La modernidad en el espacio rumano a principios del siglo XIX
Desde principios del siglo XIX, el espacio rumano se moderniza cada vez más. La modernidad fue una nueva manera de ver el mundo en que la persona tenía derechos y libertades fundamentales y ninguna autoridad tenía el derecho a infringirlos.
Steliu Lambru, 02.09.2019, 08:10
Desde principios del siglo XIX, el espacio rumano se moderniza cada vez más. La modernidad fue una nueva manera de ver el mundo en que la persona tenía derechos y libertades fundamentales y ninguna autoridad tenía el derecho a infringirlos. El espíritu público era uno del laicismo y de la dominación de la ley, contra los despotismos del Estado o de la institución de la Iglesia. La influencia francesa es la que marca el paso de las ideas modernas, y los trastornos políticos y militares contribuyen al nacimiento de una nueva época.
En los Principados Rumanos que estaban bajo el control otomano se sentía una necesidad aguda de hacer reformas. El modelo político y económico otomano había fracasado y se había convertido en un obstáculo ante las nuevas tendencias y aspiraciones. La modernidad había sembrado las semillas del movimiento nacional, y en el espacio rumano se manifestaron los movimientos insurreccionales nacionales griego y rumano de 1821. La influencia de la Revolución francesa fue decisiva en el nacimiento de los movimientos nacionales, según ha destacado también la historiadora Georgeta Penelea-Filiti.
“La Revolución francesa preparó en gran medida lo que iba a pasar durante los próximos dos decenios culminando en 1821. Hay que hacer la diferencia en el año 1821, en la tierra de Rumanía, entre un movimiento nacional que se levanta bajo la dirección de Tudor Vladimirescu y un intento poco loco de los griegos liderados por Alexandru Ipsilanti, quien era ayudante del zar. Me atrevo a llamarla “Rumanía porque un griego, Phlippide, usa por primera vez en 1816 la palabra “Rumanía que se refería a esta zona habitada especialmente por rumanos. Ipsilanti viene de Rusia a la tierra de los Principados, primero a Moldavia y después a Bucarest, esperando que al levantar a un pueblo cristiano, rodeado por sus griegos, Rusia interviniera y lo ayudara. Pero esto no pasó, su movimiento fracasó, al igual que, desgraciadamente, el movimiento de Tudor Vladimirescu. Entre los dos las cosas no fueron nada buenas, y Tudor fue asesinado por los ayudantes de Ipsilanti.
La modernización del espacio rumano se hizo según el espíritu del tiempo y, mirando atrás, ningún otro factor lo podía haber impedido y no fue el resultado de ningún plan. Se trató en primer lugar de un estado de ánimo, en el caso de los Principados Rumanos, de la acción del espíritu francés. Georgeta Penelea Filiti.
“Estos estados de ánimo que generan cambios profundos, verdaderas segmentaciones en la sociedad, no se notan y no se cuantifican muy fácilmente. La gente se informaba, la gente tenía en las manos mercancía de occidente, la gente hablaba de moda, de comida. Pero hay cambios en el idioma que la gente usa, el francés se insinua entre los rumanos y sustituye paulatinamente al griego. Ni en el caso del griego, ni en el caso del francés se trató de una imposición, de una obligación. Era el idioma de aquella época, era la lengua culta que se usaba muchísimo en el espacio rumano. Pero también se fomentaba el uso del rumano. Las ideas eran promovidas por estos agentes, ya sea económicos, comerciantes, cobradores y otros, o culturales. Además, no todos los franceses que vienen al espacio rumano son revolucionarios, hay también muchos refugiados. La Revolución francesa, tal vez una de las más sangrientas, dicho sea entre paréntesis, todas son sangrientas, pero la francesa fue especialmente sangrienta, hizo que muchísima gente se refugiara y buscara trabajo. Muchos franceses se convirtieron en secretarios, profesores, pequeños funcionarios en diversas administraciones, pero son sobre todo muy buscados para ser profesores privados en las familias. Se impone el espíritu francés. Pero otros franceses son revolucionarios, todo tipo de gente se va de Francia y viene también a Bucarest.
Las ideas de la modernidad se extienden sobre todo de Francia a Europa debido a las campañas militares del emperador Napoleón I que trastornan el antiguo orden político. Hacia el Reino Unido en el oeste, pasando por el espacio alemán hacia el este, en Rusia y en el Imperio otomano, la agitación que Francia dispersa frenéticamente se apodera de Europa. Georgeta Penelea-Filiti considera que al ímpetu político francés del cambio radical de Europa también contribuyeron en el espacio rumano las nuevas generaciones de jóvenes estudiosos que son normalmente el motor de las transformaciones.
“Se puede hablar, y también muchos pensaron en crear aquí, en Bucarest, un centro de efervescencia que pudiera generar una revolución, pero esto era difícil de hacer. Por supuesto que Napoleón fue el iniciador, pero algo muy importante es que muchísimos estudiantes del espacio rumano empezaron a estudiar en el extranjero. Y ellos hicieron todo lo posible para dirigirse al emperador, al que consideraban un salvador. En 1813, por ejemplo, a Halle fueron a estudiar muchísimos rumanos y los hablantes de griego que vivían en el espacio rumano, y también arumanos. Hay muchos médicos que estudian en Halle, en Gotinga, en Viena, siendo uno de ellos Apostol Arsachi. Cuendo el emperador pasa por Halle, tiene la ocasión de pronunciar un discurso delante de él. Es un discurso muy bonito, fervoroso, en el que dice: “¡Majestad, salve a los cristianos del Imperio otomano! Se lanzan decenas de llamamientos a Napoleón que por supuesto que era un buen cristiano, pero también era un emperador dominante, dictador, y seguía su propia política.
La modernidad rumana tomó forma en los primeros dos decenios del siglo XIX. Pero hasta que se materializaran sus ideales, los rumanos tuvieron mucho que luchar y esperar.