Historia de la Cruz Roja en Rumanía
La Cruz Roja fue creada oficialmente en Rumanía en 1876 como organización humanitaria. Su primera sede fue el Hospital Colțea de Bucarest.
Steliu Lambru, 13.01.2014, 17:05
La Cruz Roja fue creada oficialmente en Rumanía en 1876 como organización humanitaria. Su primera sede fue el Hospital Colțea de Bucarest. Precisamente el día en que fue creada, una ambulancia dotada de todo el equipamiento técnico necesario y acompañada por un médico y varios enfermeros salía de Rumanía para conceder ayuda a los heridos de la guerra serbio-turca. Durante la guerra ruso-rumano-turca de 1877-1878, la Guerra de Independencia de Rumanía, la Cruz Roja era ya una organización experimentada. Entre las grandes personalidades de la Cruz Roja figura la reina María, esposa del rey Fernando I, cuya imagen, vestida con uniforme de enfermera, pasando de un hospital de campaña a otro, durante la Primera Guerra Mundial, dio la vuelta al mundo. Una de las características de las sociedades de la Cruz Roja es la solidaridad entre las Sociedades Nacionales hermanas y la compasión por el ser humano, indistintamente del grupo al que pertenece o la religión que tiene.
Hemos elegido varios testimonios de los que formaron parte de la Cruz Roja, guardados en los archivos del Centro de Historia Oral de la Radiodifusión Rumana. Ani Cicio-Pop Birtolan, hija de Ștefan Cicio-Pop, fue una de los líderes políticos de los rumanos de Transilvania. Fue miembro de la Cruz Roja y recordaba el fin de la Primera Guerra Mundial y la efervescencia antes de la constitución de la Gran Rumanía:
“Durante la guerra era bastante grande. Durante el tiempo que trabajé en la Cruz Roja no hice discriminaciones; les daba de comer con cuchara a los soldados que perdieron las manos o los pies. Hacía lo que podía para endulzar su suerte. Junto con otras rumanas de la Cruz Roja decidimos servir té caliente y pan casero en la estación del ferrocarril. Mi hermana de 14 años de edad y la señora que nos ayudaba con las labores de la casa preparaban día y noche el pan en casa. Casi no dormían. Entonces me dije: hay que hacer un manifiesto. ¡Si tuviera al menos un ejemplar de aquel manifiesto que con tanto entusiasmo compuse! Recuerdo que me senté rápidamente al piano y empecé a cantar el himno ‘¡Despierta, rumano!’. Fue una locura juvenil.”
Mircea Carp fue oficial y allegado de los estadounidenses que desplegaron actividad en la Cruz Roja. Antes de escaparse de Rumanía, fue detenido por las nuevas autoridades comunistas bajo el pretexto de haber tenido vínculos con los estadounidenses:
“Desde el mes de marzo de 1947 hasta mi arresto, dirigí algunos equipos que repartieron el ‘regalo estadounidense’ en Iași y Vaslui. Los investigadores querían saber si envié mensajes secretos por parte de las autoridades para diferentes elementos de la Cruz Roja rumana de Vaslui y sobre todo de Iași. Logré disimular diciendo medias verdades y no les di ninguna información porque reconocí haber traído en dos ocasiones sobres cerrados. Siempre les dije que, al tratarse de un oficial, yo no podía abrir el sobre para ver su contenido. Los investigadores insistían en que seguramente los sobres contenían informaciones o instrucciones militares para la Cruz Roja de Iași o Vaslui, lo que no era cierto porque los estadounidenses no hacían esto en aquel entonces, sobre todo porque se trataba de una misión de asistencia para la población de las regiones afectadas por la sequía. Así que reconocí haber traído sobres que solían abrirse en mi presencia y que en realidad contenían informaciones que no tenían nada que ver con el espionaje o el sabotaje”.
Alexandru Smochină fue preso político y cuando llegó al campo de concentración de Magadán, en Extremo Oriente, se le había dicho que podía enviar cartas a Rumanía a través de la Cruz Roja :
“Fui al comedor porque allí nos citó. Todos eran extranjeros: coreanos, japoneses, alemanes, búlgaros, serbios, húngaros, finlandeses, griegos, soviéticos, pero también rumanos. Poco después, tras haberme sentado al lado de Lascu, un rumano de Bucarest, vino una persona que nos dijo que teníamos derecho a escribir a nuestras familias. Para esto cada mes recibíamos una tarjeta postal de la Cruz Roja y la Media Luna Roja. También nos dijo que teníamos derecho a recibir paquetes postales, incluso dinero. Todos nos alegramos y escribimos a nuestras familias, pero desafortunadamente nos mudábamos de un campo de concentración a otro y por eso no recibí ninguna respuesta de mi mujer y de mi hija.”
La Cruz Roja en Rumanía fue una manifestación de la solidaridad humanitaria, más allá del odio entre la gente y las naciones.
(trad. Brigitta Pana)