10 años en la OTAN
Rumanía atraviesa el mejor período geopolítico y militar de su historia. Pertenece a la UE y a la OTAN, los clubes mundiales más elitistas de los países democráticos, prósperos y poderosos y su estatuto es más seguro que nunca.
Steliu Lambru, 07.04.2014, 17:19
Rumanía atraviesa el mejor período geopolítico y militar de su historia. Pertenece a la UE y a la OTAN, los clubes mundiales más elitistas de los países democráticos, prósperos y poderosos y su estatuto es más seguro que nunca. Todo comenzó el 29 de marzo de 2004, cuando Rumanía pasó a ser miembro de facto de la OTAN. Siguieron 10 años de presencia activa en el marco de la alianza militar en los teatros de operaciones. Hasta la fecha, 26 militares rumanos han perdido la vida en las misiones de mantenimiento de la paz de Irak y Afganistán.
Rumanía entró en la OTAN en la segunda serie de extensiones. El historiador Adrian Pop, de la Escuela Nacional de Ciencias Políticas y Administrativas de Bucarest, nos explica por qué no entró Rumanía en la primera serie cuando se adhirieron Polonia, Chequia y Hungría:
“Inicialmente en la cumbre de la OTAN en Madrid del año 1997, se había planeado que Rumanía se adhiriera en la primera tanda, pero su aspiración a integrarse no se materializó y fueron invitados tan solo 3 países del centro de Europa. En aquel momento Rumanía no contaba con el respaldo de los países clave que hubiesen podido determinar la entrada en la OTAN, principalmente EE. UU. y Alemania. Había cierta rivalidad por controlar la sexta flota del Mediterráneo. Francia, que apoyaba la candidatura de Rumanía, ambicionaba controlar ella misma dicha zona, y la admisión de unos países del ala sudeste le hubiera ayudado a cumplir su sueño. Al mismo tiempo, EE. UU. deseaba también mantener el control de la flota. Rumanía representó entonces una pérdida colateral en un conflicto de intereses entre importantes potencias de la OTAN y se perdió también la ocasión de tener una buena relación con Alemania, cuyo peso en Europa es importantísimo con respecto a la Alianza del Atlántico Norte. De hecho, después de 1990, Rumanía tuvo una relación difícil con Alemania. El primer jefe de estado interesado en venir a Rumanía fue el canciller Helmuth Kohl, pero la visita fue cancelada, de manera cortés pero firme, por el gobierno de entonces de Rumanía. El primer ministro de un país occidental que llegaría a Rumanía fue el ministro francés de exteriores Roland Dumas, pero el contexto fue desfavorable porque Rumanía no estaba preparada para aquel momento.”
A finales del siglo XX y comienzos del XXI, el mundo estaba cambiando y las opciones de política exterior de los principales actores del escenario mundial se modificaron sustancialmente. Se idearon soluciones nuevas en torno al papel de la OTAN en el mundo a raíz de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 y Rumanía iba a salir ganando dado que se había embarcado en el proceso de las reformas. Al micrófono, Adrian Pop:
“Tras los ataques terroristas de 2001, el contexto cambiaría radicalmente. Una vez más, el área del Mar Negro se volvería sumamente importante. Resultó claro que la zona del Mar Negro era una zona de tránsito para este desafío a la seguridad mundial representado por el terrorismo transnacional. Era muy importante que países como Rumanía y Bulgaria formaran parte del sistema occidental de seguridad porque de este modo Occidente se protegía mejor de esta amenaza. Todo esto cambió el contexto que facilitaría la invitación a participar en la cumbre OTAN de Praga de 2002, finalizada dos años después de la ratificación, mediante nuestra entrada en la OTAN. Es verdad que también el organismo militar rumano estaba mejor preparado al cabo de un trayecto muy sinuoso. Antes de 1989, Rumanía contaba con un ejército de 370.000 militares, precariamente equipado, que carecía de flexibilidad, que después de la Revolución sufrió un proceso de reducción paulatina e inversión de la pirámide. El gran número de oficiales de rango superior se redujo sustancialmente y se llegó a una pirámide normal desde el punto de vista del mantenimiento de los rangos inferiores. Tanto el contexto interior como exterior hicieron posible la integración de Rumanía en la OTAN.”
¿Cuáles fueron los beneficios económicos de la pertenencia de Rumanía a la OTAN? Nos contesta Adrian Pop:
“Se sabe que la pertenecia a una alianza político-militar, y hablamos aquí de la alianza con el más éxito en la historia, presenta garantías para unos potenciales inversores. Las inversiones aumentaron en comparación con el período anterior pero no al nivel esperado por Rumanía. Incluso hubo problemas con el principal estado de la OTAN, EE. UU , y durante mucho tiempo, incluso despúes de la adhesión, nuestras relaciones económicas fueron bastante precarias, pero la situación se fue corrigiendo por el camino. Al mismo tiempo, empezamos a beneficiarnos de este sombrero de seguridad representado por el quinto artículo referente a la defensa colectiva del tratado de Washington. En un contexto más delicado, belicoso, inclusive el actual, este artículo representa un triunfo muy importante para un país situado en la frontera de la OTAN y cerca de la Federación Rusa.”
Ningún ser humano desea que haya guerra y desalentar a aquellos que ambicionan imponer una agenda política no democrática y cultivan fantasmas imperialistas, representa una respuesta basada en democracia, la fuerza militar y la solidaridad, valores fundamentales de todos los miembros de la OTAN.