La película “El rey Miguel, el último monarca detrás del Telón de Hierro”
La película “El rey Miguel, el último monarca detrás del Telón de Hierro se ha transmitido durante la conferencia que Rațiu Forum ha organizado en la ciudad de Turda
România Internațional, 01.10.2022, 08:44
“Siento que mucha gente en este país no sabe muy bien cuáles son sus héroes, a diferencia de otros países. Me refiero a mí, por ejemplo, como ciudadano estadounidense, nosotros conocemos a George Washington, a Abraham Lincoln, a Kennedy; tenemos figuras que nos alientan. Los franceses se autodefinen a través de una imagen bastante completa de quiénes son – hablan de sus reyes, de sus emperadores, poetas, filósofos y tantos otros pilares de su identidad. Mi opinión es que los rumanos no tienen semejantes figuras en la mente.
Las palabras de John Florescu, periodista y productor de cine y televisión estadounidense de origen rumano y el productor de la segunda película biográfica sobre el rey Miguel, revuelven las emociones entre los rumanos. Estamos en la sala donde tiene lugar la conferencia “Democracy in the Age of Putin, organizada por Rațiu Forum, junto con la Universidad Jagellónica, de Cracovia, y la Universidad Babeş-Bolyai, de Cluj.
La película de John Florescu presenta la vida del rey Miguel (1921-2017), que fue el rey de Rumanía entre 1927-1930 y 1940-1947, enfocándose en el período en el que empezó su exilio impuesto por el régimen comunista, con 27 años de edad. Fue producida en colaboración y está difundida en History Channel, donde tiene una valoración cinco veces más alta que los programas comunes de la cadena. “La razón por la cual History Channel está transmitiendo la película en todos los rincones del mundo es la historia cautivante que presenta. Ocurrió en Rumanía, pero podría tratarse de otro rey de otro país. Alguien de Serbia me comentó que su historia tiene un relato parecido, confirma John Florescu, como respuesta al comentario de un participante polaco, que hablaba del destino similar de uno de los reyes de su país.
Para muchos rumanos, la imágen del Rey Miguel está manchada de manera injusta por la propaganda comunista, según la cual, cuando se fue, el rey se llevó con él cuadros y joyas que colmaron todos los vagones de un tren. El documental de John Florescu, sin embargo, muestra la imagen de un niño al que le robaron la infancia (fue coronado a la edad de seis años para que, al poco tiempo, su padre cambiase de opinión, volviese al trono por tercera vez y le quitase la corona a su hijo) y de un adulto cuyas decisiones fueron guiadas por el deseo de paz y amor a su patria. En los 50 años que pasó en exilio forzoso junto con su familia, fue criador de pollos, trabajó como corredor de bolsa, se encargó de probar aviones y fue activista para la paz mundial. En todo este tiempo, fue perseguido y amenazado de muerte por la Securitate (policía política durante el régimen comunista). Tuvo un papel muy importante en la adhesión de Rumanía a la OTAN.
El esqueleto del documental lo constituyen las nueves horas que John Florescu pasó con el rey Miguel en 2003, en un período de tres días.
“Pude sentir su tristeza. Después del exilio, su vida fue, en muchos aspectos, una vida triste, y en muchos otros, trágica porque, creo yo, nunca quiso volver a Rumanía. Sé que esta declaración no va a gozar de mucha popularidad en un sentido patriótico, pero sentí que – así como enfatizaron muchos otros – el rey no podía confiar en nadie más. No podía confiar en sus aliados; todos sus amigos se habían vuelto enemigos y viceversa, así que decidió vivir en aislamiento. En Suiza fue incluso gracioso descubrir, al analizar los archivos de la CIA, de la Securitate y del cantón de Ginebra, que hay un archivo amplio sobre la familia Hohenzollern que habla sobre cómo la Securitate vigilaba al rey Miguel, la CIA vigilaba a la Securitate y la policía suiza vigilaba a toda la gente. ¡Vaya vida…!
Para la producción de la película, el equipo consultó 18 archivos de todo el mundo y consultó expertos de varios campos, de Rumanía, Europa y Rusia. Sin embargo, no a Ion Iliescu. El que fue presidente de Rumanía entre los años 1990-1996 y 2000-2004 le negó la vuelta al país al rey Miguel I y rechazó la invitación de John Florescu al diálogo. Entre las personas entrevistadas que aparecen en la película, mencionamos a la hija del rey, la princesa Margarita, Ioan Scurtu (el antiguo director de Los Archivos Nacionales de Rumanía), Dan Bădic (El jefe de la Casa Real), Wesley Clark (ex comandante de la OTAN), Michael Flaks (el abogado del rey Miguel) y el príncipe Nicolas. Durante estos años, el productor visitó más de cincuenta pueblos y ciudades rumanos, comunidades mineras como la de Petroșani (en el sureste del país), zonas industriales como la de Zalău (nordeste), y habló con los rumanos que encontró en su camino para entender exactamente cuál era su percepción sobre el rey y sobre aquella parte de la historia del país.
“Me acuerdo una vez, en Sinaia (centro turístico de montaña ubicado en la mitad del sur de Rumanía), cuando una abuela le dijo a su nieta: ¿Ves? Todo lo que te conté era cierto, ahora lo puedes ver en la película. También me acuerdo de una conversación que tuve con unos adolescentes de Timișoara; estaban hablando sobre sus planes de trasladarse al Occidente y de encontrar su camino en la vida, pero lo que salió a la luz, así como yo lo sentí, fue su necesidad de hablar sobre ellos mismo y de su país […] y creo que tales historias, como la del rey Miguel, son historias reveladoras sobre quiénes son ellos.
Durante las nueve largas horas de conversaciones, John Florescu preguntó al rey cómo veía su papel en este mundo moderno. Le respondió que la parte más conveniente de la situación real es que no tienes que postular para un cargo político. No necesitas ni el dinero ni la ayuda de nadie, sino que naciste en ese papel por la suerte del destino. Él veía el papel de un rey de forma idéntica a la de un árbitro en un partido de fútbol: cuando el rey observa que hay desorden, así como ocurre hoy en día en los partidos políticos y más allá, el rey hace sonar su silbato y convoca a todos los grupos: “¡Que toda la gente se junte alrededor de la mesa de conversaciones! Hay que hablar. El realizador considera que, aunque tenía una simpatía personal hacia el rey y lo consideraba una persona decente, agradable y encantadora, intentó mantener el equilibrio y la objetividad en la manera en la que lo presentó en la película. Vale la pena mencionar que la realeza rumana es un tema frecuente en los documentales de John Florescu, que ha producido también “La guerra del rey (sobre los primeros años de vida del rey, antes de su exilio) y “María, el corazón de Rumanía.
“[El rey Miguel] tenía una visión muy intuitiva y amplia de la historia. Nosotros, hoy, tenemos una perspectiva muy compleja si pensamos solo en los últimos 12 meses de la historia de la Europa en la que vivimos, y podemos notar cuánto ha cambiado en este tiempo. Piensen cuántos cambios así de fundamentales han debido acontecer a lo largo de una vida tan extensa como la del rey, añade John Florescu.
Un texto escrito por Iulia Hau