El régimen comunista y la alfabetización
Uno de los logros de los que el régimen comunista estuvo siempre orgulloso fue el de acabar con el analfabetismo.
România Internațional, 16.03.2020, 16:47
Uno de los logros de los que el régimen comunista estuvo siempre orgulloso fue el de acabar con el analfabetismo. La alfabetización fue una de las obsesiones del régimen que deseaba iluminar al pueblo y emancipar al individuo para dejar atrás todas las limitaciones anteriores. El comunismo consideraba que la alfabetización era uno de los grandes problemas que las clases inferiores tenían ante las medianas y las superiores. Pero los historiadores afirman que su éxito es discutible dado que los costes superaron mucho los beneficios.
El 23 de agosto de 1944, Rumanía salió de la alianza con Alemania e Italia y se unió a las Naciones Unidas. Una semana más tarde, el 31 de agosto de 1944, el ejército soviético entró en Bucarest y aquel momento significó un nuevo cambio en la historia contemporánea de Rumanía. Desde la entrada de los soviéticos en Rumanía, la prensa comunista y procomunista habló de la necesidad de acabar con el analfabetismo. Según el periódico “Scânteia”, el Partido Comunista Rumano evaluó el analfabetismo en un 49% en el entorno rural y en las ciudades pequeñas. Los autores de los artículos y más tarde los líderes comunistas presentaron tendenciosamente aquella realidad rumana negando todos los esfuerzos anteriores de luchar contra este fenómeno. Los comunistas acusaron a los gobiernos democráticos de intencionalidad, de discriminar a las clases inferiores y de bloquear la educación en el entorno rural.
El historiador Cristian Vasile del Instituto de Historia “Nicolae Iorga” de Bucarest ha investigado la política de alfabetización desarrollada por el régimen comunista durante sus primeros años.
“A partir de finales del año 1947, para la dirección comunista, la campaña contra el analfabetismo se convirtió de hecho en una parte importante de la revolución cultural según el modelo soviético. La propaganda estalinista pretendía que en la Unión Soviética no hubiera analfabetos, y esto era lo que también deseaba Rumanía. Mihail Roller no fue sólo un jefe de los historiadores, sino que también fue un teórico de la pedagogía de inspiración soviética. Tiene también un libro sobre la pedagogía soviética y sobre cómo se deberían poner en marcha los métodos pedagógicos en el territorio rumano.”
“El analfabetismo es un impedimento inmenso para atraer a los trabajadores a la dirección del país y para construir activamente el socialismo y el comunismo. Los analfabetos están fuera de la política”, según se mencionaba en un manifiesto de la propaganda cultural que era una retórica que simplificaba y mistificaba. Cuando se instaló el Gobierno comunista dirigido por Petru Groza, el 6 de marzo de 1945, se abrió el camino de la política de alfabetización en las aldeas rumanas. Había presión sobre dos ministerios, el de Educación y el de Cultura, para ampliar la red de escuelas en el entorno rural y abrir el acceso para todos los niños. Además de ampliar la red escolar, la alfabetización se realizaba a través de las caravanas de cine, de la propaganda visual, de la muestra de obras de arte que animaban a estudiar. Una manera eficaz para realizar la alfabetización fue el servicio militar. El Ejército tuvo también programas culturales, y muchos campesinos aprendieron a escribir y a leer durante el servicio militar de tres años. Las minorías aprendieron rumano durante el servicio militar. Pero la alfabetización comunista significaba ideología. La alfabetización desarrollada por la política cultural oficial tenía por objetivo propagar las enseñanzas marxistas-leninistas.
La puesta en marcha de los planes no funcionó cómo se lo imaginaban los funcionarios. En la práctica, hubo problemas, según ha afirmado Cristian Vasile.
“La campaña destinada a intensificar la alfabetización, según había sido creada por la dirección del Ministerio de Educación, tuvo que enfrentarse a las dudas e incluso a la hostilidad de algunos maestros y profesores. No era porque fueran burgueses o porque estuvieran en contra por principio. Se trataba de cuestiones muy banales. Muchos maestros y profesores habían sido sacados de las escuelas urbanas, antiguas, y fueron de alguna manera degradados. Por razones políticas, fueron transferidos al entorno rural o a las ciudades pequeñas, donde había muchos analfabetos. En las localidades a las que habían sido transferidos de forma abusiva no tenían vivienda y la misma comodidad, y no podían cumplir con su actividad pedagógica.”
Los maestros jóvenes y sin experiencia iban a ser enviados al campo mediante el mecanismo de distribución para poner en marcha la política del partido comunista. Pero muchos se negaron a ir al trabajo. Fueron declarados saboteadores y fueron castigados. Cristian Vasile.
“En noviembre de 1948, cuando se analizaron todos los problemas, en Cluj, el inspector jefe escolar afirmó en un informe: respecto a la alfabetización, los maestros piden que se les paguen horas extra para estas clases. Hay una serie de dimisiones en el sector educativo relativas a estas contrataciones, a la distribución que hemos hecho. Hay personas que tienen una gran conexión con la localidad de Cluj y que se quieren quedar en Cluj, que no quieren ir a otro sitio. Hay una gran diferencia entre la ciudad de Cluj y la provincia de Cluj, provincia desgraciada respecto a la ubicación de las aldeas y de las líneas de comunicación. 600 profesores de la ciudad de Cluj estuvieron en las aldeas y nos presentaron su dimisión. Hemos decidido que las personas que van al campo y se niegan a quedarse allí están saboteando la reforma y hemos decidido que no sean recibidos en otro sitio y que sean despedidos.”
La alfabetización comunista significó una perturbación en el sistema de contratación en el sector educativo, trabajo voluntario no remunerado, distribuciones abusivas del personal y despidos. Pero los historiadores consideran que se registró también un crecimiento en el nivel educativo durante la alfabetización comunista. Hubo escuelas en las que los profesores no respetaron los planes de estudio. Los motines de los estudiantes organizados en 1956, muchos estudiantes procedían del entorno rural, motines organizados para expresar su solidaridad con la revolución anticomunista de Hungría, mostraron que la alfabetización iba en contra de la ideología y del mismo régimen.
Versión española: Monica Tarău