200 años desde el nacimiento de Alexandru Ioan Cuza
El 20 de marzo de 1820, en la ciudad de Bârlad, en la parte este de la Rumanía actual, nació el coronel Alexandru Ioan Cuza, el primer príncipe de Moldavia y de Muntenia unidas.
România Internațional, 23.03.2020, 15:09
El 20 de marzo de 1820, en la ciudad de Bârlad, en la parte este de la Rumanía actual, nació el coronel Alexandru Ioan Cuza, el primer príncipe de Moldavia y de Muntenia unidas, quien encarnó la futura estructura estatal formada por las dos entidades políticas rumanas. Cuza fue la persona adecuada en el momento adecuado, y durante su vida, él y la élite rumana fueron conscientes del carácter provisional de su reinado de 7 años, según preveían los documentos de las grandes potencias europeas que habían dado su visto bueno a la unión y que la supervisaban.
El 24 de enero de 1859, Moldavia y Muntenia se unieron para formar Rumanía, y mediante la elección de Alexandru Ioan Cuza como príncipe de Moldavia y de Muntenia, la unión llegó a ser centralizada. Apoyado por la mayoría de los actores políticos que habían luchado por la emancipación nacional y la modernización, Cuza realizó reformas vitales para el Estado rumano: la secularización de las posesiones de los monasterios, la reforma fiscal y la reforma agraria. El historiador Alin Ciupală, profesor en la Universidad de Bucarest, ha afirmado que Alexandru Ioan Cuza fue la persona cuyo valor Rumanía necesitó entonces, durante el período de transición de la unión de los dos principados de Moldavia y de Muntenia.
“Alexandru Ioan Cuza fue ante todo una persona muy valiente. Tuvo el valor de asumir un papel y una misión en una época muy delicada, en una época de incertidumbre, pero también en una época de grandes esperanzas. Tuvo el valor de patrocinar una ópera coherente de modernización de la sociedad rumana, de los Principados Unidos, introdujo un sistema institucional de tipo moderno e hizo que la sociedad rumana se encaminara hacia Europa.”
Desde 1859 hasta 1863 hubo un período prolífico del reinado de Cuza, fue la época del ímpetu reformador y de la construcción de un nuevo Estado, según el modelo europeo. Pero desde 1863 algo se rompió en la personalidad de Cuza quien empezó a acercarse al autoritarismo y, apoyado por una camarilla interesada, incluso ponía en peligro lo que se había realizado anteriormente. Alin Ciupală.
“Al mismo tiempo, hay que decir también que el reinado de Alexandru Ioan Cuza tiene también una parte oscura, una parte menos positiva. En algún momento, Alexandru Ioan Cuza, el príncipe de los rumanos, tomó la decisión de patrocinar esta modernización por sí mismo. Después del golpe de Estado del 2 de mayo de 1864, Cuza se quedó prácticamente aislado, se quedó solo, apartó a casi todos sus colaboradores, en primer lugar a los representantes de la generación de los participantes en la revolución de 1948 quienes habían hecho muchísimo para determinar su elección como príncipe. Debemos mirar toda esta época en una balanza, en un equilibrio, debemos admitir los méritos del príncipe, y al mismo tiempo debemos hablar también de sus fracasos. Su eliminación de la dirección se hizo de común acuerdo por toda la clase política, porque poco a poco, del partidario de la modernización, Cuza se había convertido en la persona que estaba bloqueando esta modernización. Cuza cometió el error de no entender que la modernización no se podía realizar si faltaba el liberalismo.”
La reacción de la élite rumana ante la nueva actitud de Cuza respecto a la política se vio rápidamente. El 11 de febrero de 1866, 7 años después de su elección el 24 de enero de 1859, Cuza fue apartado del poder por el Ejército y por las personas que lo habían apoyado. Fue sustituido por Carlos de Hohenzollern-Sigmaringen, el futuro rey Carlos I, durante cuyo reinado Rumanía iba a sentar unas bases sólidas. Alin Ciupală considera que la época de Cuza y la época de Carlos I deben ser miradas como una continuación, y no como dos épocas en competencia.
“La continuidad es importante porque después de que Alexandru Ioan Cuza fuera apartado del poder, el príncipe Carlos y sus políticos que estaban a su alrededor no hicieron absolutamente nada para abolir las medidas tomadas durante la época de Cuza. Todo lo contrario, todas aquellas iniciativas, todos los proyectos iniciados por Cuza iban a ser continuados durante la segunda mitad del siglo XIX. Por lo demás, hay que decir que después de 1866, el príncipe reinante, quien se convirtió en el rey Carlos I, no hizo ningún esfuerzo para bloquear la imagen pública de su predecesor, sino todo lo contrario. Carlos construyó de alguna manera su propia imagen como continuación de la de Cuza. Si leemos los manuales de historia, si miramos todo lo que significó la imagen de Alexandru Ioan Cuza para la posteridad, hasta la Primera Guerra Mundial vamos a descubrir muchísimos hechos y acontecimientos cuyos protagonista es Cuza. Por supuesto que hubo también un interés político. El rey Carlos I se colocó como un continuador de los grandes vaivodas rumanos, asumiendo de alguna manera también a Cuza en el discurso dinástico, tiene intereses políticos muy claros, al fin y al cabo muy normales. Durante el reinado de Carlos I y durante el período de entreguerras, la figura de Alexandru Ioan Cuza no fue apartada, no fue eliminada de la historia de los rumanos. Vemos como poco a poco, sobre todo los historiadores, pero también otros actores importantes, se olvidaron de lo negativo del reinado de Cuza y comenzaron a hablar solamente de sus éxitos.”
Hace 200 años, Alexandru Ioan Cuza entró en el panorama político como uno de los personajes más prometedores de la historia de los rumanos. Cumplió su misión, a pesar de sus defectos y sus caídas humanas, es decir la de colocar a la nueva Rumanía en una dirección moderna y europea.
Versión española: Monica Tarău