La revolución de 1989 en Radio Rumanía
Desde su creación en 1982, la Radiodifusión Rumana ha participado en todos los acontecimientos importantes de la historia de Rumanía.
Steliu Lambru, 26.12.2017, 14:03
Desde su creación en 1928, la Radiodifusión Rumana ha participado en todos los acontecimientos importantes de la historia de Rumanía. Reyes, políticos, personalidades culturales, gente común acudieron a los estudios de nuestra emisora para hablar a los rumanos del significado de los momentos a los que asistían. La Radiodifusión Rumana tampoco se podría perder el desarrollo de la Revolución anticomunista de diciembre de 1989, momento que vivió con mucha intensidad.
Más tarde, la radiodifusión y la televisión fueron consideradas instituciones clave del Estado en la transmisión de mensajes a la población. Desafortunadamente, Radio Rumanía se convirtió en un instrumento de propaganda en manos del régimen comunista después de que el ejército soviético ocupara el país y el régimen comunista se instaurara a la fuerza. En los años 1980, tanto en la radio como en la televisión, el régimen promovía un culto a la personalidad de la pareja Elena y Nicolae Ceausescu de una exasperante vulgaridad. Además de la escasez de crónicas diarias, el culto a la personalidad era lo más difícil de soportar para la inmensa mayoría de rumanos.
El 16 de diciembre de 1989, los habitantes de Timisoara salieron a la calle por su libertad y para derribar al régimen opresivo comunista que durante 45 años había traído el desastre económico y que era también responsable de muchas tragedias humanas. Después de las manifestaciones sangrientas de Timisoara, el 21 de diciembre los bucarestinos reunidos en la calle en un mitin en apoyo a Nicolae Ceausescu se volvieron en contra de él. Así empezó el momento más grandioso de la historia de la segunda mitad del siglo XX.
En los archivos de la Radiodifusión Rumana, hay documentos sonoros que grabaron una emoción pública enorme. Entre el 22 y el 25 de diciembre de 1989 la alegría de los rumanos que recobraban su libertad superó los límites y Radio Rumanía grabó la alegría en las voces de la gente para siempre. Una alegría que empezó el 22 de diciembre de 1989 a las 12:30, que era el resultado también de la incoherencia y agitación que se apoderaron de todos los que habían entrado en los estudios de la radio. Eugen Dichiseanu, fotoperiodista en el diario “Scanteia del Partido Comunista Rumano, fue uno de los primeros periodistas en hablar en Radio Rumanía aquel día:
“¡Viva Rumanía! ¡Viva la Rumanía libre! Queridos rumanos, me resulta imposible describir en palabras lo que estoy viendo. No puedo creer lo que estoy viendo. La alegría brilla en los ojos de todos mis compañeros. Hay lágrimas, sonrisas y abrazos.
La poetisa Ana Blandiana fue una de las primeras intelectuales en describir en la radio la efervescencia del día 22 de diciembre:
“Amigos, vengo de la Plaza del Palacio que está llena de gente a la que le cuesta creer que estemos viviendo este día. Es muy difícil pensar que después de tantos años de humillación, nosotros mismos, sin ningún arreglo político, con nuestra fuerza interior en la que dejamos de creer, fuimos capaces de hacerlo. Los muertos de Timisoara y de Bucarest nos devolvieron la confianza en nosotros y el poder de ser nosotros.
La barricada de los revolucionarios de la noche del 21 al 22 de diciembre de 1989 delante de la Sala Dalles del centro de la capital fue decisiva para la caída del régimen al día siguiente, 22 de diciembre.
Una revolucionaria anónima recordó a los rumanos la muerte de sus compatriotas:
“No olvidemos a los que fallecieron delante de la Sala Dalles. Fueron los primeros que murieron. Se trata de jóvenes que murieron atropellados por coches y blindados. Nos escondimos por debajo de los coches por miedo a los tiros. No pensamos que fueran balas verdaderas. Sin embargo, muchos de nosotros nos quedamos allí esperando un milagro que hoy ha sucedido. Por favor, vayamos todos con flores delante de la Sala Dalles para honrar la memoria de los jóvenes que murieron por nosotros.
Algunos pidieron perdón por haber colaborado con la dictadura y por haber mentido al público, tal como nos contó el presentador Viorel Popescu:
“Durante años he tratado de decirles la verdad pero me lo impidieron. Me avergüenza todo lo que les he dicho durante todos estos años sobre una época que ahora ha finalizado. Me avergüenza no haber logrado decirles la verdad. He tratado de traerles amor y buena música, pero también estos gestos simples y hermosos fueron transmitidos con dificultad.
La revolución rumana continuó en Radio Rumanía también los siguientes días. El entusiasmo disminuyó, la vida volvió a la normalidad y a algunos incluso les dio vergüenza por haber estado tan exaltados. Sin embargo, la normalidad del entusiasmo indica la calidad humana de cada uno de nosotros y ningún pensamiento póstumo pueda aniquilar la intensidad del momento.