En barco desde Viena hasta Constantinopla
Bajo la influencia otomana durante varios siglos, los Países Rumanos buscaron y encontraron un nuevo camino en la primera mitad del siglo XIX.
România Internațional, 15.11.2021, 18:51
Bajo la influencia otomana durante varios siglos, los Países Rumanos buscaron y encontraron un nuevo camino en la primera mitad del siglo XIX. Era el camino hacia la modernización y la europeización. La historia geopolítica de Europa en la primera mitad del siglo XIX hizo que las ideas occidentales y la determinación de las élites propiciaran el surgimiento del Estado rumano. Una de las ideas principales fue poner el río Danubio en el centro de la comunión europea y la expansión del Occidente hacia el Oriente. Los viajes en barco por el Danubio entre Viena y Constantinopla para pasajeros ampliaron el horizonte espacial después de que los transportes comerciales en el gran río generaran ganancias.
El historiador Constantin Ardeleanu es autor del volumen “Un crucero de Viena a Constantinopla. Viajeros, espacios, imágenes, 1830-1860”. Es un libro de Historia a través de los ojos de quienes recorrieron la ruta entre esos dos grandes imperios, el de los Habsburgo y el otomano. La primera pregunta a la que respondió Constantin Ardeleanu es cómo recibió la sociedad rumana los cambios provenientes de Occidente, las innovaciones tecnológicas.
«Los reciben de manera muy abierta, diría yo. Y con miedo, inicialmente, pero también con una buena comprensión de la utilidad de esas tecnologías modernas. El espacio rumano se conecta a las rutas de viaje de Europa después de la introducción de la navegación a vapor en el río. Esto empieza a principios de la década de 1830 y el momento simbólico es abril de 1834, cuando el primer barco de vapor, el primer piróscafo perteneciente a la primera compañía austriaca de navegación, llega a los puertos rumanos. Se lleva a cabo una recepción, las élites rumanas adoptan rápidamente la innovación que conocían de sus viajes al extranjero y la aprovechan al máximo de igual modo hacia Occidente, hacia Viena y de allí hacia el resto de Europa occidental, a través de Constantinopla, hacia el Este y hacia lugares sagrados, hacia Egipto y hacia el Mediterráneo oriental. Por otro lado, por supuesto, para la gente común, ese terrible invento era algo que no siempre entendieron, pero que sí notaron. Eso es porque el barco y su tecnología moderna tienen una forma específica de territorialidad. Lo ves, pero también lo oyes, lo hueles, sientes su presencia de una forma que no te deja olvidarlo”.
El Danubio fue, sin duda, el eje de la modernización de los rumanos. Se consideraba así entonces y aunque han pasado casi dos siglos desde entonces, su importancia actual se ha mantenido intacta. Constantin Ardeleanu:
“Esta relación con el Danubio es muy importante, fue la primera carretera natural que nos conectó con el mundo. Sin duda, necesitaba alguna transformación. Estos cambios se hicieron igualmente en el área de las Puertas de Hierro y en el área del Delta para cumplir la función de arteria de transporte paneuropea. La empresa austriaca DDSG (Donau-Dampfschiffahrts-Gesellschaft) tuvo que venir a introducir estos trayectos entre Viena y Constantinopla como parte de una inversión para conectar el sureste de Europa. Decía que el Danubio es la vía principal que conecta a los rumanos con el mundo y de ahí el nombre que se le da, el de Principados del Danubio. Al comienzo de este período también se incluyó a Serbia, de modo que más tarde, durante la Guerra de Crimea de 1853-1856, el nombre Principados del Danubio se utilizaba casi exclusivamente para Muntenia y Moldavia”.
1830-1860 es el intervalo de tiempo elegido por Constantin Ardeleanu para imaginar el viaje por el Danubio desde Viena a Constantinopla. Le preguntamos por qué eligió estos años:
“La elección depende de los momentos de inicio y apogeo de esta ruta del Danubio entre Viena y Constantinopla. 1830 es el año en el que la compañía austriaca, en asociación con los británicos, introduce un trayecto en el Danubio entre Viena y Budapest. Así comienza la conexión del espacio Habsburgo a través de la carretera del Danubio. Luego se introduce la navegación a vapor por el Danubio, que llegará al espacio rumano en 1834, como decía antes. 1860 es un año en el que la competencia ferroviaria se vuelve cada vez más importante. La ruta entra en declive con la introducción de los ferrocarriles en el espacio de los Habsburgo. A partir de esta década de 1860 ocurre lo mismo en el espacio rumano. En 1860, se construyó el primer ferrocarril del área rumana en la zona de la desembocadura del Danubio. Se trataba del ferrocarril de Cernavoda a Constanta, el que en cierto modo cortocircuitaba la ruta del Danubio. No había necesidad de rodear Braila y Galati, ahorrando así unos días. Comienza una nueva carrera para acelerar el tiempo, después de reducir la duración del viaje entre Viena y Constantinopla y otros destinos».
¿Quién viajaba por el Danubio? Había varios tipos de viajeros. En primer lugar, los comerciantes y los militares, los viajeros más antiguos, los espíritus más aventureros de todos los tiempos. Luego los peregrinos espirituales, también buscadores de los confines de la tierra, hacia el monte Athos y a los lugares santos de Jerusalén y Palestina. Pero también aparece una nueva categoría: los turistas. Las personas de las clases ricas quieren descubrir el mundo y embarcarse en naves que los lleven a través del Danubio hacia el resto del mundo. Un crucero por el Danubio desde Viena a Constantinopla en el siglo XIX también los llevaba hasta los rumanos, quienes adoptan de inmediato los modelos del tiempo presente.