La República de Ploieşti
Dos organizaciones conspirativas se reunieron en Ploieşti para poner en marcha una plan para destronar al príncipe Carlos de Hohenzollern-Sigmaringen.
România Internațional, 05.09.2016, 11:50
El 8 de agosto de 1870, a las 4 de la madrugada, dos organizaciones conspirativas se reunieron en Ploieşti para poner en marcha una plan para destronar al príncipe Carlos de Hohenzollern-Sigmaringen e instaurar la república. Los conspiracionistas querían ocupar el telégrafo y hacer que el ejército y la población de algunas ciudades más importantes se solidarizaran con ellos. Los grupos de conspiradores, inspirados por los liberales de izquierda o los “rojos, estaban decepcionados del reinado de Carlos y la inestabilidad gubernamental del período entre 1866, el año en que se había instalado en el trono de Rumanía, y 1870. También de importancia fue la guerra entre Francia y Alemania iniciada el 19 de julio de 1870, que iba a acabar con la capitulación de Francia, el 10 de mayo de 1871. La guerra causó una ola de simpatía hacia Francia, que se convirtió en una ola de antipatía hacia el príncipe alemán Carlos.
Pero los líderes de la conspiración vacilaron finalmente en poner en marcha el plan a causa de las vacilaciones de algunos oficiales. Pero los conspiradores de Ploieşti liderados por el futuro general Alexandru Candiano-Popescu continuaron su plan y ocuparon la prefectura y el telégrafo. Delante de unas miles de personas, Candiano-Popescu proclamó el derrocamiento de príncipe Carlos y se autoproclamó prefecto del distrito de Prahova. Tras el discurso de Candiano-Popescu, la gente se desplazó a una unidad militar para armarse. Tras el rechazo del comandante de la unidad, la gente fue a la prisión y liberó a los presos. Pero la acción acabó poco después de que el jefe del telégrafo de la ciudad de Predeal cesara la comunicación con Bucarest. La misma noche, el ejército detuvo a aproximadamente 400 sospechosos y a los políticos liberales Ion C. Brătianu, Eugeniu Carada, Nicolae Golescu. El líder de los rebeldes de Ploieşti fue detenido en la ciudad de Buzău. La república de Ploieşti terminó tras menos de un día. Unos 41 conspiradores fueron enjuiciados, pero fueron absueltos.
Aunque fuera un episodio breve e intenso, satirizado por el escritor Ion Luca Caragiale en su obra de teatro Conu Leonida faţă cu reacţiunea (“Don Leonida frente a la reacción) y en la novela corta Boborul, la República de Ploieşti tuvo un significado especial para situar a la política rumana sobre unas bases estables. Silvia Marton, de la Facultad de Ciencias Políticas de Bucarest, opina que la rebelión era inevitable debido a las dificultades en el funcionamiento del Estado rumano:
“Todo era posible, todo estaba abierto, los protagonistas de la República de Ploieşti, Carlos I, los conservadores, los moderados, varios liberales, todos estaban al principio y tenían la sensación de que todo se tenía que construir, que hacer, había un tipo de voluntarismo que iba a conllevar numerosas otras cosas que se podían criticar. Querían construir un parlamento y un régimen, posiblemente una república, pero no con mucha decisión. Querían por lo menos tener un régimen en el que el parlamento fuera importante. El mismo príncipe Carlos estaba buscando su sitio, todavía no entendía bien lo que estaba pasando. Brătianu estaba muy convencido de lo que estaba haciendo e intentaba dominar a todos los gobiernos en los que ingresaba. Los conservadores intentaban también tener un papel. Finalmente todos, incluso los antiguos participantes en la revolución de 1848, más envejecidos, y otros más jóvenes, todos estaban muy convencidos de sus ideas.
Hemos preguntado a Silvia Marton cuáles fueron las ideas principales que animaron la República de Ploieşti:
“Podemos considerar el golpe de Estado, por lo menos así lo consideró la acusación, como un tipo de reacción contra los conservadores. No tanto a favor de la república, sino más bien contra los conservadores y, posiblemente, contra el prusiano autóctono Carlos de Hohenzollern. Dos caricaturas del periódico “Ghimpele, liberal radical, muy progresista, hablan de la dimensión social. Fue una reacción social por parte de los protagonistas de la República de Ploieşti que querían que acabaran los privilegios. Los antiguos boyardos eran, en principio, partidarios de los conservadores, Lascăr Catargiu era un moderado. Los antiguos boyardos guardaron su papel político, eran visibles en el escenario político. Había una sensibilidad muy social, demócrata. El término “demócrata, usado por ellos mismos, significaba el fin de los privilegios, de los boyardos, como únicos representantes y autores de la política. Era una reacción de la burguesía.
La república de Ploieşti fue también una revisión de las actitudes de la clase política ante el Estado, ante las reformas, ante el soberano. Nuevamente al micrófono, Silvia Marton:
“Cuza vivía todavía, exiliado, pero fue elegido tres veces en varios colegios. Renunció a los mandatos, envió cartas elegantes en las que se negaba a aceptar el mandato, en las que había agradecido el haber sido votado. Pero la generación de 1848, los liberales, los radicales, los “rojos eran adversarios de Cuza. Todos aquellos rojos consideraban a Cuza y a Carlos I como iguales. Carlos I era autoritario, tomaba decisiones sin consultar al parlamento, al igual que Cuza había rechazado el debate. Carlos I se había convertido en un nuevo Cuza y era inaceptable. Los liberales opinaban que demasiado poder en manos del Ejecutivo era una tendencia peligrosa. Desde este punto de vista, mostraron tendencias republicanas, querían la responsabilidad del gobierno ante el parlamento. A partir de 1870-1871, la responsabilidad del gobierno fue aceptada y empezó a funcionar mucho mejor, pero también el papel del príncipe Carlos se redefinió después de unos años, iba a crear y disolver los gobiernos.
La democracia rumana se consolidó más tras el episodio de la “república de Ploieşti, el último espasmo de la creación del Estado rumano moderno demócrata. Después de 1870, Rumanía iba a obtener su independencia en 1877-1878 y se iba a convertir en reino, y la política iba a cumplir con esto, asegurando la estabilidad y el buen gobierno del país.