«El caso del ingeniero Ursu», un documental sobre la búsqueda de la justicia
Andrei Ursu lleva más de 30 años luchando por la verdad sobre la muerte de su padre. Gheorghe Ursu murió bajo custodia de la Securitate después de denunciar la decisión de Nicolae Ceaușescu de detener la consolidación de los edificios dañados por el terremoto de 1977.
Corina Sabău, 13.04.2024, 08:52
Andrei Ursu lleva más de 30 años luchando por la verdad sobre la muerte de su padre. Gheorghe Ursu murió bajo custodia de la Securitate después de denunciar la decisión de Nicolae Ceaușescu de detener la consolidación de los edificios dañados por el terremoto de 1977.
Dirigido por Liviu Tofan y Șerban Georgescu, El caso del ingeniero Ursu es un impactante documental sobre la búsqueda de la justicia en un sistema que se opone a ella, recientemente estrenado en los cines. Liviu Tofan, cineasta y periodista durante dos décadas en la redacción rumana de Radio Europa Libre, codirector del documental El caso del ingeniero Ursu, nos habla de las dos historias que cuenta la película:
«Bajo este título, El caso del ingeniero Ursu, hay dos historias de dos ingenieros Ursu, padre e hijo. Son historias emblemáticas, la de Gheorghe Ursu para la historia de Rumanía bajo el comunismo, en los años 80, y la otra, de Andrei Ursu, para la Rumanía actual, siendo emblemática su lucha durante más de 30 años en los tribunales para que se haga justicia a su padre. Hay dos historias que parten del terremoto de 1977, yo diría dos historias con un punto rojo: un punto rojo sobre la Rumanía comunista y el otro punto rojo sobre la justicia en la Rumanía democrática. Desafortunadamente, la segunda historia, la de Andrei Ursu, no es mucho más alentadora que la de Gheorghe Ursu. Aquí estamos, 35 años después de la Revolución, esperando un veredicto correcto en el caso de la muerte del disidente Gheorghe Ursu, una decisión correcta no solo desde el punto de vista legal, sino también desde el punto de vista histórico.
Las personalidades de Gheorghe y Andrei Ursu son extraordinariamente fuertes y funcionan como verdaderos modelos en una sociedad tan trastornada como la nuestra actual. Tenemos aquí dos modelos raros, dos modelos que son la base de la película. Gheorghe Ursu fue asesinado por la Milicia y la antigua Securitate porque se negó a comprometerse en la investigación, lo sabemos por los documentos de la Securitate. Se negó rotundamente a involucrar a sus amigos en las investigaciones de la Securitate y fue tan categórico que fue pisoteado. Es un modelo de honor y verticalidad que no abdicó ni un segundo de sus principios. Y su hijo es un hombre que literalmente sacrifica su vida por un ideal. Andrei Ursu arriesgó dos veces su vida, declarándose en huelga de hambre por sus ideas, considerando que sus ideas son más importantes que su vida. Ahí es donde reside el valor de la película: en el poder de estos dos modelos».
La primera proyección del documental tuvo lugar el pasado verano, pocos días antes del anuncio de la sentencia definitiva por parte del Tribunal Superior de Casación y Justicia. A pesar de la meticulosa construcción del caso, los acusados fueron finalmente absueltos, y la película sigue siendo la única forma de justicia y reconocimiento en el caso del disidente Gheorghe Ursu. Liviu Tofan, codirector del documental El caso del ingeniero Ursu:
«Una gran parte de la película es la batalla legal de Andrei Ursu. Se presenta toda la cronología de los problemas y obstáculos que ha encontrado desde 1990, en diversas formas: retrasos, rechazos, invocaciones de argumentos como la escritura prescribe, en fin, muchos obstáculos. Recordemos que después de 1990, uno de los dos acusados ahora, Vasile Hodiș, uno de los investigadores culpables de la muerte de Gheorghe Ursu, ya no era oficial de la Securitate. En cambio, fue un oficial del Servicio Rumano de Inteligencia (SRI) durante muchos años, por lo que permaneció en el sistema, en el sistema que siempre se opuso a Andrei Ursu. En 2000, desesperado, Andrei Ursu se declaró en huelga de hambre por primera vez. Realizó dos huelgas de hambre de la manera más grave y ganó en ambas ocasiones, precisamente porque las autoridades se dieron cuenta de que no estaba bromeando y que estaba dispuesto a morir por sus creencias. Y luego cedieron. Así, en el año 2000, el caso fue devuelto al fiscal Dan Voinea, quien continuó las investigaciones. La segunda huelga de hambre de Andrei Ursu tuvo lugar en octubre de 2014, cuando este volvió a estar en un punto muerto total. Y luego, en el contexto preelectoral de ese otoño, las autoridades volvieron a ceder. Entonces fue en realidad el gran derrumbe, cuando todo lo que se le había rechazado a Andrei Ursu fue aceptado de repente. Solo entonces se admitió la investigación de los dos ex oficiales de la Securitate, Marin Pârvulescu y Vasile Hodiș. Hasta 2014, el sistema simplemente se negaba a que se investigara a los ex agentes de la Securitate».
Producido por Kolectiv Film, en coproducción con la Fundación Gheorghe Ursu, Victoria Film, la Asociación Follow Art y la Sociedad Rumana de Televisión, el documental ya ha tenido una serie de proyecciones especiales durante el año 2023, en el cine Union, el cine Eforie, el cine Museo del Campesino Rumano y Film Garden, así como en festivales de cine (TIFF Sibiu y Oradea, Festival de Cine e Historia de Râșnov – FFIR, Fălticeni – Centenario de Monica Lovinescu) y en varias ciudades a lo largo de la ruta de la Caravana TIFF.
Versión en español: Mihaela Stoian