El Palacio Ghica Tei de Bucarest
A mediados del siglo XIX, la ciudad de Bucarest empezó a modernizarse, pero son escasos los edificios más antiguos de 200 años que se han conservado hasta hoy en día.
România Internațional, 21.11.2020, 08:36
A mediados del siglo XIX, la ciudad de Bucarest empezó a modernizarse pero son escasos los edificios más antiguos de 200 años que se han conservado hasta hoy en día. Algunos de éstos datan desde el comienzo del siglo XIX y entre ellos figuran el Palacio Sutu, actual sede central del Museo del Municipio Bucarest, construido alrededor del año 1820, y el Palacio Ghica, situado a orillas del lago Tei. Este último fue construido en 1822, en una zona que en el presente alberga los barrios del Este de la capital, pero que en el pasado era considerada la periferia de Bucarest, o mejor dicho las afueras de la ciudad. El Palacio fue construido en el mismo año de la entronización de Grigore Ghica el IV-o como príncipe de Valaquia (el País Rumano). Fue el primer príncipe que procedía de una familia de boyardos rumanos, al cabo de un largo período de dirección ejercida por altos funcionarios provenientes de entre los nobles griegos del barrio de Fanar en Constantinopla, llamados fanariotas. Más de 200 años, los príncipes de Moldavia y Valaquia había sido elegidos por los por sultanes otomanos entre las familias griegas establecidas en el barrio Fanar.
Una vez acabado el período fanariota a raíz de la revolución del año 1821 encabezada por Tudor Vladimirescu, la Sublime Puerta le nombró como príncipe de Valaquia a Grigore Ghica el IV-o, miembro de una vieja familia rumana de origen albanés, de la cual, anteriormente, habían provenido muchos otros príncipes.
Una de las primeras medidas tomadas por Grigore Ghica en calidad de príncipe, fue la continuación de la construcción de esta residencia en las afueras de la capital, en conformidad con los estándares occidentales en boga. Más detalles nos amplía el historiador Dan Falcan:
Antes de instalarse como príncipe, en septiembre de 1822, Grigore Ghica había empezado la construcción del palacio del mismo nombre, un bello edificio al estilo neoclásico, típico del comienzo del siglo XIX, cuya arquitectura incluye también elementos del Renacimiento. El interior fue pintado por el italiano Giacometti , un pintor bastante célebre en aquellos tiempos. Este palacio no era el palacio principesco sino la residencia privada de Grigore Ghica el IV-o. Desconocemos el nombre del arquitecto pero presumimos que era un extranjero dado que en aquel período no había arquitectos rumanos.
Este palacio de un solo nivel está situado en medio de un inmenso parque a orillas del lago Tei y en 1833 en su patio fue construida la iglesia Ghica Tei. Inicialmente, sólo la capilla del palacio y después el edificio en su totalidad adoptarían el estilo occidental. Su forma redonda y el estilo neoclásico italiano representan una ruptura de la tradición bizantina en que se construían las iglesias. Dan Falcan, que trabajó allí como arqueólogo en los años 70-80 del siglo XX, nos amplía detalles.
El palacio no fue construido en un terreno vacío. Antes, en estos lugares había existido una mansión que se supone haber pertenecido al príncipe Matei Basarab en el siglo XVII. Enfrente del palacio, allende el lago Tei se encuentra el Monasterio Plumbuita, alzado durante el reinado del mismo Matei Basarab. El lago tenía entre los años 1630-1650, un túnel secreto que unía el monasterio al terreno donde posteriormente se construiría el Palacio Ghica. En el presente, este túnel ya no se puede atravesar porque gran parte de él se hundió. Es posible que el príncipe Ghica hubiese pensado en utilizarle durante su reinado especialmente debido al período histórico turbio instalado después de la revolución del año 1821 dirigida por Tudor Vladimirescu. Era una modalidad de salvarse uno la vida huyendo por el túnel para refugiarse en el monasterio de Plumbuita, situado allende el lago.
Durante su reinado en el País Rumano ( Valaquia) entre los años 1822 y 1828, Grigore Ghica IV-o trató de poner en marcha una administración rumana al cabo de más de cien años de gobernación fanariota.