Restauración, un trabajo y una pasión
Hasta mediados del mes de junio, en el Museo Nacional de Historia de Rumanía (MNIR) situado en el casco antiguo, tiene lugar la exposición Fragmento. La experiencia de la restauración.
România Internațional, 10.07.2021, 13:33
Hasta mediados del mes de junio, en el Museo Nacional de Historia de Rumanía (MNIR) situado en el casco antiguo, tiene lugar la exposición Fragmento. La experiencia de la restauración. Dentro de la exposición, los visitantes pueden conocer los laboratorios de restauración del museo: pintura, metal, madera, cerámica, papel y telas. Una incursión en la historia y una visita detrás de las escenas de las obras: allí donde la gente dedicada y apasionada las guardan, las cuidan y las restauran. Hemos tenido la oportunidad de hablar con la restauradora Sorina Gheorghiță, colaboradora del MNIR dentro del laboratorio de restauración de pintura, sobre el trabajo desarrollado detrás de los cuadros expuestos, y especialmente sobre el trabajo de restaurador en sí:
“Desde 2013, desde que fue acreditado el laboratorio de restauración de pintura en el caballete en el Museo Nacional de Historia de Rumanía, han sido restaurados aproximadamente 25 cuadros. Muchos de estos cuadros fueron pintados por pintores rumanos conocidos, como Luchian, Tonitza, Ressu, Stoica y Teodorescu-Sion. Por supuesto, ellos presentan acontecimientos, sobre todo imágenes de guerra, como la Guerra de Independencia o la Primera Guerra Mundial. Una obra importante que fue restaurada es la de Aman, «Proclamarea Unirii» («Proclamación de la Unión»). Se trata de la unión de los Principados y es una imagen muy conocida presentada frecuentemente cuando se trata de este acontecimiento.
¿Cuáles son las etapas de la restauración de un cuadro? ¿Cómo se desarrolla el proceso? Sorina Gheorghiță:
“Respecto a los pasos de la restauración de un cuadro, cuando se ha tomado la decisión de restaurar un cuadro, éste ha sido investigado ya por el conservador que se encarga del almacén de pintura, junto con el posible restaurador, y se ha tomado esta decisión conjuntamente. Cuando el cuadro llega al laboratorio de restauración, el cuadro se somete a un proceso de investigación con diversos medios: luz directa, luz lateral, luz ultravioleta, y a veces tenemos que usar luz infrarroja o rayos X. Usamos análisis. El laboratorio del Museo Nacional de Historia tiene un laboratorio de investigaciones muy bien equipado, que nos ayuda cada vez que lo necesitamos. Después de hacer todas estas investigaciones y de establecer muy claramente la composición del estrato pictórico, se establecen todas las degradaciones y sus causas. Después se realiza una propuesta de restauración detallada, en la que se presentan todas las tareas necesarias para restaurar el cuadro. Esta investigación y estas propuestas de intervención se someten al análisis de una comisión de restauración que se reúne y da su visto bueno. Por supuesto, el proceso de restauración acaba, y se presenta nuevamente la obra ya restaurada ante una comisión que constata el cumplimiento de los pasos propuestos para la restauración y la situación en la que está la obra después de la restauración. La obra vuelve después al almacén y se expone dentro de unas exposiciones como esta. Las mejores sorpresas ocurren de hecho durante la limpieza, que es una operación espectacular, aunque apartáramos sólo el barniz y los residuos que hay en la superficie. Salen a la luz numerosos detalles que no son visibles o los colores son mucho más brillantes. Asimismo, si la obra fue repintada a lo largo del tiempo, tenemos la sorpresa de encontrar algunos detalles que se volvieron absolutamente invisibles o incluso firmas.
Dentro de la exposición “Fragmento, una importante sección está siendo representada de forma espectacular: el laboratorio de restauración de metales. Además, en la exposición se presenta por primera vez al público una etapa especial, objetos de bronce y de hierro del sitio arqueológico descubierto en 2012 en Tărtăria, provincia de Alba, centro de Rumanía. Hemos hablado de este descubrimiento con la arqueóloga Corina Borș:
“El sitio arqueológico de Tărtăria, Podul Tărtăriei Vest, fue descubierto en primavera de 2012. El descubrimiento tuvo lugar en el contexto de unas amplias obras de investigación arqueológica preventiva, realizada para la construcción de la autopista a lo largo del valle del Mureș. Los dos almacenes en los que hay objetos de bronce y de hierro, fueron descubiertos en un contexto arqueológico realmente especial, es decir la zanja del oeste de delimitación del hábitat del Hallstatt, objetos que fueron depositados en dos vasos de arcilla, siendo todo esto recogido por los arqueólogos. Por lo que sabemos hasta ahora, el primer almacén, denominado Tărtăria 1, contiene, y van a ver por qué, más de 400 objetos de bronce y de hierro, la mayoría de ellos de los siglos XIX-XVIII antes de Cristo. El segundo contiene 50 objetos, fechados también en el mismo horizonte cronológico.
¿Cuál de los objetos descubiertos tiene el mayor valor arqueológico e histórico? Nuevamente al micrófono, Corina Borș:
“Los objetos excepcionales que se encontraron en estos depósitos votivos prehistóricos, podríamos recordar un collar pectoral, un conjunto fabuloso de arnés, pero también una serie de medallas de oro que se entregaban a los soldados romanos como premio y que se llevaban al cuello, así como muchos otros objetos de bronce. En la exposición «Fragmento» que todavía se puede visitar en el Museo Nacional de Historia de Rumanía, pueden admirar por un lado el collar compuesto por siete partes, como también, en una muestra inédita, el conjunto de arnés expuesto en un busto de caballo realizado a escala real, como también una serie de objetos de adorno, objetos de vestuario, de un conjunto masculino, también expuestos en un busto de hombre. Además, hay también un collar de cuentas de bronce, también un objeto poco frecuente por este período denominado del Hallstatt mediano en la zona de la cuenca del Danubio. Y dado que el descubrimiento fue realizado por arqueólogos y pudieron ser recogidos muy atentamente todos los fragmentos guardados de estos restos, se pudo recoger incluso material orgánico que permitió fechar con precisión los descubrimientos.
Versión española: Monica Tarău