El humor rumano antes de 1989
A los regímenes políticos dictatoriales, autoritarios y antiliberales no les gusta el humor porque es una manifestación de la libertad personal del individuo, de la creatividad del espíritu humano y del estado natural de la sociedad.
Steliu Lambru, 01.07.2024, 14:10
A los regímenes políticos dictatoriales, autoritarios y antiliberales no les gusta el humor porque es una manifestación de la libertad personal del individuo, de la creatividad del espíritu humano y del estado natural de la sociedad. El sarcasmo, la farsa, la ironía y otras formas lúdicas de ver el mundo que lo rodeaba fueron severamente castigadas por las dictaduras. Aunque el régimen comunista llevó la forma de ver la sociedad humana a las cotas más altas del absurdo, fue la fuente de las fórmulas más ingeniosas de diversión. La diversidad del humor en tiempos que no generaban sólo buen humor demuestra que los individuos querían hacer más tolerable la existencia social. En Rumanía, como en todas partes en el campo socialista, el humor en los años de la dictadura comunista estaba estrechamente ligado al régimen político, al culto a la personalidad del líder, a la precaria situación económica, a la violación de los derechos y libertades, a un futuro cada vez más oscuro, sin perspectivas de mejora.
El poeta, periodista y humorista Ioan T. Morar fue uno de los que se enfrentó a la censura antes de 1989 en un intento de hacer su trabajo lo mejor posible. Escribió sobre el humor y lo estudió.
«La definición del humor de Henri Bergson dice que el humor es algo mecánico colocado en nuestras vidas. Tengo otra definición interesante del humor que pertenece a Nicolae Ceaușescu: “usa el arma del humor, satiriza los defectos que se manifiestan en la sociedad y en las personas, haz de tu arte un instrumento para la mejora continua de la sociedad y del hombre, de afirmar la justicia y la equidad social de la forma socialista y comunista de trabajar y vivir”. Esto es lo que Ceaușescu vio en el humor, un arma que, afortunadamente, se volvió contra él tantas veces. Lo satirizaron y lo insultaron de muchas formas».
El humor antes de 1989 se puede dividir, temporalmente, en dos períodos: el anterior a 1965, cuando por un chiste con una referencia política trivial el individuo que lo decía podía pasar duros años en prisión, y el posterior a 1965, que fue de gran inventiva y diversidad. El humor anterior a 1989 también se puede dividir en humor estatal, oficial y no oficial.
El humor oficial también fue mencionado por Ioan T. Morar.
«Los trabajadores tenían brigadas de agitación, competían entre sí y se burlaban de los que a su alrededor desobedecían las leyes y las normas. Una frase de una brigada de agitación que vi en la televisión decía: “Porque del trabajo sale la savia / La Asociación de construcción Deva”. O el humor tonto en los comerciales. Rumanía produjo dos tipos de aspiradoras, Practic e Ideal. Y el anuncio era así, para ambos: la aspiradora Practic es ideal y la aspiradora Ideal es práctica».
El humor de Estado, el permitido, se incluye también en la revista Urzica, que sin embargo fue una revista de éxito en aquellos años. Ioan T. Morar:
«Estaba la revista Urzica donde se reían de los camareros, las suegras, los barberos, los calvos. Creyendo que Ceaușescu nunca moriría, quise llegar a la revista Urzica, yo trabajando en la revista Vida de estudiante en aquel entonces. En la revista Urzica, Ceaușescu nunca estuvo en la portada y nunca se escribió sobre él. Alguien intentó una vez escribir un texto sobre el 40º aniversario del nuevo humor rumano. Y le dijeron: camarada, eso no es lo que hacemos».
Los casos de las brigadas artísticas estudiantiles, cuyo funcionamiento era permitido por las direcciones universitarias, eran aquellos en los que el humor se dirigía de manera ambigua. Los significados, los gestos de quienes subían al escenario y la entonación en las voces hacían que los chistes aparentemente inofensivos tuvieran una carga política. Y los chistes políticos directos eran el humor no oficial por excelencia. Ioan T. Morar:
«De la categoría prohibida de chistes y humor estaban los chistes políticos, aunque tal vez a veces algunos chistes eran para poner a prueba a los grupos. Los chistes eran formas de establecer conexiones, a menudo eran un código. Contábamos chistes comprobando nuestro entorno porque a menudo se relacionaba con si te reías de los chistes o contabas chistes».
Antes de 1989, el humor rumano no oficial también tenía un héroe colectivo: Bulă (el equivalente a Jaimito en España). No se sabe quién lo inventó, pero a través de lo que vivió, el universo de Bulă solo podía ser la Rumania de la década de 1980. Ioan T. Morar:
«Lo que salvó al pueblo rumano, porque la risa es un salvador, fue este sentido del humor, la capacidad de producir chistes, de hacer válvulas para reducir la tensión que todos hemos experimentado. Bulă fue uno de nuestros salvadores psíquicos, el personaje Bulă, que desapareció después de la Revolución. ¿Quién más está haciendo chistes de Bulă hoy en día? ¿Quién es Bulă, de dónde viene? Creo que Bulă fue uno de los que resolvió todos los problemas, pero también es un pensador, es el tonto del sistema, es el que sufre, que no entiende las realidades».
El humor rumano antes de 1989 era uno que solo puede entenderse en relación con aquel período. Para las generaciones futuras, necesitará explicaciones históricas.
Versión en español: Mihaela Stoian