La Internacional de los servicios de policía secreta
Steliu Lambru, 27.07.2020, 21:28
Después del año 1945, el año en que la Unión Soviética ocuparía
integralmente a Europa Central y Oriental tras el derrocamiento de la Alemania
nazi, en la región empezó a instalarse un nuevo régimen: el comunismo. Nunca
aplicado antes del año 1917, creación de una agrupación radical marxista
encabezada por el ruso Vladimir Ilici Lenin, el régimen comunista se basaba en
la represión y el terror instrumentados por la policía política. Con
independencia de su denominación, CEKA, NKVD o KGB, en la Unión Soviética, AHV
en Hungría, SB en Polonia, StB en Checoslovaquia, STASI en Alemania Oriental o
Securitate en Rumanía, la policía política tenía la misma estructura y misión:
reprimir cualquier intento de socavación del régimen a través del recogimiento
de informaciones y de la eliminación física. El modelo había sido inventado por
el célebre Felix Dzerjinski, el primer jefe de la sangrienta institución
responsable de decenas de millones de
víctimas en la Unión Soviética para que después fuera aplicado en los países
ocupados por los soviéticos.
En los Estados de Europa Central y
Oriental, los servicios secretos tuvieron un comportamiento similar más de 40 años. Si su manera de
actuar fue parecida durante tanto tiempo nos preguntamos ¿qué
suerte tuvieron éstos después del año 1989, cuando el régimen comunista fue
derrocado? ¿Acaso, tuvieron destinos distintos?
El historiador Marius Oprea opina que
excepto la STASI, de la República Democrática Alemana, todas las policías
políticas de los Estados excomunistas
tuvieron un destino parecido:
En
todos los países excomunistas son visibles los comportamientos de las antiguas
estructuras de información, pero en algunos lugares, los ex oficiales de información
ya no podían manifestarse. Un ejemplo al respecto es la antigua República Democrática Alemana
donde todos los oficiales de la STASI fueron investigados cada uno por separado:
¿quién hizo qué? y según el caso fueron
entregados a la justicia pero bajo ninguna forma volvieron a trabajar en el
sistema. Cuando Joachim Gauck me invitó a estudiar junto con Ticu Dumitrescu los
archivos de la STASI, el chófer que nos llevaba en taxi desde el hotel a la
sede de la STASI era un ex oficial STASI que había llegado a
practicar taximetría. Conocía muy bien
el camino. Pero allí había un problema de seguridad nacional ya que los
alemanes occidentales querían saber exactamente con quién dialogaban
Los analistas que estudian la historia
contemporánea y el área ex soviética
hablan de una internacional de
las policías políticas, con referencia al concepto de
promovido con tanta insistencia por los países socialistas.
Esta internacional cequista tal como la denomina el historiador francés
Emmanuel Droit, es el modelo que hizo que el destino de todos aquellos que
formaron parte de las estructuras informativas y de represión de sus países sea
parecido después de 1989. La opinión general que condena la presencia de los ex
miembros de las estructuras de represión en la vida pública como nuevos ricos,
formadores de opinión y hombres políticos no quiere tomar en consideración el
hecho de que en el año 1989, todos los ciudadanos se ganaron la libertad, incluidos
los ex miembros de la Securitate.
Marius Oprea, él mismo autor de un libro
de gran éxito sobre las carreras de los ex oficiales de Securitate rumanos, ha subrayado que en todos los
Estados excomunistas, excepto el caso de Alemania Oriental, los ex oficiales
de la Securitate y sus hijos se
transformaron en élites de las sociedad
Desgraciadamente,
en los ex países comunistas estas estructuras han conservadomás o menos su
poder. La unidad de la ex Securitate rumana se rompió de la misma forma que la
unidad de acción de los servicios de los Estados hermanados del Pacto de
Varsovia. Antes del año 1989, había una colaboración por lo menos formal, entre
todos los servicios secretos de todos
los países comunistas que intercambiaban informaciones; con los húngaros por
ejemplo, los oficiales rumanos de la Securitate mantenían muy buenas relaciones
cuando se trataba de dar y cosechar informaciones sobre los disidentes y los
opositores políticos; o, intercambiaban material tecnológico con la Alemania
Democrática y Checoslovaquia. Era casi un tema de orgullo nacional ya que en
1949, los rumanos habían ultimado un sistema a través del cual se podían supervisar las llamadas
telefónicas.
El historiador Marius Oprea ha afirmado
también que en el caso de la Securitate rumana, el nivel de recuperación de los
ex oficiales ha sido inferior al de otros países ex socialistas:
En
2003, participé, en calidad de historiador, en un coloquio en Weimar, el único
organizado sobre este tema que reunió a especialistas de los Servicios de Inteligencia
de varios Estados. En este coloquio se presentaron ponencias sobre lo que había
ocurrido con los servicios de inteligencia de cada país. Con respecto al grado
de recuperación de las estructuras de las ex policías políticas comunistas, Rumanía estaba peor que los demás. ¿Por qué?
Porque en Rumanía, en las condiciones de la revolución de diciembre de 1989, y
del golpe de Estado contra la revolución dado por la estructura rusófila
dirigida por Ion Iliescu, el ejército y la Securitate no tuvieron más alternativa.
No podían dar marcha atrás después de lo
ocurrido en Timisoara y Bucarest así que se tragaron la píldora y pasaron del
lado de Moscú, tal como lo haría el ministro de Defensa, Vasile Milea, el 22 de
diciembre, disparándose una bala
Dado que la evolución de la mitad
oriental de la Europa sovietizada después de 1945 fue similar hasta el año
1989, lo que siguió no podría ser diferente. Un ejemplo más de cómo en la
historia, las similitudes son mayores de lo que se cree.
Traducido por Rodica Popa