El manuscrito fanariota
La escritora Doina Rusti ha investigado cientos de documentos que datan de los años 1770 y 1830, para escribir su libro El manuscrito fanariota.
Steliu Lambru, 19.10.2015, 15:53
Algunos historiadores
creen que su disciplina pertenece a las ciencias exactas. Otros creen que la
historia puede resultar igual de interesante y relevante también a través de
procedimientos literarios, ficciones que nos ayudan a reconstruir las épocas,
las costumbres y las mentalidades. La corriente del narrativismo histórico
considera que las novelas históricas son igual de importantes para el conocimiento
del pasado y la formación de la cultura histórica, que el estudio de la
historia a través de datos y cifras.
Existen muchos ejemplos
de producciones literarias,
especialmente de novelas que se basan en fuentes históricas auténticas que
despiertan máximo interés. La escritora
Doina Rusti ha investigado cientos de documentos que datan de los años 1770 y
1830, para escribir su libro El manuscrito fanariota. De los documentos de la
época se ha informado acerca de un joven llegado a Bucarest para dar inicio a
un negocio. Pero la historia de la vida de este personaje se entremezcló con
los destinos de otros personajes. Uno de estos personajes del libro de Doina Rusti, es el príncipe
Alexandru Moruzi, quien vivió entre los años 1750 y 1816. Doina
Rusti:
Me interesaba la personalidad de Moruzi, un príncipe
fanariota, con una historia de vida muy interesante que nos legó muchos
documentos. De origen griego, pero casado con una rumana, Alexandru Moruzi reinó en Valaquia y Moldavia, durante varias
etapas. Lo que me llamó la atención fue el hecho de que acostumbraba a dictar
sus ideas casi diariamente y así nos legó muchos documentos a través de los
cuales nos enteramos de cómo era la vida en la corte principesca en el período fanariota. Moruzi tuvo un final atroz porque fue tomado
prisionero por los turcos y llegó a ser esclavo, condenado a remar en las
galeras turcas. La imagen de Moruzi inunda toda la novela e incluso llega a dominar la historia del
verdadero protagonista
A principios del siglos
XIX, Bucarest era una mezcla de idiomas y naciones, una Babilonia valaca. Otro
personaje importante de El manuscrito fanariota es el advenedizo Delizorzo.
Doina Rusti nos habla de él:
Muchos de los griegos
que vinieron a los Principados Rumanos, eran de hecho arrumanos o
meglenorrumanos y hablaban bien el idioma rumano. Uno de éstos, Dositei Filiti, fue un metropolitano,
apodado Delizorzo, que destronizaría al
metropolitano Filaret. Delizorzo, el nombre con el cual los habitantes de
Bucarest habían apodado al nuevo
metropolitano es mitad turco y mitad griego. En turco, deli significaba loco,
pero con un matiz de simpatía, mientras que Zorzos era un nombre muy común en
la zona balcánica. De hecho, el loco de Zorzo era en realidad una persona muy agitada y se parecía a un
profesor distraído.
Otro personaje que
intervino en el destino del protagonista del libro de Doina Rusti, El manuscrito fanariota, griego pero llevaba nombre
rumano, a saber, Ion el hijo de Radu.
Da la casualidad de que este personaje llegó a ser esclavo del boyardo Doicescu
y de aquí se continúa una historia de
amor, desesperación y esclavitud. Doina Rusti ha utilizado en su ficción
muchos datos sacados de documentos reales, pero a veces, los documentos
históricos pueden resultar igual de confusos que la realidad presentada en las
producciones literarias, porque ellos también son memorias interpretables de
los antepasados.