La Gran Rumanía y el sacrificio que se hizo por ella
En 2022, el centenario de la coronación de los soberanos de la Gran Rumanía es también el centenario del Arco del Triunfo de Bucarest.
Steliu Lambru, 07.11.2022, 09:34
El 16 de octubre de 1922, tras la gran ceremonia de coronación de los reyes Fernando I y María como soberanos de la Gran Rumanía en la catedral de Alba Iulia, también se inauguró el Arco del Triunfo. Bajo él pasaron la procesión real, representantes de algunos Estados europeos, unidades militares y carrozas de desfile. En 2022, el centenario de la coronación de los soberanos de la Gran Rumanía es también el centenario del Arco del Triunfo, el primer monumento de este tipo con carácter permanente.
Un monumento del foro público de la antigüedad romana que define la arquitectura del Imperio Romano, los arcos del triunfo también se construyeron en Bucarest como testimonios de victorias y grandes éxitos del Estado. Los anteriores arcos del triunfo de la capital de Rumanía, con carácter temporal, fueron erigidos en los años 1848, 1859, 1878, 1906 y 1918 y marcaron momentos gloriosos: la revolución de 1848, la unión de los principados rumanos, la independencia de Rumanía, los 40 años del reinado del rey Carol I y la victoria en la Primera Guerra Mundial. El Arco del Triunfo bajo el que Fernando I y María regresaron a su capital como soberanos del Reino de la Gran Rumanía fue erigido en 1922 en madera. Pero también en aquel entonces se tomó la decisión de erigir un arco del triunfo de piedra. El arco actual es una construcción de 27 metros de altura, fue diseñado por el arquitecto rumano Petre Antonescu e inaugurado en 1936.
El Arco del Triunfo ha querido marcar los acontecimientos de hace 100 años a través de una exposición dedicada a aquellos en cuya memoria se erigió, es decir, los soldados rumanos de la Primera Guerra Mundial. La exhibición dentro del Arco se centra en las cartas recibidas en casa por los familiares de los soldados y las recibidas por los soldados de familiares y amigos. Dramatismo y lirismo, estas son las palabras que pueden usarse para describir los fragmentos de la multitud de documentos. Son las experiencias humanas más diversas; la guerra en sí misma no tiene sentido, aunque todos los que escriben entiendan sus razones políticas.
Le preguntamos a Titus Bazac, inspector especialista de la Dirección General de Arquitectura del Paisaje y Monumentos Públicos del Ayuntamiento de Bucarest, cuáles son los momentos importantes de la exposición:
El Arco del Triunfo, dentro de los dos pilares, tiene dos salas. En ambas salas y en los dos pilares se exhiben representaciones. En el pilar del arco por donde se sube, hay una reconstrucción de un interior campesino, donde una madre entre lágrimas teje calcetines para su hijo, que está en el frente, y se pregunta por qué tuvo que irse. Se pregunta si tenía algún sentido toda esa interrupción del ciclo natural de la vida, o sea, la partida de su hijo de casa. Después de eso, está el interior de una casa, puede ser una casa de ciudad o una casa de campo, con una mesa con una lámpara encima. Allí, una madre llorando se pregunta por qué tuvo que pasar por todo ese calvario, con sus luchas internas por la decisión de dejar ir a su hijo, por qué él se había ido, todo un drama.
Se han empapelado las paredes del Arco con inquietantes paneles de collages formados por fotografías y facsímiles de cartas de los archivos. Y los visitantes que suben las escaleras hasta arriba pueden imaginar las vivencias de aquellos tiempos. Madre está enferma de preocupación y rabia por tu destino, escribe su hermana a un soldado. Amor mío, el niño y yo te echamos de menos y te esperamos en casa, le escribe su esposa a un oficial. Hijo mío, sé un hombre, cumple con tu deber y vuelve a casa sano y salvo, le escribe su padre a otro soldado.
Una vez en el ático, los visitantes pasan por debajo de un enorme rollo de papel desenrollado en la bóveda del techo, que sale de una pata del Arco y continúa por la otra pata. Titus Bazac también nos contó cuáles son los momentos importantes de la exposición desde la parte por la que se baja del Arco:
“En el pilar por donde se baja, también vemos la reconstrucción de una trinchera donde un soldado está simplemente destruido por la situación en la que lo ha puesto la guerra en la que participa. Hay un soldado enloquecido que afila una estaca en una trinchera. Hay otro soldado que quiere escribir unas palabras a los que están en casa y no sabe cómo empezar la carta. La última representación, un poco macabra, es una tumba. En un monitor vemos un pelotón de fusilamiento que simboliza la crueldad a la que se enfrentaron todos los soldados en la Primera Guerra Mundial. También puede evocar un episodio de la vida de Rebreanu que se transpuso a su obra: el drama del rumano hecho para luchar contra sus hermanos. Finalmente, decidió ponerse del lado de sus hermanos y luego fue capturado y ejecutado. Se trata del momento más cargado de la exposición y que cierra esta representación.
La coronación de los soberanos Fernando I y María en 1922 como reyes de la Gran Rumanía no hubiera sido posible sin el sacrificio de toda la sociedad rumana. Y el Arco del Triunfo, el testimonio material más fuerte de aquel entonces, nos recuerda todos los días esos sacrificios.
Traducción al español: Carolina Hernando