los desertores cazaban a los promotores del movimiento patriótico rumano. Así fue como asesinaron a Simion Gurafa, quien también era mi padrino. Mi padre tuvo que esconderse, tuvo que desaparecer, porque habría sido una de las primeras víctimas.
Dado que cabía la posibilidad de que todo fuera destruido, los que encabezaban Besarabia pidieron el apoyo al ejército rumano para que reinstaurara el orden. Sin embargo, no cedieron sin protestas ante las acciones del ejército rumano.
Nuevamente, con más detalles, Gheorghe Ciugureanu.
Se había alcanzado el apogeo de la crisis. En enero de 1918, a principios del mes, en la estación de trenes de Chişinău fueron masacrados los voluntarios de Ardeal, que habían acudido allí a ayudar a los vecinos de Besarabia en su lucha contra dichas agrupaciones de maleantes. Como consecuencia de dichas acciones, el Bloque Moldavo organizó una reunión secreta, en casa del ingeniero Nicolae Codreanu, que fue presidida por mi padre. En esta reunión, decidieron enviar emisarios al Gobierno de Iaşi, a solicitar el apoyo del ejército rumano para poner fin a las masacres y a los crímenes. Los emisarios llegaron a Iaşi, entregaron la solicitud del Bloque Moldavo y el efecto fue fulminante. Al día siguiente, un batallón del ejército rumano que luchaba en los Cárpatos fue enviado a Besarabia, bajo el mando del general Ernest Broşteanu. Estos militares llegaron a Besarabia el 9 de enero. En tan sólo 3 días cruzaron el río Prut y dirigieron sus pasos hacía Chişinău. En aquel momento, el Consejo del País y el Ejecutivo de Besarabia tomaron cartas en el asunto y enviaron un telegrama al Gobierno de Iaşi, firmado por Ion Inculeţ y Pantelimon Erhan, jefe del Ejecutivo, en el que criticaban tajantemente la intervención del ejército rumano en Besarabia.
La unión de Besarabia con Rumanía, en marzo de 1918, aunque criticada por algunos ciudadanos de Besarabia, fue la que trajo la paz después de 4 años de guerra fría.